Shōyō y Kenma estaban pasando el rato en su casa, jugando con Natsu y sus muñecas.
Kenma tenía un don natural para los niños, era una locura. A Shōyō le parecía lindo que su novio pudiera hacer eso.
Jugaron a la "familia" hasta que Natsu se quedó dormido en los brazos de Shōyō.
Kenma observó pacíficamente como su pequeña bola de sol ponía a Natsu en su cama.
—Oye, ¿quieres ir al centro comercial o algo así? —ofreció Shōyō, agarrando las manos de Kenma, levantándolo y sacándolo de la habitación.
Kenma se rió y lo siguió hasta la sala de estar.
—Sí, claro. ¿Natsu está bien sola? —preguntó Kenma en voz baja, mirando hacia las escaleras donde dormía la niña.
—Se portará bien siempre que le dejemos una nota y algo para picar. Tiene 9 años, kenma —Shōyō sonrió, saltando hacia la cocina y agarrando un paquete de peces de colores.
Natsu,
Kenma y yo salimos al centro comercial. Si no hemos vuelto cuando te despiertes y tienes hambre, come los peces dorados que te hemos dejado. Si necesitas algo, usa el teléfono de casa para llamarme a mí o al de Kenma.
Kenma- ***-***-****
Yo- ***-***-****
Deberíamos estar de vuelta antes de la cena, así que no te llenes de bocadillos.
Nos vemos cuando volvamos,
Kenma y Shōyō.
Terminó la nota y la colocó en la mesa del comedor junto con el pez dorado.
"¿Listo?" preguntó Kenma, de pie junto a la puerta.
"¡Sí!" Shōyō se rió, agarrando una chaqueta y poniéndosela.
Resultó ser la vieja chaqueta Nekoma de Kenma. Kenma le sonrió a su novio, que era un poco más pequeño, y que llevaba su chaqueta. Le quedaba un poco grande, así que le pareció linda.
El dúo se dirigió al centro comercial, de la mano.
"¿A dónde quieres ir primero?" preguntó Kenma, mirando hacia Shōyō.
"Estaba pensando que podríamos ir a algunas tiendas y luego comprar algunas cosas para cenar. ¿Está bien?", preguntó, inclinándose hacia Kenma y mirando a su alrededor las tiendas que podía ver.
—Eso suena bien. ¿Tienda de ropa? —dijo Kenma, envolviendo su brazo alrededor de la cintura de Shōyō.
—Sí, ¡vamos! —dijo Shōyō, tirando felizmente de Kenma.
Los dos se divirtieron, corriendo de tienda en tienda, Kenma compró algunos juegos nuevos para más tarde.
Pasaron por una joyería y Kenma miró a Shōyō, pensando en una excusa.
—Oye, Shou, necesito ir a buscar algo, ¿por qué no vas a dar un paseo por el centro comercial? —dijo finalmente, dándole al otro una pequeña sonrisa.
Shōyō asintió y salió corriendo a algún lado. Kenma jura que es un niño de seis años atrapado en el cuerpo de una chica de dieciocho años.
Una vez que estuvo seguro de que Shōyō estaba distraído, se deslizó dentro de la joyería.
"Hola, señor. ¿En qué puedo ayudarle hoy?", preguntó la señora que estaba detrás del mostrador, inclinándose sobre el mostrador.
—Umm, necesito anillos de compromiso —logró decir mientras se acercaba al mostrador.
