LA SALIDA

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        El Sol estaba en lo alto . Aunque no hacía calor , los legionarios de la segunda centuria de la primera cohorte de la Novena Legión sudaban debido al esfuerzo de hacer hoyos y colocar los delgados troncos de la empalizada .
         A primera hora de la mañana , y nada más llegar después de una marcha nocturna para sorprender a los galos , habían excavado el foso , y  hecho el terraplén . Ahora les tocaba montar las empalizada y las torres de  un reducto fortificado . Uno de tantos en la colina Sur , frente a la ciudad gala de Alesia .
          Esos hombres maldecían su suerte . Su centurión Lucio Cornelio Plinio los comprendía , pues él había pasado por lo mismo siendo un simple legionario .
          De todos modos , el centurión estaba nervioso aunque mostrase una actitud impasible ante sus hombres .
         No paraba de mirar hacia la ciudad gala . Dentro de ella , además de haber un elevado número de guerreros galos , estaba Vercingetorix.
El líder de la tribu arverno , que había conseguido lo impensable . Qué tribus antes enemigas se unieran y alzarán contra Roma .
          Tenía motivos para temer . Pues nada más comenzar las obras de asedio a la ciudad de Gregovia , el lider Vercingetorix salió con todo su  ejército de galos y atacó por sorpresa .
      Sufrieron una derrota . Qué habría sido mayor si Vercingetorix hubiera dejado que sus hombres persiguieran a las legiones .
         Pero el miedo y el respeto que tenía el caudillo galo a la disciplina y letalidad de las legiones en campo abierto , le hizo seguir con sus ataques por sorpresa, para después huir .
          Según les dijo el tribuno de la plebe Claudio Suetonio , el general Julio César se había alegrado . Según él , Vercingetorix había cometido un error . Lo tenía atrapado en la ciudad , y ahora solo había que encerrarlo .
Obligarlo a rendirse por hambre . De esta forma , Julio Cesar pretendía poner fin a la rebelión , y convertir la Galia en otra provincia romana de la República , lo que había asegurado hace tan solo unos años antes  , al Senado y el pueblo romano .
         El senador pro cónsul y general Julio Cesar arriesgaba su prestigio , y los hombres bajo su mando sus vidas .

        - Asegurar esos maderos . No quiero que un piojoso bárbaro los tumbe de una patada - les insiste el centurión Lucio Cornelio .

        ( Esto no es Gregovia . Tenemos aquí once legiones . Muchas más que aquel infausto día ) piensa Lucio .

         Gira su cabeza y ve como el optio Marco Agripa dar instrucciones para levantar la torre de tres pisos , donde en su parte superior irá el Escorpión .
Una máquina capaz de arrojar flechas de hierro capaces de atravesar a dos hombres , a gran velocidad y potencia
          Al volver a mirar hacia la ciudad gala , su rostro se tensa por el miedo .
( Por Júpiter ! Otra vez no ! ) súplica .

           - Caballería gala ! A las armas ! - ordena a gritos a su centuria .

          Los legionarios sueltan las dolabras con las que excavan la tierra y  dejan de colocar los maderos .  Corren hacia su equipo . Las tubas comienzan a sonar dando la alarma , al resto de centurias

         - Coged los cascos y las armas ! No hay tiempo para las loricas ! - ordena a gritos el centurión Lucio , pues los galos venían al galope .

        Cogiendo su escudo ovalado , el centurión desenvaina su gladius . Sus hombres se colocan con rapidez el cinturón donde tienen la gladius ( la espada corta ) y el pugio ( puñal ) . Se colocan el casco . Recogen los escudos ovalados y los dos pilum .
        Al oír los silbidos a unos metros , se gira y ve a los honderos de las islas baleares . Estos giran las hondas en el aire , para luego dirigirlas contra los jinetes galos que se acercan .
        Los proyectiles de piedra o de plomo son lanzados a gran velocidad . Y de nuevo , el centurión Lucio se sorprende al ver su letal eficacia . Los proyectiles hieren a caballos y jinetes creando un caos entre las primeras filas . Pero son demasiados galos y no hay suficientes honderos para poder detener la carga .
   
        - Formad aquí ! Rápido ! Primera y segunda fila , pilum inclinados . Demás filas , preparaos para lanzar a mi orden ! - órdena Lucio Cornelio .

EL SITIO DE ALESIA - Escrito por Jesús Quintela Navazo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora