Era un sábado a la noche muy calmado, donde preferí quedarme en casa por la semana agotadora que tuve. Estaba en mi pieza, con música de fondo, reorganizando mi placard. Sacabas pilas de ropa que ya no usaba mientras me prometía, una vez más, no volver a acumular tantas cosas.
Cada tanto me tomaba un respiro, agarraba el celular, revisabas mensajes, y después volvía a ordenar. Franco había estado ocupado toda la semana. Apenas habíamos hablado más allá de un par de mensajes rápidos. Yo entendías, obvio, su agenda era una locura, pero igual extraño esos días en los que podía quedarme horas hablando con él, sin preocuparnos por horarios ni compromisos.
La noche avanzaba despacio. Termine con el ropero y me preparé un café. Me sente en el sillón, con una manta, y el celular en la mano. Era una de mis formas de desconectar, perderte entre memes, chismes y noticias que no cambiaban mi vida pero me mantenían entretenida.
Y ahí, sin esperarlo, estaba.
Una foto de Franco.
Mi corazón dio un pequeño vuelco. Al principio me emocioné porque era raro verlo en redes que no fueran las oficiales del equipo. Pero cuando lei el tuit que acompañaba la foto, sentí como si algo pesado me cayera encima.
"FRANCO COLAPINTA Y LA CHINA SUAREZ Juntos en madrid. Cena romantica y algo más."
No era foto, era video, muy claro. Suficiente para reconocerlo. Iban caminando el y la China suarez por las calles de madrid.
—No puede ser... —murmure, mientras el corazón me latía con fuerza.
Abrí los comentarios, buscando alguna explicación lógica, algo que me calmara. La mayoría eran especulaciones.
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No sabia qué pensar. Yo confio en Franco, pero ¿por qué no me había dicho nada? ¿Por qué no me mencionó que saldría a cenar, y menos con alguien tan conocida. Sentía un torbellino de emociones: celos, inseguridad, confusión.
Le di vueltas al celular en la mano, debatiendo si escribirle o no. Habían pasado días desde su último mensaje, y no quería sonar celosa, pero tampoco podía ignorar lo que acababa de ver.
Finalmente, abrí WhatsApp y escribi un mensaje rápido:
Fran Colapinto
¿Todo bien? Vi una foto tuya en Twitter...
Lo mande y deje el celular a un lado, tratando de no mirarlo cada dos segundos. Mientras tanto, me levante del sillón, tratando de calmarme. Lave la taza de café, acomode unos libros en la mesa, cualquier cosa para mantenerme ocupada.
Pasaron diez minutos. Quince. Nada. Franco no respondía, y cada segundo que pasaba hacía que te sintieras peor.
Finalmente, mi celular vibró. Prácticamente corrí a verlo, y ahí estaba su respuesta:
¿En serio? Jajaja, qué foto viste? Salí con un grupo de amigos, nada raro.
Leí el mensaje una y otra vez. El tono despreocupado de Franco me dejó más confundida que tranquila. ¿Un grupo de amigos? En la foto solo estaban él y la China.
Decidí insistir.
¿Un grupo? Porque en la foto parece que están solos vos y la China Suárez.
La respuesta llegó rápido:
¡Ah, si! Ella estaba acá en Madrid y quedamos en cenar para charlar.
Me muerdo el labio, tratando de decidir si creerle o no. Él sonaba honesto, como siempre, pero no podía ignorar esa sensación incómoda en el pecho.
Ok, solo me pareció raro. No sabía nada de esto.
Franco respondió enseguida:
Perdón, tendría que habértelo contado. Me colgué con todo y no pensé que fuera importante. Pero vos sos lo más importante para mí, ¿sabés eso, no?
Ese mensaje me hizo respirar un poco más tranquila, pero aún había una parte de mi que seguía dudando. ¿Por qué no te había avisado? ¿Era solo distracción o había algo más detrás?
Me quede mirando la pantalla del celular, sin saber cómo responder. Por un lado, quería confiar en él, pero por otro, no podía ignorar lo que sentía . La relación a distancia ya era complicada, y esto solo parecía sumarle un obstáculo más.
Apague el celular, decidiendo dejar la conversación ahí por el momento. Esa noche, me acosté con una mezcla de alivio y dudas, peguntándome si la distancia realmente podía con todo.
