06 | All Valley

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Narra Robby

All Valley, otra vez.

El cinturón de seguridad estaba tan apretado que casi me cortaba la circulación. El avión temblaba cada vez que pasaba por una bolsa de aire, y la presión en mi pecho no me dejaba respirar bien. No era solo el avión. Era estar aquí, a millas de metros sobre el suelo, descendiendo hacia la ciudad que juré no volver a pisar.

Hace años que no venía a All Valley. Lo evité a toda costa porque todo aquí me recordaba a quien solía ser. A quien no quiero ser nunca más. Aquella vida de peleas, traiciones y errores todavía pesa sobre mí, incluso después de tanto tiempo. Me había prometido que nunca volvería, que dejaría todo atrás, que me reinventaría lejos de este lugar. Pero aquí estoy, rompiendo mi promesa.

No sé por qué exactamente sentí la necesidad de volver. Tal vez porque no puedo seguir corriendo para siempre. Mi padre... Johnny. Tengo que hablar con él. Y con Daniel también. Ellos intentaron ayudarme en su momento, pero yo no estaba listo para escuchar. Siempre me alejé, siempre corté los lazos, pensando que así sería más fácil. Pero ahora me doy cuenta de que todo ese tiempo solo estaba acumulando la presión, y ahora amenaza con explotar.

El avión dio otro salto brusco, y mi corazón se detuvo por un momento. Es irónico. La turbulencia me asusta, pero lo que realmente me aterra es lo que viene después. Aterrizar. Poner los pies en tierra y enfrentar todo lo que dejé atrás.

Cuando el avión tocó la pista, sintió un golpe seco y la familiar fricción del descenso. La pista estaba igual que cuando subí a mi primer avión hacia Los Ángeles, con el corazón destrozado y la cabeza llena de arrepentimientos. Entonces, no sabía a dónde iba, solo quería escapar.

Ahora, estoy haciendo el viaje inverso, pero no estoy seguro de estar más preparado que entonces. El avión frenó con fuerza, y sentí cómo la presión en mi pecho aumentaba.

Bienvenido a casa, Robby. Ahora a ver si puedes enfrentarte a los fantasmas.

El golpe seco del aterrizaje y el chillido de las ruedas contra la pista hicieron eco en mi cabeza, pero el verdadero estruendo venía de adentro. Me sentí igual que la primera vez que subió a un avión, cuando dejó esta ciudad detrás de mí. Con el corazón hecho pedazos y los arrepentimientos aplastándome como un peso imposible de cargar.

No sé por qué pensé que sería diferente esta vez. Aquí estoy de nuevo, sintiendo lo mismo, solo que esta vez con un nombre dando vueltas en mi cabeza. El conservador Nichols.

Pudo haber sido Tory Keene. Pero no lo fue. Nunca llegamos a ser eso, aunque hubo un momento en el que pensé que sí. Que tal vez podíamos serlo. Ahora, después de tanto tiempo, después de haberme prometido que la dejaría atrás junto con todo lo demás, su recuerdo volvió a mí con una fuerza que no sentía desde hace años.

Conservador. No importa cuánto tiempo haya pasado ni cuánto trato de distraerme, siempre hay algo de ella que se queda conmigo. Su risa, su forma de mirarme como si yo fuera el único que entendía lo que había dentro de su caos. Y la forma en que me alejé, como si fuera lo correcto.

Hace mucho que no me pasaba esto, pensar tanto en ella. Siempre he sido bueno para construir paredes, para evitar que esos pensamientos me arrastren. Pero ahora, sentado en este avión que acaba de tocar tierra, no puedo evitarlo. Pienso en cómo pudo haber sido todo diferente. Pienso en el futuro que no tuvimos. Pienso en ella como si aún estuviera ahí, esperándome, aunque sé que no es así.

El avión rodó hasta la terminal, y con cada metro que avanzaba, la presión en mi pecho se hacía más fuerte. Mi mente insistía en dibujarla, en recordarla, en ponerla frente a mí como un fantasma que nunca dejó de estar ahí. El conservador Nichols. Siempre conservador.

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So Long Cobra Kai | KeenryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora