001. new home, new friends

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LAS DESPEDIDAS SIEMPRE SON TRISTES, y más cuando sabes que probablemente no volverás a ver a tus seres queridos wn un largo periodo de tiempo. Aunque por alguna razón para Vanessa al final no resultó tan triste. Gracias a Bernice veía aquello como una nueva oportunidad.

Una vez que Vanessa abordo al ferri busco un asiento libre en la cubierta sentándose en un banco, había tenido la suerte de tener una bolsa para poder llevar con ella a Bernice y no estar tan sola en aquel nuevo hogar.

Dirijio su mirada al cielo notando los tonos naranjas, el sol aparecía poco a poco atraves de las montañas, serían aproximadamente las siete de la mañana y no podía haber cosa que Vanessa amase más que la mezcla de estrellas y tonos anaranjados del cielo.

Necesitaba volver a pensar en positivo, necesitaba las reflexiones de Bernice pero no quería que la tachasen de rara, no otra vez.

Suspiro tratando de relajarse, estaba hecha un manojo de nervios e intentaba calmarlos valanceando los pies pero aquello no parecía funcionar. Y menos cuando los peces comenzaron a saltar alrededor del ferri.

—¿Qué pasa Bernice? —Susurro extrañada mirando al interior de la bolsa.

—Sentimos lo que sientes, es parte de poder entendernos.

Ahí fue cuando todo cobro sentido, la vez que estuvo llorando por su rodilla, el día anterior que también estuvo llorando y sus nervios cada animal lo estaba sintiendo como si fuesen suyos.

—Que raro, los peces nunca de vuelven así de locos a estas horas —Escuchó de una voz a lo lejos.

Los nervios de Vanessa incrementaron, se trato de obligar a sí misma a calmarse pero parecia imposible, al contrario los peces comenzaron a volverse aún más inquietos y a saltar más alto provocando los gritos de algunas mujeres que estaban asustadas.

Vanessa clavo su mirada en los peces sedientos en su mundo hasta que una conversación llegó a sus oídos y no pudo negarse a escucharla.

—Por suerte esos niñatos raros se mantienen encerrados en esa cueva suya —Rió malvadas enter, su acompañante rió de la misma manera—. ¿Sabes quién es aún más rara? La mujer que los cuida, deberían largarse y no volver nunca.

Por alguna razón Vanessa se sintio atacada personalmente quiso dejar  de escuchar pero simplemente no podía.

—Son peligrosos, una de ellos, la pelirroja, casi incendia mi casa la última vez —Acusó la mujer—. No deberían salir de su escondrijo.

Vanessa sentía que el aire la faltaba, metió la mano en la bolsa acariciando el lomo de Bernice a la vez que miraba hacia el cielo. Un ave apareció en su campo visual lo que la hizo sonreír y después reír en el momento que aquel ave pareció responder a las mujeres emitiendo un sonido.

El tiempo pasaba rápido y cuando menos se dio cuenta estaban casi desembarcando. Lo único que dabia es que Miss Peregrine estaría esperándola para llevarla con ella. Asomo la vista dentro del saco sonriendo a Bernice.

Cuando divisó tierra agarró su maleta que a desgracia suya se resbaló de su mano cayendo y abriéndose en el proceso.

—Ay no... —Se quejó agachandose a recoger lo que se había caído. Al levantar la cabeza se encontró con la mano extendida de un chico que la daba uno de sus pañuelos de pelo—. Gracias.

— De nada, soy Abraham Portman —Se presento el chico extendiendo la mano hacia ella, dudosa Vanessa acepto—. "Abe" para mis amigos

—Vanessa Scodelario —Se presento cortésmente—. Un gusto.

La joven no pudo evitar levantar la cabeza para ver al muchacho, encontrándose con un chico de cabellos castaños y mirada marrón como el chocolate.

Rápido volvió a bajar la cabeza al ver como el chico no apartaba su mirada de ella.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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𝗪𝗛𝗜𝗧𝗘 𝗠𝗨𝗦𝗧𝗔𝗡𝗚 𝓯𝓽. enoch o'connorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora