ɢᴏɴɢꜰᴏᴜʀᴢ ౨ৎ˚₊‧ ꒰ ∂єαя тσωєя ꒱ ꩜ .ᐟ
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El príncipe Leehan lleva años
esperando a que el elegante y
caballeroso príncipe mencionado
en la maldición que se le fue
establecida v...
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‼️ Este capítulo contiene smut leve, si no te gusta esto te lo puedes saltar ya que es mero fanservice ‼️
Justo en las paredes del salón había dos folios pegados donde anotaban los puntos que llevaba cada uno en esa guerra que habían creado. No inventaron ningún sistema para canjearlos, así que era puramente entretenimiento y competición sana entre dos chicos queriendo divertirse y molestar al contrario.
No ha pasado mucho tiempo desde que lo pusieron, y aún así ambas hojas estaban casi completamente llenas de líneas. Sí, no se contenían mucho y estuvieron atacándose constantemente.
Había veces donde Taesan le decía cosas lindas a Leehan y este se avergonzaba mucho; luego Leehan usaba su ternura para atacar a Taesan con abracitos que el mayor no se esperaba; también está el que se la pasan mirándose para encontrar el momento adecuado donde poder besar al otro pillándolo desprevenido, aunque como sin querer buscaban esos momentos a la misma vez, al final eran completamente predecibles por lo que eso también lo convirtieron en una guerra por quién aguantaba más tiempo, siendo el perdedor quien se separaba primero. Siempre habían distintos ganadores, hasta en eso empataron bastante.
A Leehan aún le costaba un poco decir 'Te amo', y Taesan aprovechó para rascar puntos por ahí. No dudaba ni un segundo en recordarle al menor lo mucho que lo amaba. Pero luego Leehan encontró la manera de estar igualados al ganar puntos a base de ser todo un niño mimado y pegajoso.
Gracias a eso Taesan descubrió que le gustaba cuando el rubio se le subía encima como un koala, o cuando se quedaba dormido en su regazo cada vez que él se entretenía dibujando. Por supuesto no pudo negarle el obtener puntos por ello.
Y con todo eso, ambos llegaron a un empate que Leehan quería eliminar, por lo que invitó a Taesan a dar un paseo.
Realmente tenía algo planeado, pero eso el pelinegro no lo sabía. Por primera vez fue Leehan quien intentó cocinar algo, y cree que le quedó lo suficientemente delicioso y lindo como para sorprender al mayor. Ya no solo ganaría muchos puntos con eso, sino que tal vez recibiría elogios de su parte, y entre las dos cosas los cumplidos eran mucho mejores.
— ¡Vamos, Taesannie! – exclamó al darse cuenta de que lo había dejado atrás.
— ¿Por qué tanta prisa? ¿Tienes algo en mente? – preguntó divertido por la desesperación del menor.
Leehan asintió — Te mentí, no vamos a tomar flores – sacó la manta de la cesta para dejarla extendida en el césped y luego poner encima el resto de cosas que había traído — Preparé un picnic especial para los dos. Hay tarta de chocolate y batidos.
Viendo que el rubio se agachó un poco con una sonrisa orgullosa en su rostro mientras le miraba con ojitos (como esperando algo), Taesan supo exactamente lo que quería, y es por eso que acarició su cabecita.