ɢᴏɴɢꜰᴏᴜʀᴢ ౨ৎ˚₊‧ ꒰ ∂єαя тσωєя ꒱ ꩜ .ᐟ
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El príncipe Leehan lleva años
esperando a que el elegante y
caballeroso príncipe mencionado
en la maldición que se le fue
establecida v...
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Taesan se encontraba acostado en el césped con los ojos cerrados, sin llegar a dormir. Estaba feliz y enojado a la vez.
Ya pasaron varios días desde que empezó au celo, días donde Leehan no dejó de mimarlo para poder sobrellevarlo (cosa que agradeció en lo más profundo de su ser, todo se le hacía más fácil si Leehan le daba cariñitos). Ahora su celo terminó y volvió a ser el de siempre.
Está alegre porque finalmente puede pensar con claridad y recordar que no solo besó a Leehan, si no que este también lo besó a él. Eso para Han significaba mucho más de lo que parecía. Mientras aquellos labios sabor chocolate atacaban los suyos, él ya lograba ver un lindo futuro donde su amor era correspondido.
Por otro lado, su enojo venía de que, a pesar de aquella situación, Leehan no parece estar ni un poco sorprendido por lo ocurrido. De hecho ha actuado como siempre desde entonces, en ningún momento sacó el tema y sigue conviviendo con Taesan como si nada.
Todo parecía ser que Leehan realmente no le daba importancia a lo ocurrido, eso o por cuestiones del destino lo olvidó todo.
Taesan no sabía cómo sentirse al respecto, pero lo primero que surgió al pensar en ello fue un creciente enfado. No con Leehan, era más bien un tipo de frustración personal.
Por un impulso del momento, se arriesgó a dar un pasito adelante que técnicamente fue más que correspondido, y ahora siente que realmente no ha avanzado nada.
A veces quisiera poder meterse en la cabeza de Leehan para ver qué está pensando, porque ve incapaz que alguien tan expresivo y afectivo como él actúe con indiferencia ante un beso mucho más significativo que los que le daba en la barriguita, sobre todo siendo su primer beso. Taesan sabía que Leehan fantaseaba con dárselo a la persona de la que se enamorara...
Al recordar eso, Taesan levantó la cabeza con los ojos muy abiertos.
¿Y si ya está enamorado de mí? Se preguntaba con emoción. Todo rastro de enojo desapareció al empezar a creer que realmente es así, y no pudo evitar rodar muy alegre y emocionado por el césped. Nada le garantizaba estar en lo cierto, pero las probabilidades eran altas así que Taesan estaría dispuesto a arriesgarse de nuevo con tal de avanzar.
¿Entonces debería confesarme ya? Se alentó con ilusión, y empezó a buscar las palabras adecuadas, planeando también cómo y dónde hacerlo.
Por otro lado, Leehan se encontraba emocionalmente abatido, y no quería dejar que Taesan lo supiera para no preocuparlo ni incomodar las cosas, por eso ha actuado con naturalidad.
Pero una vez que estaba solo, apoyaba la cabeza en cualquier lado para suspirar con pesadez al no entender bien sus sentimientos. En su caso estaba confundido y triste, no entendía absolutamente nada del porqué ahora reaccionaba tanto con Taesan, aunque él no se diera cuenta de ello. Solo con tenerlo cerca, se ruborizaba mucho; al escucharlo, su corazón se acelera; cuando este lo abraza, siente un cosquilleo por su vientre; y cuando duermen juntos está tan consciente del mayor que se pone nervioso hasta el punto de no lograr dormir bien.