nuestro omega (Todos X Perú)

cap 20

La revelación de lo que había sucedido entre Perú y las organizaciones comenzó a expandirse. En un principio, todos se mostraron sorprendidos, pero rápidamente comenzaron a comprender que algo importante estaba ocurriendo. Las marcas que llevaban en sus cuellos no solo eran símbolos de una conexión, sino también de un lazo que nadie había previsto.

Perú, al reunirse con los demás países, sabía que las cosas no serían fáciles. Pero, a pesar de la incertidumbre, sentía que estaba preparado para lo que viniera. Los demás países comenzaron a acercarse, algunos con cautela, otros con una nueva determinación.

USA fue uno de los primeros en hablar, su tono firme y decidido. "Perú, sabemos lo que ha sucedido. Y ahora, más que nunca, necesitamos estar unidos. Esto no es solo una cuestión de marcas, es algo mucho más grande."

Perú miró a USA, sabiendo que él también sentía lo mismo. "Lo sé," respondió, "y quiero que todos entendamos lo que esto significa para nosotros."

Rusia, siempre más directo, intervino: "No hay vuelta atrás ahora. Esto cambiará todo. Pero no estoy dispuesto a perder lo que tenemos."

Las palabras de Rusia hicieron eco en todos los presentes. Perú sabía que tenía que tomar una decisión, pero lo que sentía por las organizaciones y países lo hacía incierto. ¿Podría seguir adelante con este nuevo lazo, o todo eso sería un obstáculo?

Con el tiempo, los demás países y organizaciones comenzaron a hablar entre ellos, pero todos los ojos seguían puestos en Perú. Era como si ahora fuera el eje sobre el cual giraba todo, pero él no podía evitar sentir el peso de esa responsabilidad.

Onu, que se había mantenido en silencio durante gran parte de la reunión, finalmente rompió el silencio. "Perú, ahora no es solo una cuestión de alianzas. Es algo mucho más personal. Todos sentimos lo mismo, y creo que es hora de ser sinceros."

FBI asintió, apoyando las palabras de Onu. "Nos preocupas, Perú. Nos importas de una manera que no podemos describir con palabras."

La habitación quedó en silencio por un momento, antes de que Perú, con un suspiro profundo, respondiera. "Yo también lo siento. Pero tenemos que encontrar una manera de manejar esto, de ser honestos con nosotros mismos y con los demás."

La reunión terminó, pero las palabras de todos seguían resonando en la mente de Perú. Sabía que lo que había sucedido entre él y las organizaciones no era algo que pudiera deshacerse fácilmente, pero también comprendió que había algo mucho más grande en juego.

La conexión que compartían no era algo que podía ser ignorado. Era una parte de ellos, algo que los unía más allá de las marcas y las palabras. Los días siguientes fueron un torbellino de emociones, pero al final, Perú y las organizaciones llegaron a un acuerdo: tendrían que aprender a vivir con lo que sentían, y aceptar que sus relaciones habían cambiado para siempre.