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Un confundido Taesan estaba de pie con la mirada perdida mientras el ahora despierto Leehan se encontraba sentadito en la cama, tomándose la infusión de plantas medicinales que el mayor había preparado.

Apenas pasaron unas horas desde que enfermó, y seguía siendo de noche, pero puede decir que ahora se encuentra mucho mejor.

— La miel le da un punto – comentó alegre al terminarse la infusión.

— ¿Cómo te encuentras?

— Solo me molesta un poco la garganta, pero es soportable.

Taesan sonrió satisfecho — Bien, ahora debes dormir para que se te pase del todo. Iré al salón – avisó, pero antes de salir de la habitación unos bracitos lo abrazaron por la espalda — ¿Qué-?

No llegó a formular la pregunta pues había sido tirado a la cama en un movimiento rápido, y de un momento a otro tenía a Leehan sentado en sus piernas.

— Ya no tengo sueño y me gustaría hablar contigo. ¿Por qué siempre que enfermo te quedas en el salón? – cuestionó serio con un puchero triste — Pudiste haberme dejado ahí y quedarte aquí durmiendo tranquilo.

Siempre pasaba de esa forma: enfermaba, se dejaba dormir teniendo a Taesan al lado y al despertar se encontraba solo en la cama, dándose cuenta luego de que Taesan durmió en el sillón. Es por eso que esta vez fue él quien se había ido pensando que tal vez a Tae le molestaba lo escandaloso que puede ser al toser o estornudar.

— P-Para que duermas bien – respondió tímido en pocas palabras, algo que hizo a Leehan fruncir el ceño.

— Quiero la respuesta larga, no la simple.

Viendo que Leehan no planeaba dejarle levantarse hasta que obedeciera, suspiró algo nervioso — Te da mucho calor cuando enfermas, y yo tiendo a ser muy pegajoso al dormir. Dudo que te guste tener a alguien pegado a tu cuerpo cuando de por sí te sientes muy caluroso. – admitió finalmente, sin poder establecer contacto visual.

— Oh, con que es eso – pensó en alto, ahora alegre de saber que no era por ser una molestia, si no porque Taesan se sentía el que molestaba — Pero a mí sí me gusta tenerte pegado. De hecho, me siento muy solito si no estás.

Taesan se tapó el rostro con ambas manos para que Leehan no viera su sonrojado rostro — Por favor, no digas cosas tan vergonzosas a la ligera – es malo para mi corazón, finalizó mentalmente.

El menor soltó una risita — ¡Pero es la verdad! – exclamó mientras se levantaba, dejando completamente libre al contrario — Taesan-ah, estos días me he dado cuenta de algo... – comentó con seriedad al cruzarse de brazos.

— ¿Qué es?

— Tú... Te valoras muy poco, ¿Verdad? ¿Puedo preguntar por qué?

Taesan alzó la cabeza algo confundido por la pregunta — ¿Me valoro poco...? – murmuró para sí mismo

꒰  ∂ᴇᴀʀ тᴏᴡᴇʀ¹  ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ ɢᴏɴɢꜰᴏᴜʀᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora