𐔌 ── 2 O

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Aunque pidió que no le trajera más cosas, no estaba del todo seguro si Taesan le iba a obedecer, pues se había dado cuenta de que este hacía todo por y para Leehan.

¿Que Leehan odiaba el tomate en su comida? Ahí estaba Taesan para comérselo por él.

¿Que a Leehan le daba frío mientras dormía? Ahí estaba Taesan dejándole todo el edredón que compartían a pesar de que él también tenía frío.

¿Que Leehan ponía una mueca de molestia cuando escuchaba las ramas de los árboles rechinar contra el cristal? Ahí estaba Taesan deshaciéndose de ellas.

¿Que a Leehan le molestaba cuando le daba el Sol en la cara por las mañanas? Ahí estaba Taesan utilizando sus alas para darle sombra.

Leehan nunca pidió nada de esto, son acciones que Taesan decidió hacer a voluntad propia en cada una de las situaciones.

No lo va a negar, se sentía bien saber que Taesan siempre quiere lo mejor para él y está lo suficientemente atento como para notar absolutamente todo.
¿Pero qué hay del propio Taesan? Era como si pusiera a Leehan mucho antes que él mismo, y eso al rubio no le gustaba. Quería que su compañero también se diera sus propios caprichos y no solo se dedique a analizarlo y consentirlo. Pero tampoco estaba muy seguro de si realmente es así.

Es por eso que se le ocurrió ponerlo a prueba. Ya que todas sus acciones por el momento cumplían con su petición de no traerle nada, esta vez pediría algo al aire a ver si se lo trae o no.

— Uh, que ganas de tener ovillos de lana – soltó a la nada fingiendo estar pensando en alto mientras también fingía leer el libro que tenía en las manos, aunque estuviera al revés.

No sabe si Taesan lo escuchó, él se encontraba viendo las flores — resistiendo las ganas de dárselas a Leehan — por fuera de la — ahora — casita. A pesar de la distancia, es consciente de la extraordinaria capacidad auditiva del pelinegro, pero aún así dudaba un poco. Igualmente lo descubriría pronto.

Y es así como por la noche fingió dormir cuando ambos se acostaron en la cama, y en algún punto notó como el pelinegro se levantana de esta con sumo cuidado, no queriendo molestar a Leehan, que para él si se encontraba completamente dormido.

Una vez Taesan se fue, Leehan abrió los ojos. Aún no era el momento de actuar, existía una posibilidad — muy pequeña — de que Tae simplemente fuera al baño o algo. Por eso esperaría un poco.

Más tarde, cuando escuchó un golpe, ahí decidió que ya era hora, y bajó rápidamente encendiendo las velas con un mecanismo rápido que tenía la torre.

— ¡¡Ajá!! – exclamó acusatoriamente al ver a Taesan recogiendo un ovillo de lana que se le había caído al suelo, quien por cierto dió un brinquito del susto que le dió ver al rubio, y el resto de ovillos se resbalaron de sus brazos.

— L-Leehan, ¿Qué haces despierto?

— ¿Y qué haces tú trayéndome cosas cuando te pedí que no lo hicieras? – ok, quizás su tono de voz sonó algo brusco, mucho más que otras veces. Pero no se dió cuenta de ello hasta que vió como los hermosos orbes amarillos de Taesan empezaban a distorsionarse entre las lágrimas que amenazaban con salir —. Oh, mi... ¿Fui muy cruel? ¡Lo siento! – se disculpó rápidamente, nervioso por haber causado ese efecto.

— P-Perdóname tú a mí – sollozó pensando que por primera vez Leehan se había enojado seriamente con él —. No p-puedo evitarlo, n-no era mi intención d-desobedecer...

Los ojos de Leehan también estaban empezando a cristalizarse —. ¡Pero no llores, tonto, o yo también lloraré!

— ¡Lo sientooo!

— Está bien, clama – Leehan usó su propia camisa del pijama para limpiar el rostro lloroso de Taesan —. No estoy enojado, perdón si lo parecía – animó intentando sonar lo más dulce posible.

No sabía que Taesan podría llegar a ser sensible. Por lo general suele verse bastante fuerte, como si nadie pudiera hacerle sentir mal. Por eso se sorprendió al ver esa nueva faceta suya, y aunque se sintió mal al descubrirla de esa manera, le gusta ser conocedor de ello.

Luego de subir los ánimos de Taesan a base de repetirle varias veces que no hizo nada malo, Leehan tomó los ovillos de lana y dos palitos de madera para rápidamente iniciar su verdadero plan.

En parte sabía que Taesan se lo iba a traer, y pidió eso en específico con una idea en mente.

Los días siguientes, Leehan aprendió a tejer, y en una semana logró hacer una manta bastante grande para que Taesan pudiera estar abrigado cada vez que le daba su parte del edredón.

La idea era hacerlo con calma, y tenía en mente que tardaría al menos un mes debido a la nula experiencia.
Sin embargo, se sentía culpable por haber asustado y hecho llorar a su compañero, por lo que se esforzó mucho por mejorar rápido. Hasta pasó varias noches en vela para poder terminar.

Al entregarle su creación, Taesan empezó a llevársela a todos lados completamente emocionado y agradecido. Lucía muy adorable con los ojitos llenos de gratitud e ilusión, y el contraste que daba ver su cabello negro con la manta de lana de colores llegaba incluso a ser una imagen divertida.

Ahí, Leehan se dijo que no permitirá que nada ni nadie arruine la felicidad de su compañero. Mucho menos dejará que Taesan descuide su propio bienestar.





 Mucho menos dejará que Taesan descuide su propio bienestar

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JQOWOSPSP ESTÁN CHIQUITOS 😭💗💗💗💗💗

Y como confirmó la autora en la versión original, aquí Taesan es top, pero un top que le llora a Leehan cuando este le habla feo sin querer ☝️

En conclusión:

Taesan es una masita que debemos proteger 🥹

꒰  ∂ᴇᴀʀ тᴏᴡᴇʀ¹  ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜⁱᵒⁿ ɢᴏɴɢꜰᴏᴜʀᴢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora