---Este día me había levantado algo exaltado. Hitogami me habló entre sueños y amenazó con arrebatarme a Roxy si no luchaba contra Orsted.
Entendía lo desesperado que estaba Hitogami; uno de mis hijos ayudaría a acabar con su vida, por lo que era normal que recurriera a un acto tan asqueroso.
Aún así, enfrentarme nuevamente a ese tipo... era un suicidio.
La última vez que luchamos, había salido con vida porque huyó como un cobarde. Si la pelea se hubiera prolongado, él no estaría aquí en primer lugar.
Si iba a vencer a este Dios Dragón, debía entrenar al máximo. Aún poseía los conocimientos de artes marciales de su mundo, podría usar eso para mejorar en el combate cuerpo a cuerpo, pero no podía usar libremente a un conocido o gente al azar para hacer sparring. Incluso si alguien aceptara, él estaba seguro de que nadie tenía agallas para luchar todos los días de la semana.
¿Mejorar en magia?
Hasta ahora, era su única opción. Debía aprender la magia de curación, protección y algunas más; era necesario expandir sus horizontes si deseaba ganar esta pelea.
La idea de usar una espada pasó por mi cabeza, pero tan pronto como recordé que acabé con el Dios Espada, la idea fue sacada de mi mente. El santuario de la espada estará a cargo de un emperador o un Rey Espada; no tendría ningún sentido aprender de los débiles.
Con aquella idea en mente, pasamos a un largo lapso de tiempo más adelante.
Rudeus había sido mi tutor por unos días. La teoría detrás de la curación fue bastante fácil; pude convertirme en un sanador de clase intermedia en tan solo tres días.
Los contactos de Rudy me fueron bastante útiles. Cliff Glimoire era un mago avanzado en más de una escuela de magia; entre ellas, se encontraba la magia de protección.
No me sería muy útil debido a mi infinito, pero si de alguna manera llegaba a estar expuesto, entonces los hechizos me salvarían el pellejo.
Aunque me costó convencerlo, y aun así me cobró. Meh, detalles.
Mis visitas a la casa Greyrat fueron bastante frecuentes; el estado de mamá aún me parecía pésimo. Había evitado un poco a la mujer, más que nada por incomodidad. Era hipócrita, pero ya no me sentía a gusto llamándola madre.
No después de olvidarlo todo.
...
Roxy estaba preocupada. Su esposo estaba actuando raro desde hace un tiempo. Siempre que podía, la sentaba sobre él y se dedicaba a darle besos a ella y a su pancita. No era extraño del todo, pero encontrarlo vomitando en medio de la noche hizo que un mar de dudas la abordara. Intentó confrontarlo y preguntar sobre su estado, pero siempre era evadida y recibía la misma respuesta: "Estoy bien."
Cuando habló sobre el tema con su amiga Sylphie, recibió una respuesta que no pareció agradarle.
"Quizá él... te esté engañando."
Sylphie luego pareció arrepentirse de su comentario y luego compartieron ideas sobre el asunto.
¿Y si ella no era suficiente? Satoru se encargó de quitar esos pensamientos de su cabeza siempre que podía, pero la situación actual hizo que sus inseguridades burbujearan con fervor.
¿Será que sus rollitos le parecían desagradables? ¿O tal vez fue su apariencia de niña?
No sabía la respuesta; ella quería una respuesta, incluso si no le agradaría escucharla.
...
Veamos, dejé de escribir los días y fechas a partir de la onceava página. Debió ser luego de que Roxy falleciera.
A ver por aquí...
—(Hoy fue el funeral de Roxy, no tengo ganas de hacer nada, ni de llorar.
Hitogami apareció en mis sueños hoy, habló mal de Roxy y se burló de ella en mi maldita cara. Maldito cabrón, lo odio...
Rudeus vino a casa hoy; intentó animarme con cosas como que debía intentar salir de mi encierro y comer algo. No lo entiende... Nadie me entiende.
Le grité que se fuera y le eché sus verdades en cara, no sin antes botarle su estúpido libro de curación.
He viajado al continente Begaritt; he roto mis lazos con mi familia completamente. No sé nada de ellos desde hace unos meses, pero gracias a este tiempo fuera tengo pistas.
Hitogami puede estar en un mundo al cual no puedo viajar libremente; se necesitan objetosmágicos que permiten la entrada a este mundo, pero no sé dónde se encuentran. Escribiré cuando tenga información.—)
Entre cada uno de estos textos había muchas hojas de garabatos y posibles acontecimientos y teorías.
Cada uno más descabellado que el otro, pero el diario empezó a tornarse oscuro.
—(Hitogami... Él se aparece en mis sueños cada semana, se burla de mí y de todo mal que me haya pasado. ¡Lo odio tanto!
Ha mandado hombres, mujeres, ancianos y niños a matarme. Acabé con ellos lo más rápido que pude y me largué.—)
Náuseas llegaron a mí; la simple idea de arrebatarle la vida a niños pequeños me da asco. Me desplazo hasta el baño y, apenas al llegar, lancé todo lo que había comido esta mañana. Las arcadas aún seguían luego de un rato, hasta que no hubo nada más que vomitar, solo una sensación desagradable en el pecho.
Roxy, que se preparaba para irse a la universidad, pasó por el baño y revisó mi estado. No quise preocuparla y dije que todo estaba bien.
Volví a la habitación y tomé el libro nuevamente.
—(He encontrado una manera para que no pueda verme, ni tampoco debo preocuparme de soñar con él. He desarrollado una variante de Infinito que repele cualquier vista externa; las personas no pueden verme ni tampoco sentir mis pasos y aliento. No es tan simple como la invisibilidad.
Es imposible... Orsted me ha dado respuestas. Lo he buscado por todo el mundo y cuando lo encontré, me dio una paliza. Expliqué muchas cosas y me dejó vivir; esto es tan humillante.
Los tesoros que necesito para ingresar al mundo del Vacío los tiene aquel hombre, pero aún hay un faltante. Aquel tesoro debe tenerlo Laplace, el Dios Demonio, cuando renazca, pero faltan más de 100 años y no tengo tiempo.
Porque al final y al cabo, no podré vivir tanto.
Aún no es batalla perdida... Mazmorras, cuevas, pueblos y reinos.
No hay... nada.
No hay nadie a quien pueda manipular aparte de mí. Su último apóstol fue un problema serio; Badigadi estaba reacio a morir, Geese estaba con él. De Orsted no he sabido nada. Mis ojos me han guiado todos estos años. Si mis ataques fueran tan repentinos y lanzados al mismo tiempo desde la distancia, sería suficiente para acabar con todo Fittoa y sus alrededores, no habría nadie que saliera con vida.
¿Eso es todo?
Yo gano, imbécil.
No hay nadie a quien puedas controlar. Orsted ha desaparecido y este mundo está cayéndose a pedazos. He optado por crear mi propio oxígeno con magia; es más versátil y realmente necesario a este punto.
He encontrado unos manuscritos en unas ruinas del antiguo mundo dragón. Aún no logro entender nada, pero esto puede servir.
Si no me equivoco, puedo viajar en el tiempo. Me ha tomado un tiempo, pero el círculo mágico está completo. No sé qué saldrá de esto. ¿Tomaré el cuerpo de mi yo más joven? ¿O solo viajaré hacia allí?
No tengo la menor idea. Llevaré mi diario en caso de que sea la segunda opción; debo prevenir todo esto.
El hecho de intercambiar mentes con un joven tan radiante y puro me hace sentir asco de mi persona...—)
Todo aquí es tan... desagradable. Tuve que saltarme varias cosas apenas les presté atención.
No logro imaginar cómo asesiné a tanta gente. No, no fui yo; fue otro yo.
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ɪɴꜰɪɴɪᴛᴇ 𝘔𝘶𝘴𝘩𝘰𝘬𝘶 𝘛𝘦𝘯𝘴𝘦𝘪
FanficSatoru Gojou en Mushoku Tensei, nada mas, ni nada menos.