SINDROME DE SOLTERIA

Capitulo 11

A diferencia de las sillas normales, las sillas reclinables del balcón fueron diseñadas para el ocio. El asiento horizontal se inclinaba hacia atrás, dando a uno la sensación de hundirse en la silla al sentarse completamente dentro de ella. La parte baja de la espalda de Du Chi estaba apretada contra el respaldo, pero la parte superior de su cuerpo se inclinaba ligeramente hacia adelante, creando un ángulo de menos de noventa grados entre sus muslos y su pecho.

El espacio limitado se sentía intenso y Xiang Mo incluso tenía la ilusión de que se había hundido en el abrazo de Du Chi.

—No necesito eso. —El aire se llenó de una vibración peligrosa y Xiang Mo instintivamente rechazó la situación. Arrugó las cejas, apoyándose colocando sus manos sobre los hombros de Du Chi, tratando de levantarse. Sin embargo, la mano alrededor de su cintura le impedía moverse.

—¿Cuáles son tus planes para esta noche?— Du Chi entreabrió ligeramente los labios y miró a Xiang Mo.

Debido a la disposición de los asientos, la diferencia de altura parecía al revés. La cabeza de Xiang Mo solo llegaba a la nariz de Du Chi antes, pero ahora Du Chi inclinaba su barbilla ligeramente hacia arriba para mirar a Xiang Mo, haciendo que la línea de su cuello fuera excepcionalmente prominente.

Sin prestar atención, pensó Xiang Mo, esa línea era el músculo esternocleidomastoideo.

La relación entre la cabeza y el cuello estaba determinada por la naturalidad de la representación de ese músculo. Sólo unos pocos trazos podían delinear la forma aproximada del cuerpo humano, y a Xiang Mo le encantaba dibujar figuras porque era adicto a este proceso.

Sus manos ansiaban dibujar.

—¿Maestro Xiang?— Parecía que la distracción de Xiang Mo era excesiva. Du Chi levantó la pierna con un toque de disgusto, obligándolo a concentrarse. —¿A tu cuarto?

—¿Eh?—De repente, devuelto a la realidad, Xiang Mo no entendió por qué su conversación se había trasladado a su habitación. Sólo podía producir un sonido monosilábico.

—O—, continuó Du Chi, con un atisbo de sonrisa en sus labios, —¿te gustaría venir a mi habitación?

Sus dedos se movieron suavemente sobre la cintura de Xiang Mo, indicando sus intenciones.

Xiang Mo se sorprendió al pensar, ¿Cómo podía esta persona ser tan casual?

Hace treinta minutos, había observado casualmente el enredo de Xiang Mo con Tan Song, aparentemente desinteresado. Sin embargo, ahora estaba abrazando a Xiang Mo y haciéndole una invitación abierta.

Hablando objetivamente, Xiang Mo consideraba a Du Chi bastante atractivo. Su rostro y figura encajaban perfectamente con la estética de Xiang Mo, y sus pensamientos parecían estar en la misma longitud de onda. Probablemente no habría más enredos ambiguos.

Pero ese no era el punto.

Xiang Mo y Du Chi sólo se conocían desde hacía dos semanas; no eran lo suficientemente familiares como para estar juntos en la cama. Xiang Mo no se consideraba una persona casual y no podía conectarse sin problemas de esa manera.

—No necesito un nuevo compañero de cama. —Cuando se aflojó el agarre alrededor de su cintura, Xiang Mo se levantó del abrazo de Du Chi. Se concentró en ordenar los materiales de arte, evitando mirar a la persona que había hecho que su corazón se acelerara, pero de repente escuchó una suave risa.

—Maestro Xiang. —Du Chi parecía extremadamente divertido. —Estaba hablando de dibujar, de ir a tu habitación a dibujar. Si no quieres, puedes venir al mío. ¿Dónde vagaba tu mente?