Culpas

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Top: Argentina × Bottom: Perú
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"Buenos días, señor. Le dejo aquí los papeles de divorcio. Por favor, firmelos lo más pronto posible."

Soltó un suspiro viendo los papeles ser puestos en la mesa, sacó el cigarro de su boca. Y asintió.

Argentina: V-Vale, dejálo allí, lo firmaré pronto. --Dijo-- Che retirate.

Agobado: El señor-

Argentina: ¡Vale! Lo sé. Lo sé. El idiota ese no puede esperar ¿Eh? Puto europeo. --Responde a la defensiva-- Solo... déjame solo.

El humano estaba notoriamente incómodo ¿Y cómo no? Era una situación embarazosa, no apoyaba las desiciones de su representado pero ¿Qué podía hacer?

Abogado: Entiendo señor, vendré en una semana a su oficina nuevamente por los papeles. Disculpe.

Dicho ello el humano se retiró dejando solo al argentino, era un terrible momento. El del sol apoyó su cabeza en el respaldo, firmar los papeles...no quería hacerlo a decir verdad pero su jodido esposo había estado siendo seducido a sus espaldas por ese maldito entrometido. Tocó su frente ¿Cómo había sido tan ciego como para no verlo antes? ¡Era obvio!

Tomó su maletín y dejó los papels allí, tomo un taxi y titubiando introdució la llave en aquella chapa metálica que daba al apartamento. Al hacerlo se topó con cierta asquerosa escena. Su aún AÚN esposo tomando el té con el tipo de su mas sincero desagrado. En su AÚN casa.

Argentina: Que descaro. Saca a tu amante de aquí --Dijo tirando su maletin al sofá--

Ambos lo vieron incómodos. Unos pasos peculiares se acercaron veloces, un pequeño corrió hacia el argentino tirandose sobre suyo recibendolo con una sonrisa y movida de cola.

" Parece que aún le agradas."  Esa tan desagradable voz.

Argentina: ¿Pero sos pelotudo? Obvio que sí, es mí hijo. Y eso no puedes robar Italiano de mierda. --Soltó ya sin contenerlo más-- Andate de mi casa ¿Si?

El mencionado ahogo un jadeo, retiró su guante blanco de su mano y se acercó hasta el cachorro, se inclinó y acarició la pequeña y peluda cabeza del animal.

Italia: No estaría seguro de ello --Dijo bajito--  Cariño --Llama-- Igualmente debo retirarme, Francia me invitó a junto a UK ir de compras --Se reincorpora-- Nos vemos, pequeño.

Volvió a acercarse, tomó suavemente la mano del mencionado y depositó un suave beso en esta. Tan elegante.

Sus mejillas se sonrojaron ante aquello un "Hasta luego Ita" salió de sus labios tras una sonrisa y un brillo pecualiar en sus ojos. Aquello dolió. No por el beso o el apodo, sino por esa sonrisa, por ese brillo que hace tanto ya no aparecía con él.

Italia: Nos vemos Argentina, ah... y no lo alargues más. Perú ya me comentó que no quieres firmar... Dejalo ser feliz.

Dicho eso, salió del departamento dejandolos a los dos...tres... solos y en silencio. Odiaba admitirlo. Pero quizá tenía razón.

Argentina:No quiero verlo por aquí. --Soltó-- Tú aún eres mi esposo ¿Puedes respetarme un poco?

Giró los ojos, se levantó con intención meterse a la habitación que aún "compartian"

Argentina: ¡Perú! Te estoy hablando --Se levanta siguiéndolo--

Perú: ¡Ya basta! Argentina --Dijo cansado-- Para ya...

Argentina: ¿¡Yo?! Tú eres el que trae a su amante a NUESTRA casa. ¿QUE TE PASA?

Perú: ¡No es mi amante!

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