La sensación fue ciertamente curiosa, como si se introdujesen en una burbuja de aire, ingrávida, durante apenas un segundo; antes de aparecer en una gruta vacía, apenas iluminada por la luz del sol que entraba por una enorme abertura a un palmo sobre su cabeza. Anya cruzó tras ellos y, en cuanto la bruja hubo pasado, el portal se cerró a sus espaldas sin hacer ruido. Cora le dirigió una mirada interrogante a la joven, pero esta se limitó a guiñarle un ojo con rapidez antes de encaramarse a la salida de la cueva. Los cuatro se miraron un instante y, después de que Sandra y Ray saliesen con esfuerzo, Marco le cedió el paso a Cora. La cual, sin pensarlo dos veces, saltó al exterior. Y la visión que se extendía ante sus ojos la dejó sin habla.
Estaban en Puerto Calea.
La gruta estaba ubicada en una de las colinas que rodeaban el puerto, justo sobre la zona donde atracaban los barcos de pasajeros más pequeños, los yates y las embarcaciones de recreo. El grupo descendió despacio por un camino de tierra, salpicado de rocas irregulares y rodeado de arbustos aromáticos, hasta entrar en el pequeño pueblo costero por una de las calles laterales, flanqueada de viviendas encaladas. A través de las ventanas superiores de algunas viviendas se veía gente, y más de un balcón tenía ropa tendida. Un par de niños cruzaron delante de ellos, persiguiéndose y riendo seguidos por una mujer jadeante que presumiblemente era la madre de alguno de los dos.
Sandra pensó de inmediato en Ruth y trató de no imaginar lo que supondría para ella que le dijesen que sus padres, de pronto, habían desaparecido. No estaba muy segura de qué era lo que harían las chicas de Madrid para encubrir su escape; pero, razonó, confiaba en ellas lo suficiente como para no preocuparse. Al menos, no demasiado.
Un cuarto de hora después, la comitiva llegó al puerto. La última vez que habían estado allí, había sido volviendo de una aventura peligrosa en la que por poco habían muerto y, casi, se habían alegrado de dejar todo atrás. Pero estaba claro que alguien no pensaba permitir que olvidaran. En el instante en que llegaban a la altura de los ferrys, Daniel se detuvo con brusquedad, observando el casco de una de las naves con atención. El grupo en pleno frenó y sus miembros se volvieron para mirarle, interrogantes; pero él compuso una sonrisa sorprendentemente atractiva y se disculpó:
—Perdonad, se me olvidaba que yo no iba a tomar el mismo barco que vosotros.
Anya enarcó una ceja suspicaz.
—Y eso, ¿por qué?
El joven alkiano se encogió de hombros.
—A vosotros os conviene coger el "Ferry Oeste", y a mí, el "Este".
A los Elementos aquello no les decía nada, pero al parecer a los demás sí, porque asintieron con comprensión.
—En ese caso, que los Dioses te protejan, hermano —le deseó Anya, acercándose para abrazarle.
El joven le devolvió el gesto.
—Nos vemos pronto —aseguró.
Acto seguido, se despidió con su gesto protocolario del resto del grupo y se volvió para irse, no sin antes mirar intensamente a Marco. Este procuró no mostrarse cohibido, puesto que sabía que Daniel era de una Casa de Agua y por ello le mostraba respeto; pero, en cuanto se rompió el contacto visual, exhaló casi sin darse cuenta todo el aire que estaba reteniendo. Cora reprimió una sonrisa, sabiendo lo que pasaba por su cabeza, pero no dijo nada.
El barco en el que tenían que embarcar ellos llegaba al atardecer, por lo que decidieron buscar un buen sitio para comer mientras tanto. La conversación fue bastante banal, pero la tensión se mascaba en cada palabra, en cada gesto; y, cuando por fin subieron a la embarcación y todos estuvieron ubicados en sus respectivos camarotes, los suspiros de alivio respectivos no se hicieron esperar. Antes de subir, Marco pidió de inmediato un camarote para él solo, ante la mirada tensa de Cora, pero sus acompañantes aceptaron sumisos su sugerencia y los distribuyeron de acuerdo a sus sugerencias.
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El Poder de la Oscuridad (Los Hijos de los Dioses #2)
Fantasy10 CAPÍTULOS DE MUESTRA 🎸✨ 🎸✨ Dos años después de la muerte de Gregor, la suerte parece sonreír a los cuatro componentes de Black Sunset: un disco en el mercado 🎶, miles de fans coreando sus canciones en los conciertos 🎤💥, y una vida casi de en...