Capítulo: 5

115 11 7
                                    

Thiago.

Muevo mi pierna repetidas veces ante la ansiedad y fastidio que me genera estar en este lugar. Porque sí, hoy es mi primera cita con el terapeuta que me consiguió el Prez.

Ya han pasado varios días luego de mi ataque de ira en la que destruí mi habitación, la cual ya está otra vez como si nada.

Unos hermanos me ayudaron a reparar algunas cosas y otras simplemente las compré.

En fin....

Odio estar en hospitales, me generan estrés y ya estoy lo suficientemente estresado en estos días.

Inhalo y exhalo tratando de tranquilizar mi angustia porque sé que esto es lo mejor para mí.

Entiendo eso perfectamente porque ya no es fiable seguir sin atender mis traumas.

Si algún día deseo tener una mujer e hijos debo estar sano.

No más pensar eso me hace acordar de una tierna pero sensual Pelirrojiza de curvas matadoras y mi corazón se acelera a toda marcha.

Malediozione.

No debo pensar de esa manera en ella ya que ahora está saliendo con uno de los hermanos del club.

El Bozzolo de Matthew.

Sino tuviera estos traumas de mierda sería yo quien la llevara del brazo y llevaría con orgullo mis letras que la convertirían en mi Vieja Dama.

Hago una mueca porque la realidad es otra. Yo estoy jodido y ella es muy pura para mí oscuridad.

Además que está con Matthew.

Masajeo el puente de mi nariz con estrés cuando la recepcionista que me atendió hace un rato se me acerca.

Noto que me mira tímida y con las mejillas sonrojadas. La joven es de piel clara y pelo rubio recogido en un chongo y usa ropa de oficina color pastel que no ayuda en nada a su figura.

La Rubia enrojece aún más ante mi escrutinio y yo evito rodar mis ojos.

Es más tímida de lo que pensé.

__Ya es su turno señor Moretti. Solo entre...Lo está esperando.

__Musita la Rubia con voz suave ante el Italiano que se levanta logrando que la Recepcionista de un paso atrás totalmente avergonzada.

__Eeh, gracias.

__Mascullo irritado ya que está chica actúa como si le fuera hacer algo.

Primero me corto la mano antes de ponerle la mano a una mujer.

Sé que mi metro noventa, junto con mi musculatura y tatuajes acojonan no soy un monstruo.

Al menos no con los inocentes, otro gallo canta cuando de mis enemigos se trata ahí si les saco la mierda fuera de ellos sin remordimientos.

Camino por el pequeño pasillo del hospital hasta llegar a la oficina del doctor que me atenderá.

Recordando que la recepcionista me dijo que solo entre porque él me está esperando y es lo que hago.

Entro dentro del consultorio cerrando la puerta tras de mí para alzar ambas cejas al descubrir que mi doctor no es doctor sino doctora.

Y yo que pensaba que era hombre.

Bueno no es algo que me afecte mientras haga bien su trabajo no hay problemas.

Noto que ella me inspecciona, así que yo también lo hago.

Perdido Entre Sus Curvas (Saga Vikingos MC # 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora