CAPÍTULO 10 - NACIDO DEL MAL.
Ciudad de las Doncellas, Ciudad Carmín. 10 días después de la llegada de Castiel.
Castiel se desesperaba.
–Ya han pasado diez días y sigo sin dominar estas sombras–, le confesó a Soluna, quien lo observaba serenamente desde una banca de piedra.
–No te desanimes, Castiel–, respondió con tranquilidad.
–El control llegará con tiempo y práctica–.
Desde que descubrió su verdadera identidad como príncipe del Inframundo, Castiel había embarcado un entrenamiento intensivo para dominar las sombras que lo acechaban. Cada mínimo cambio en su humor las hacía aparecer, amenazando con consumirlo.
Soluna se levantó de la banca y se acercó a Castiel, cuyos ojos reflejaban frustración y duda.
–Tu progreso es notable, Castiel–, dijo, posando su mano en su hombro. –Las sombras no te definirán. Tú las controlarás–.
Castiel suspiró, sintiendo una mezcla de gratitud y escepticismo.
–¿Y si no puedo?–.
Soluna sonrió suavemente.
–Entonces, juntos encontraremos la manera–. Su voz tranquilizadora intentaba calmar la ansiedad de Castiel.
–Eres un niño aún–, continuó Soluna con ternura.
–No decidiste este destino, pero es necesario que te esfuerces por controlar tu poder–.
Castiel asintió, sintiendo una mezcla de determinación y vulnerabilidad. –Lo haré, Soluna. No fallaré–.
La puerta atrás de ellos sonó estrepitosamente. Era un guardia, que llegó casi sin aliento, jadeando. –Doncella Soluna, necesito que me acompañe urgentemente–.
Soluna tomó delicadamente su vestido turquesa, se dio la vuelta con elegancia y siguió al guardia jadeante por el pasillo empedrado, que se extendía sobre las habitaciones de las demás doncellas. La luz de las antorchas iluminaba su rostro preocupado.
–¿Qué sucede?–, preguntó Soluna, acelerando su paso.
–Hace unos momentos llegaron tres caballos exhaustos–, explicó el guardia, sin aliento. –El mago Auron, un caballero real y la princesa Lyra Keegan vinieron desde el castillo de Aramoor. Informan que hordas de criaturas mágicas se desplazan hacia el norte, amenazando pueblos enteros–.
Al llegar a la habitación, el guardia abrió la puerta de golpe. Dentro, el mago Auron estaba parado, con su baculo en la mano derecha, su rostro serio reflejando gravedad. El caballero real, Sr. Arturo, se levantó de su silla, mostrando preocupación. La princesa Lyra Keegan, pálida y angustiada, mantenía ambas manos en sus mejillas, sentada en el suelo.
Soluna se acercó a Lyra. –¿Qué pasó, princesa? ¿Por qué viniste aquí?–.
Lyra levantó la vista, sus ojos llenos de lágrimas. –Buscamos refugio... Mi hermano Armin nos quiere muertos a Sir Arturo y a mí. Lo rete a un duelo de espadas y huimos antes de que comenzará. Ahora soy una fugitiva–.
El mago Auron asintió gravemente. –Las criaturas mágicas se desplazan al norte en hordas, devastando todo a su paso. En nuestro viaje, encontramos pueblos reducidos a cenizas y multitudes de refugiados desesperados. La situación es crítica–.Soluna se arrodilló junto a Lyra, ofreciendo consuelo.
–Estás segura aquí, princesa. Protegeremos tu vida con nuestra propia–.
Sr. Arturo añadió:
–Nuestro honor y juramento nos obligan a defenderla, Doncella Soluna–.
–Se que es nuestro honor defenderla–, dijo Soluna con un tono molesto, –no tenemos nada de la información de la que nos están diciendo. Hace unos quince días, nuestro maestro de los bisbiceos desapareció inexplicablemente. No hemos podido encontrar quien lo sustituya, porque hemos estado demasiado ocupadas con otros asuntos urgentes aquí–.
–¿Esos asuntos se deben a él?–, preguntó Lyra, limpiándose la cara con su manga.
–¿Qué haces aquí?–, dijo Soluna con renuencia, fulminando a Castiel con la mirada. –Te dije que entrenaras, no que te distrajes con conversaciones ajenas–.
La habitación estaba en silencio, hasta que Castiel apareció de repente.
–Lo siento, solo pensé que era necesario que estuviera aquí–, dijo con voz suave y medida.
Auron abrió los ojos de par en par, sorprendido por la inesperada llegada. –¿Eres... Eres... Tú?– preguntó, su voz llena de incredulidad y un toque de miedo.
Soluna intervino, su tono firme y autoritario. –Ya te diste cuenta. Es él, es aquel al que todos llamaban el Nacido del Mal, pero es un niño aún. Un niño con un destino marcado por la oscuridad–.
