𝟷𝟿𝟺𝟼

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diciembre

“𝓕𝓮𝓵𝓲𝓬𝓲𝓪𝓷𝓸, 

Han pasado días, semanas, meses, pero parece que fue ayer cuando te vi por última vez. Estoy aquí, en Italia, el lugar que siempre describías como un refugio cálido y lleno de vida. Sin embargo, para mí, todo está frío. El invierno ha llegado otra vez, y el paisaje está cubierto de nieve, como si incluso la tierra hubiera decidido guardar silencio contigo. 

No sé por qué escribo esto. Tal vez porque no tengo el valor de decir estas palabras en voz alta, o porque siento que, si las dejo aquí, en este papel, de alguna manera llegarán a ti, donde sea que estés ahora. 

Nunca supe que tenía un sueño, Feliciano. Mi vida era una marcha interminable de deberes, órdenes y lealtades malgastadas. Todo era rígido, estructurado, y yo creía que eso era suficiente. Luego llegaste tú, con esa sonrisa tuya que parecía desafiar la gravedad de todo lo que nos rodeaba. Me mostraste algo diferente, algo que yo nunca habría considerado, una vida que no estaba definida por la guerra ni por las reglas, sino por la simple esperanza de algo mejor, o tal vez, mi sueño era que tu vida siempre fuera asi. 

Decías que querías una trattoria junto al mar. "Vargas e amici", la llamaste. No lo repetiste tantas ni dos veces pero, ¿como podria olvidarlo?, a veces hasta ahora puedo escucharte decirlo, con esa voz llena de sueños que, en el fondo, sabía que jamás se cumplirían. Pero tú no lo veías así. Para ti, soñar era un acto de resistencia, una forma de afirmar que había algo más allá de todo esto. Dime Feliciano, ahora que estoy en italia, ¿me invitaras a tu restaurante?

Tu apostaste por nosotros, ¿sabes? Como un idiota, como alguien que nunca aprendió a calcular riesgos. Pero cuando llegó el momento, la apuesta no sirvió de nada. Perdí, Feliciano, te perdí a ti. Y aunque trato de seguir adelante, cada día siento como si estuviera caminando sobre los restos de un sueño que nunca fue mío, pero que ahora me pertenece, porque era tuyo. 

¿Sabes lo que más me atormenta? No poder olvidar. A veces, creo que si pudiera dejar de recordar tu risa, tus ojos, la forma en que caminabas a mi lado incluso cuando todo estaba perdido, entonces podría encontrar algo de paz. Pero no puedo. No quiero. Porque si dejo de recordarte, es como si admitiera que realmente te he perdido, y no estoy listo para eso. No sé si alguna vez lo estaré. 

La gente aquí es amable conmigo. Me ofrecen trabajo, me sonríen en las calles, me preguntan cómo estoy. Pero hay un abismo entre ellos y yo, algo que no pueden cruzar. Ellos no saben que cada vez que me río, cada vez que intento sentirme humano otra vez, pienso en ti y en cómo tú hacías que todo pareciera más fácil. 

Nunca te dije lo suficiente lo que significabas para mí. En mi rigidez y mi orgullo, pensaba que las palabras eran innecesarias, que todo estaba implícito en mis acciones. Pero ahora me doy cuenta de que no fue así. Debería haberte dicho que tu presencia era la única luz en un mundo lleno de sombras. Que, aunque nunca lo admití, esperaba cada día solo para verte sonreír. 

A veces me pregunto qué habrías hecho si hubieras sido tú quien quedara aquí, en este invierno interminable, sin mí. Probablemente habrías encontrado algo que amar, algo que construir, porque tú siempre tenías esa habilidad de transformar incluso lo más pequeño en algo significativo. Yo no tengo esa habilidad, Feliciano. Lo único que tengo es esta carta, estas palabras que nunca podrás leer. 

El invierno está frío, pero no más que mi alma desde que te fuiste. La nieve cae y cubre todo, como si intentara borrar las huellas del pasado, pero no puede borrar las tuyas. Todavía te veo en cada sombra, en cada rincón de esta tierra que ahora entiendo por qué amabas tanto. 

Donde quiera que estés, espero que estés en paz. Yo aún estoy aquí, atrapado en este mundo que no se siente como un hogar sin ti. Pero seguiré adelante, como puedo, porque sé que es lo que habrías querido. 

Nunca supe que tenía un sueño, Feliciano, hasta que robe el tuyo. Y aunque ese sueño sea vivir fuera de la guerra, lo llevaré conmigo mientras pueda recordar. ”

-𝓛𝓾𝓭𝔀𝓲𝓰

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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