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—Muchas gracias por la ayuda— el omega hizo una leve reverencia por respeto.

— No hay problema.. si no te importa me gustaría estar al tanto de él, como es de mi manada es parte de mi familia y como tal debo velar por él— miro al pequeño cachorro dormido en la cama del omega —y si necesitan algo puedes pedírselo a Komori, mi primo. El estará al tanto de ustedes tanto como por su protección como también de sus necesidades—

Atsumu se sorprendió, no esperaba que el alfa le brindará su protección.. pero era por Katsuki, como no quizo dejar que él se lo llevara a su reino donde pertenecía con la manada Itachiyama.. Kiyoomi estaría al tanto del cachorro apesar de no estar presente, ya fuera a través de su primo.

—No es necesario..— pero Kiyoomi ya había salido de la habitación en una forma de decir que ya habia tomado su decisión. Atsumu lo siguió hasta la puerta principal. —Gracias— susurro y Kiyoomi lo miro solo por un instante para ver el brillo de sus ojos, un brillo que le encantaba ver. Le dio la espalda y se fue sin decirle nada más.

Atsumu al ya no ver su silueta cerró la puerta y subió a su habitación, se acostó con cuidado de no despertar al cachorro. Acaricio suavemente las mejillas regordotas del menor, se veía tan adorable.. acomodo las frazadas sobre sus cuerpos, apago la lámpara siendo la suave luz de luna lo único que iluminaba un poco la habitación.

—La luna se ve hermosa hoy— susurro antes de quedarse dormido, en el cómodo silencio y con el suave olor a lavanda que había quedado impregnada en Katsuki. Se ruborizo un poco sin razón alguna.. o tal vez al recordar al alfa que dejo entrar a su casa y que también entró a su habitación.

—Joven Ushijima, tengo algo importante que informarle— dijo un señor que aparentaba tener unos treinta años; estaba caminando con un pequeño grupo de empleados que rodeaban al menor, ellos estaban encargados de los preparativos para el casamiento ...

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—Joven Ushijima, tengo algo importante que informarle— dijo un señor que aparentaba tener unos treinta años; estaba caminando con un pequeño grupo de empleados que rodeaban al menor, ellos estaban encargados de los preparativos para el casamiento del joven líder.

El joven alfa detuvo su caminar e hizo una seña con la mano para que lo dejaron solo con Dai, el cortesano que lo a estado ayudando y guiando en cada paso y decisión desde que su padre falleció y tuvo que ocupar su lugar.

—¿Que sucede?— dijo mirando al mayor, quien parecía preocupado lo cual era raro de ver ya que el beta siempre se mantenía calmado.

—Se han escuchado rumores.. de que se han visto cuerpos colgados en los árboles del bosque de la muerte, nadie se ha atrevido a pasar los límites que su padre puso, ellos temen a quedar como ellos.. Ademas algunos de los aldeanos han dicho que han escuchado ruidos provenir desde el bosque y no sólo eso... han desaparecido cinco omegas de la manada Nekoma— el alfa frunció el ceño, nada feliz con el informe del día.

Tenía a varios alfas dispersos por todos los reinos para vigilarlos, por lo que siempre se enteraba de todo lo que sucediera.

—¿No a salido nadie de ese bosque?— apesar de la gravedad de la situación se mantenía calmado, su padre había sido uno de los líderes más fuertes y sabio, pero falleció cuando detuvo todo movimiento del reino que atravesaba aquel bosque de la muerte que fue llamado así cuando hace años atrás siempre aparecían cuerpos sin vidas dispersos por ese gran bosque, quien entraba ahí nunca salía.

Su padre fue alguien muy valiente para poder atravesar ese extenso bosque, y detener los planes de Suzuki Kenshiro. Un enigma, conocido como el rey de los vampiros y que fundo su reino con su apellido. Cuando decidió liderar a todos los vampiros luego de derrotarlos y demostrar que era más fuerte que todos ellos, todo se había vuelto un caos. Se volvieron el peor enemigo de los lobos, como tambien el mayor peligro.

Su padre logró ponerles un alto, apesar de que eso le costará la vida. Pero nunca más hubo más asesinatos, no hubo más sangre. ¿Entonces por que ahora? ¿Volverían a esos tiempos de masacre? No podía permitirlo, no cuando su padre se esforzó para detenerlos.

—No.. no se a visto a nadie salir de ahí— eso era un alivio, mientras que no cruzaran el bosque.. por ahora ellos estarían a salvo, ¿Pero por cuanto tiempo hasta que decidan cruzar?

—Informen le al Señor Shuji, el debe de estar al tanto de esto.. esta vez no estamos solos, podemos contar con su apoyo— y es que ningún otro reino sabía de lo había hecho su padre, ni sabían lo que había atravesando el bosque, para ellos era un misterio el cual no querían descifrar.

—Así será, joven líder— hizo una reverencia antes de irse.

—Espero que aun estemos a tiempo de tomar las medidas necesarias— se dijo a sí mismo cuando el beta se fue, mirando el cielo por una de las ventanas del castillo.

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