Sir Arturo se inclinó hacia adelante, su curiosidad evidente en su rostro. –¿A quién se referían con eso del Nacido del Mal...? ¿Qué historia hay detrás de ese nombre?–
Auron respiró hondo antes de comenzar a contar la historia, su voz llena de gravedad.
–Entre magos y brujas, existen historias, unas más aterradoras que otras. Historias que hablan de poder, de magia y de sacrificio. Y esta... esta no es la excepción–.–Hace más de un siglo, la guerra interminable dio inicio. Una guerra que cambió el curso de la historia, que dividió al mundo en dos facciones: la luz y la oscuridad.
Se dice que comenzó porque el reino de los hombres, nuestro reino, mató al legítimo heredero, el primogénito de Xatheys. Xatheys, el rey de toda la tierra oscura, el señor de la sombra.
La batalla dio inicio en los confines, en las tierras del sol, y ahí mismo fue donde terminó. Después de eso, el. Rey murió, y nombraron al Rompe Cráneos como rey hasta que su primogénito creciera.
Pero Xatheys no se rindió. Un último ataque fue realizado para robar una mujer y poder engendrar un hijo. Un hijo que sería el instrumento de su venganza.
La madre de este niño se dice que huyó del inframundo con su magia al mundo de los hombres, pero había sido gravemente herida. Lo último que tenía de poder lo usó para crear un bosque y proteger a su hijo con magia de sangre.
En ese momento creíamos que solo eran simples historias, ya que los cimientos de este mundo están sobre la magia. Las brujas y magos decidimos mantener escondido al muchacho en ese bosque para protección del reino.
Pero ahora... ahora sabemos que no es solo una historia. Sabemos que Xatheys busca revivir a su primogénito con la sangre de su segundo hijo, un mestizo. Para poder revivir a su hijo, deberá recurrir a la magia más peligrosa de todas, la magia de Xarathys–. Finalizó de decir Auron.–¿Estas diciendo?– susurro entre dientes Lyra. –¿Qué el es hijo de Xatheys, el hijo del rey del inframundo?–.
Auron entre cerró los ojos y hizo un movimiento con su cabeza respondiendo a su pregunta.
Todos los ojos se posaron frente al nacido del mal. Castiel, no era de menos pensar que la guerra había comenzado por su hermano, y quizás aquella guerra nisiquiera había terminado por que ahora lo buscarian para revivir al primogénito con su sangre.–una de las brujas lo descubrío en la ciudad hace aproximadamente diez días atrás– comentó Soluna.
–ella nos informó que el se encontraba aquí–.
Lyra quiso decir algo pero se le entrecortaron las palabras.
–bueno ahora no solo tenemos un problema, ni dos – dijo exaltado Sir. Arturo.
–Castiel no es el problema en estos momentos. Doncella, – reprochó Auron. –Los cambia form.. –.
Soluna lo interrumpió de golpe.
–Los cambia formas secuestraron a nuestro Maestro de los Bisbiceos, en vista de lo que hicieron, son considerados como traidores–.
Auron abrió un poco la boca.
– Los cambia Forma son criaturas del reino prohibido, no pueden tomar ese tipo de decisiones a menos que...–,
Los ojos de Auron se pusieron en blanco.
–¿qué han sabido del reino prohibido antes de que el maestro desapareciera? –preguntó.
– no mucho – respondió soluna.
Auron tomó su baculo y lo agitó en dentro de la habitación, y sobre este salieron dos seres luminosos. Eran hadas, Auron puso una de ellas sobre su mano derecha, y la otra sobre su mano izquierda poniendo el baculo entre ambas manos, comenzó a resonar un cántico y estas hadas empezaron a brillar cada ves más y más fuertes.
–¿qué sucede?– preguntó Castiel.
Finalmente Auron entró en un transe por un par de minutos, divagando y susurrando palabras sin sentido alguno. De un momento a otro Auron regreso. Pego un suspiro y aquellas hadas se fueron apagando poco a poco, y antes de que se apagaran se metieron sobre las ranuras qué tenía la madera del baculo.
–¿ahora nos dirás que hiciste? – preguntó Soluna.
– lo que temia – respondió Auron.
–una nueva guerra se aproxima, viaje en el cuerpo de las hadas a su reino, Los elfos comenzaron una guerra contra nuestro reino, Los elfos del Norte y del Sur se han unido para invadir a Malan –.
Soluna pegó unos cuantos pasos para atrás y casi pierde el equilibrio.
–ahora entiendo por que han desaparecido los maestros de los bisbiceos, nos querían dejar sin informantes. ¿cuando estarían llegando? –.
–Mañana en las primeras horas del amanecer–. Respondió Auron.
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LA GUERRA INTERMINABLE: LAS TIERRAS DE LAS TORMENTAS.
Viễn tưởngEl reino de Malan ha disfrutado de una paz y prosperidad inigualables desde que terminó la guerra de los cien años, conocida como "LA GUERRA INTERMINABLE". la guerra parecía no tener fin, y muchos creyeron que nunca terminaría. Sin embargo, después...