"Ecos en Papiro: Poesía para tu Alma"

Cuánto daño

Sé, con una certeza desgarradora,
que no nací para vivir,
y aquí estoy, desnudando mi alma,
diciendo lo que duele,
lo que a veces suena incoherente,
como un susurro perdido en el viento.

¿Cuánto daño puede infligir una persona
que no sabe quererse a sí misma?
Te lo pregunto,
como si la respuesta pudiera sanar
las heridas que llevo ocultas.
No es que no te quiera lejos,
es que me pierdo en la niebla
de mi propia confusión.

Soy consciente, lo sé,
suena estúpido,
pero si fueras tú quien estuviera en mi lugar,
¿qué harías?
¿Te quedarías a recoger los pedazos
de un corazón que no sabe cómo latir?

Podría decir que no anhelo el cariño que me ofreces,
pero no me desprecies,
porque en el fondo,
es mi culpa por tener una mente quebrada.
Te amo, aunque el eco de tu amor
me suene a un susurro distante.
Si no me quieres tú,
¿qué puedo hacer,
sino aceptar mi soledad?

Déjame vivir en esta penumbra,
pues ya no queda más,
no sirvo para esta vida que se me escapa.
Quizás mañana,
quizás mañana sea un día diferente,
o tal vez me desvanezca en el aire,
consciente de que no soy más que un eco,
un susurro que se pierde en la bruma.

Me quiero, pero no en esta vida,
y de alguna manera,
sé que no siento nada en este mundo.
¿Puedes amar a alguien que no siente?
¿A quien se aferra al recuerdo
de lo que un día fue amor?
Sé que me estoy muriendo,
no soporto esta carga,
te quiero, pero no cerca de mí,
no porque seas mala,
sino porque el fuego que llevas
puede quemar lo que queda de mí.

Quizás mañana yo me muera,
y no ves que así,
en la distancia,
yo soy feliz.
No hay necesidad de que me amen,
ni de que yo ame,
porque ya estoy muerto en vida,
un alma errante en busca de un hogar.