Capítulo 5. Hacia la luz

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Mirna se embarca en el viaje directo a Campeche. Llega al aeropuerto y Ernesto va por ella. Llegando a la casa de seguridad, toman un taxi y se dirigen a casa del suegro de Mirna. Ernesto llega y pregunta por el altavoz si se encuentran los niños. Le contestan que sí. Mirna entonces baja rápido del taxi. Le habla a la señora Margarita, la persona que ayuda en casa, y los deja pasar. Mirna indica que le hagan maletas a los niños, saluda a los pequeños. Ernesto, nervioso pide que se apuren. Bajan con el equipaje.

––Niños, nos vamos de vacaciones a Miami, Margarita, le avisa a mi papá que vine por los chicos, volveremos en unas semanas, para que no se apure.

––Claro que sí señora.

Salen rápido. Se montan en el mismo auto y regresan al aeropuerto. En la sala de espera para abordar el jet, Mirna y Ernesto esperan impacientes. Abordan finalmente, en el vuelo, Felipe pregunta.

––Mami ¿Y papá vendrá con nosotros a Miami?

––No Felipe, no creo, estas vacaciones serán solamente para nosotros.

––Tiene muchos días que no veo a papá.

––Es que se fue a trabajar fuera de Campeche pero en unos días volverá a la casa y todo volverá a ser como antes.

En voz baja, Ernesto se burla pero le sonríe de lejos. En México, Diego y Jade deciden pasar la tarde en el Museo de Antropología e Historia. Renata, en Campeche, acude a casa de Diego, para saber si Mirna está ahí o qué ha pasado. Abre la señora Margarita.

––Hola señora Renata, dígame.

––Hola Margarita ¿Cómo estás? Buenas tardes, oye ¿Se encuentra la señora Mirna?

––No seño, fíjese que vino muy temprano con ese muchacho que es el chofer ahí donde trabaja el señor Diego. Se fueron con los niños que porque se iban de vacaciones a Miami.

––¿Y no hay nadie entonces?

––No, pues el señor ya tiene varios días que se fue de la casa y la señora Mirna a veces se iba a dormir a casa de Don Rogelio.

––¿Tienes el teléfono de su oficina?

––Sí, péreme, voy por la agenda.

Trae el número. Renata regresa a la oficina, mientras en el camino, marca.

––¿Don Rogelio?

––No, soy Rosita, su asistente ¿Quién le busca?

––Soy la señora Renata Silva.

––¿Para qué lo busca?

––Es un asunto personal.

––Eh...

––Sobre su familia, de hecho.

––Deme un minuto, ya se lo comunico.

El Doctor toma la llamada.

––¿Renata?

––Hola don Rogelio ¿Cómo le va?

––Bien, dígame señorita ¿En qué puedo servirle?

––Quisiera reunirme con usted para conversar sobre algunas cosas delicadas sobre su familia.

––¿Cómo, delicadas en qué aspecto? Discúlpeme señorita, es que yo no tengo información sobre...

––Don Rogelio, soy Renata Silva, trabajo en la oficina de Turismo con Diego Ramírez, su yerno. El asunto es sobre su hija Mirna y sus nietos.

––¿Qué ha pasado?

El Viaje de JadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora