cap 27 La Gestación y los Preparativos

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El embarazo de Perú era ahora una realidad para todos los involucrados. Aunque las dudas y los temores seguían rondando su mente, no podía negar que los alfas estaban más que comprometidos con él. La noticia del embarazo había unido más a todos, y aunque Perú aún no comprendía completamente la magnitud de lo que estaba sucediendo, sabía que no estaba solo en esta experiencia.

Los primeros días de su embarazo fueron confusos. Las náuseas y la fatiga lo acompañaban constantemente, pero algo en su interior le decía que todo iba a estar bien. La incertidumbre era normal, pero el apoyo de los alfas lo mantenía tranquilo. Ellos, aunque también sorprendidos por la situación, estaban dispuestos a hacer todo lo posible por asegurarse de que Perú estuviera bien.

USA, siempre con su carácter protector, fue uno de los primeros en ofrecer su ayuda. Un día, apareció en la puerta de Perú con una gran bolsa de comida. “Escuché que necesitas comer más,” dijo, sonriendo mientras pasaba a la sala. Perú se rió suavemente, aunque la idea de comer más le resultaba un tanto difícil debido a las náuseas.

“Gracias, USA. Pero me siento tan mal que no sé si pueda comer mucho,” respondió Perú, mirando la variedad de platillos que USA había traído.

“Te prometo que te ayudaré a comer. No puedes dejar que el bebé se quede sin energía,” insistió USA, colocando un plato de sopa caliente frente a él.

Mientras tanto, Rusia había tomado la iniciativa de acompañar a Perú al médico. Aunque era un alfa reservado, su preocupación por Perú era evidente. No podía dejar de pensar en el bienestar del omega que, de alguna manera, había unido a todos. Mientras caminaban hacia la clínica, Rusia no pudo evitar preguntar: “¿Cómo te sientes realmente?”

Perú suspiró, apoyándose ligeramente en el brazo de Rusia. “Confuso… asustado. No sé qué esperar. Este es un proceso tan nuevo para mí.”

“Lo sé,” dijo Rusia, dándole un apretón reconfortante. “Pero, lo que es seguro es que no estás solo. Estamos todos aquí para ti.”

En la consulta, el médico les confirmó que el embarazo estaba avanzando bien, aunque Perú aún estaba en las primeras etapas. El doctor les explicó que todo estaba dentro de lo normal, pero que sería importante que Perú se cuidara y evitara el estrés excesivo. “El bebé está sano,” le dijo el médico, con una sonrisa amable. “Lo único que deben tener en cuenta es que el embarazo de un omega es diferente al de una humana. Hay que tener más precauciones, pero con amor y cuidado, todo irá bien.”

Al regresar de la consulta, Perú se sentía un poco más tranquilo, pero la incertidumbre seguía allí. Decidió hablar con Francia, quien siempre había sido una persona comprensiva. “Siento que hay tantas cosas que no entiendo. El embarazo, las marcas… todo esto es tan abrumador.”

Francia lo miró con dulzura. “Es normal sentirse así. Pero lo que importa es que todos estamos aquí para ti. Ya no estás solo, Perú.”

España también fue de gran ayuda. Un día, lo invitó a salir a caminar por el parque. Mientras paseaban,España le dio un abrazo cálido. “Esto es solo el comienzo, Perú. Los primeros meses pueden ser difíciles, pero lo importante es que tú y el bebé estén bien. Nos ocuparemos de todo lo demás.”

A lo largo de ese mes, los alfas se turnaron para estar con Perú. China también era una constante presencia, trayendo pequeños obsequios y asegurándose de que Perú tuviera todo lo necesario. “Lo mejor para ti, siempre,” le decía, sonriendo con su característico rostro tranquilo.

El apoyo fue tan abrumador que, por momentos, Perú no sabía cómo manejar tantas muestras de cariño. Sin embargo, sentía que su vida estaba cambiando de una manera que nunca imaginó. Los alfas lo rodeaban, y él ya no se sentía tan solo en sus pensamientos y emociones.

Un día, México decidió organizar una pequeña reunión para celebrar el avance del embarazo. La idea de que los alfas estuvieran tan involucrados en la vida de Perú le daba una sensación extraña de calidez, algo que nunca había experimentado antes. Todos llegaron a la reunión con regalos y una actitud llena de amor y apoyo. México hizo una broma, intentando aliviar el ambiente tenso que a veces rodeaba la situación. “Sabía que este embarazo nos iba a unir más. Ahora tenemos que organizarnos para ver quién compra las cosas del bebé.”

La risa llenó la habitación, y aunque la situación seguía siendo nueva y extraña para todos, había algo en el aire que les decía que todo iba a estar bien.

Cuando la noche cayó, Perú se encontraba rodeado de tantos sentimientos, de tantos gestos de cariño, que por fin pudo sonreír genuinamente. El miedo seguía allí, pero la esperanza lo reemplazaba poco a poco. Sabía que su vida, la de los alfas, y la del bebé, estaba comenzando a dar un giro inesperado, pero al menos no tendría que enfrentarlo solo.

Chiqui sola una pequeña cosita que me olvidé comunicarles es que España no es el padre de Perú

nuestro omega (Todos X Perú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora