Capítulo 8

47 8 0
                                    

Capítulo 8

Los límites de la paciencia

Al otro día Jin despertó pesadamente, no había logrado dormir en todo el día por las palabras de su amigo. Le dio tantas vueltas al asunto que pensó que sus problemas se convertirían en un carrusel. Le costaba pensar en lo que podría hacer. El dilema nunca fue elegir, sino decirle a Sowon la verdad, aunque sospechaba que la chica ya lo sabía. Pero aun así todo era tan difícil. Parecía fácil, pero a decir verdad no lo era.

Sin embargo, si lo volvía a pensar, lastimar un poco a Sowon no era nada a vivir toda la vida a su lado.

—Como odio mi vida...—murmuraba molesto el alfa apretando con fuerza las sábanas que lo cubrían.

Escuchó pasos acercarse a su celda. Frunció el ceño pensando cómo haría para echar a Sowon esta vez. Debería inventarse algo nuevo o de lo contrario la chica nunca le creería. Tal vez podría fingir dormir, así ella no lo molestaría. Esa era una buena idea.

Sin embargo, mientras disimulaba, escuchó que entraban directamente a su celda. Quizás JungKook se había decidido a visitarlo una vez más. Pero al abrir los ojos, vio a dos personas allí, dos personas que conocía perfectamente.

—¿Qué hacen aquí?—preguntó sentándose en la cama.

—Necesitamos hablar—dijeron Dooly y TaeHyung al mismo tiempo, los dos cruzados de brazos y con gesto molesto.

—Déjenme adivinar, sobre mi decisión, ¿no es así?—decía Jin hastiado— Por favor, no vengan a molestar con eso, ya bastante tengo con Sowon siguiéndome a todos lados.

—¿Acaso no te gusta que ella te siga?—ironizaba Dooly.

—Pues pareces disfrutar de su compañía—rodaba los ojos TaeHyung.

—Sinceramente no estoy de humor para esto, así que por favor díganme lo que quieran decirme de una vez—suspiraba enojado el alfa.

Ambos suspiraron y Jin pensó que estaban sincronizados.

—¿Por qué juegas con JungKook?—preguntó el pelirrojo.

—Yo no juego con él, nunca lo he hecho.

—No mientas—dijo seriamente Dooly—. Ayer vino raro, no somos estúpidos, tardó más de lo que suele hacer en el baño y con raras marcas en el cuello. El único que deja que lo toque eres tú, así que tú nos dirás.

—Es cierto, Kookie vino extraño. Jin, apúrate a elegir porque te puedo asegurar que si no lo haces pronto ya no volverás a ver a Kookie nunca más.

—¿Acaso lo alejaran de mí?—preguntaba molesto el alfa levantándose de su lecho.

Entendía que lo quisieran proteger, pero que llegaran a ese punto ya era demasiado.

—Nosotros no, Jin, pero hay alguien que sí—contó Dooly sin dar muchos detalles.

—Jin—llamó tranquilo TaeHyung, acercándose al chico para tomarle de las manos con suavidad—, por favor, sea lo que sea que vayas a elegir hazlo pronto. No hagas sufrir aún más a Kookie porque él realmente sufrió mucho cuando lo dejaste hace años atrás—confesaba el chico—. Solamente...ya no quiero volverlo a ver tan muerto en vida, así que por favor, Jin, elige pronto—suplicó con unas lágrimas en sus ojos.

Y ese semblante del pelirrojo logró ablandarlo lo suficiente como para que su enojo se calmara. Bajó la mirada, viendo las manos que sostenían las suyas. Conociendo a TaeHyung, jamás mentiría con algo así. Al parecer, no había sido el único que sufrió por eso. Terminó correspondiendo al gesto, apretando las manos del chico.

Entre rejas y hormonas {JinKook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora