Capítulo: 12

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                              Thiago.

Ignoro las miradas de desconfianza de la gente mientras espero a que llegue mi acompañante a la cafetería donde habíamos quedado para hablar.

También me abstengo de rodar mis ojos ante las risitas coquetas que lanzan algunas mujeres que tratan de llamar mi atención.

Tal vez si fuera hace casi un año atrás hubiera aceptado el coqueteo y me habría llevado a la cama a cualquiera de ellas.

Pero no es así porque mi atención es toda para un hermosa Pelirroja que está de novia de una de mis hermanos del club.

No más recordar eso me dan ganas de romper todo a mi paso pero eso sería estúpido porque yo fui quien la apartó de su vida.

Solo que recuerdo que lo hice por su bien es lo único que me alivia las ganas de matar a Matthew

Ese día cuando Sol llegó así de destruida quise ir corriendo en busca del Bozzolo de Matthew para molerlo a golpes.

Ella no me quiso decir quien le hizo daño y eso es algo que irrita.

En fin luego de eso han pasado varios días, y hoy es viernes y noche de karaoke.

Sol cantará dándole ese toque increíble y dulce.

Il mío Sole.

Esa mujer por más que trato de sacarme la de la mente es imposible y eso me asusta como la mierda.

Suspiro jugando con una servilleta que mirando a la nada cuando el tintineo de la puerta llama mi atención viendo que por ella ingresa mi amiga y recepcionista de la clínica donde recibo terapia.

Los dos habíamos quedado la semana pasada de tomarnos un café y así fue como quedamos hoy.

Astrid ingresa retorciendo sus manos con nerviosismo.

Ella viste un jeans azul, zapatillas negras, una sudadera rosa y su largo cab rubio recogido en una coleta con maquillaje suave.

Es una chica dulce.

Ojalá me pudiera enamorar de ella, pero no puedo porque mis pensamientos siempre van en dirección a cierta Regordeta.

Estoy tan jodido.

Me levanto para recibirla con un abrazo y beso en la mejilla ayudándole a sentarse en la silla enfrente de mi en la mesa.

__Lamento la tardanza, tuve un inconveniente.

__Balbucea Astrid apenada

__Descuida, esas cosas pasan. Mejor pidamos algo.

__Minimizo sereno avistando el gesto de alivio de la Rubia.

Finalmente un mesero toma nuestros pedidos y se va.

Al poco rato el mismo chico nos trae lo que ordenamos y así comenzamos a conversar de temas triviales.

Es sin duda una chica carismática que cuando agarra confianza muestra una personalidad chispiante.

Solo que su sonrisa se muere al ver algo detrás de mí.

Frunciendo el ceño me giro porque ella está de cara a la puerta y ahí veo a un sujeto que reconozco como el psicópata Patrick Friman, el ex de Astrid.

El cual viene a grande zancadas tomando con brusquedad del brazo a Astrid que chilla levantándose intentando liberando se.

Yo me levanto también y sin miramiento lo tomo de la chaqueta y  casi que arrastrándolo lo llevo a la salida de la cafetería ante las miradas de asombro de los comensales.

Perdido Entre Sus Curvas (Saga Vikingos MC # 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora