Capitulo dos

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"Por favor, Harry. Cree en mí... " imploró aquella voz desconocida.

El rostro de quien hablaba permanecía oculto en las sombras, pero su voz... su voz resonaba como un eco distante y cercano a la vez. Era tan familiar que resultaba desconcertante.

"Harry... necesito que creas en mí."

El joven intentó enfocar la figura frente a él, pero sus ojos no lograban descifrarla. Una sombra amorfa, quizá con forma humana, se alzaba en el vacío. Todo su cuerpo se sentía inusualmente relajado, como si estuviera flotando, pero aún buscaba de dónde provenía aquella voz. ¿Era la sombra quien hablaba, o venía de algún lugar más allá? No lo entendía, pero tampoco le preocupaba.

Se sentía como en casa.

"Cree en mí, por favor."

El cuerpo de Harry dolía, aunque no de forma desagradable. Se sentía pesado, como si llevara zapatos de plomo, pero al mismo tiempo, ligero, como una burbuja a punto de elevarse. Esa mezcla de sensaciones lo dejaba extrañamente cómodo.

La sombra extendió una mano hacia él, invitándolo a seguirla. Harry intentó alcanzarla, pero cuanto más lo intentaba, más lejos parecía estar. Corrió tras la figura, llamándola, extendiendo el brazo para tocarla, pero siempre fallaba. Continuó persiguiéndola, hasta que todo se desvaneció en una oscuridad absoluta.

Y entonces...

—¡Ah! —gritó el castaño sentándose en su cama. Absolutamente todo su cuerpo dolía como los mil infiernos.

Ron y Neville también despertaron tras el agudo grito del castaño.

Sentía su brazo derecho completamente adormecido del dolor, su cabeza le daba miles de vueltas pero... había algo que no estaba bien con sus emociones, sentía un enorme vacío en el pecho.

Se sentía una tristeza profunda.

—¿Harry estas bien? —pregunto el de cabellos anaranjados desde debajo de la cama litera.

—Fue solo un sueño. . . —se dijo a sí mismo, comenzando a examinarse hasta que vio unos pétalos rosados en su brazo— ¡Ah! ¡Ron! —exclamaba el castaño desesperado, absolutamente todo su brazo derecho se encontraba colmado de pétalos de flores.

Su amigo corrió escaleras arriba irrumpiendo en la cama de Potter, a asomarse se encontró con una escena sumamente dramática. El castaño sostenía su brazo mientras el terror se plasmaba en su rostro.

—Tranquilo, Harry. No pasa nada. —intentó tranquilizarlo Ron sentándose junto a él.

—¿Qué me pasa? ¿Me voy a morir? —preguntó asustado el castaño, sentía que estaba en un sueño.

—No, nada de eso, Harry. Es tu alma gemela ... —habló tranquilamente el colorado como si estuviera leyendo el diario del lunes- se está manifestando.

Harry sintió desfallecerse, jamás, en sus diecisiete años de edad pensó estar presentando los famosos síntomas del alma gemela.

—Pero ¿No me moriré, cierto? -su amigo se rió negando con su cabeza— Que alivio, porque no quiero morir tan joven.

—¡Oh!, lo harás si no le buscas de igual manera -comentó tranquilo el de piel mas pálida—. Vivirás si le buscas y te complementas con ella.

—¡Oh, no!, no, no, no. Nada de eso —dijo Harry levantándose de su cama, para próximamente comenzar a buscar su uniforme—. Esa tal "alma gemela" vivirá su vida por su lado, y yo por la mía. No necesito conocerle.

—¡Harry, créeme que sí necesitas conocerle! —dijo Weasley—. Si sigues negando su existencia, ahora que se ha manifestado, todo empeorará para ambos. Lo mejor será que empieces con su búsqueda.

Alquimia de Almas -Drarry  (@soonheego)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora