Capitulo tres

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Potter intentaba concentrarse en la clase de pociones de Snape pero, este ultimo, aquel día parecía estar empeñado en querer hacer que participara en cada pregunta estúpida que hacia. El dolor parecía que no lo dejaba pensar con claridad y absolutamente todas sus respuestas eran balbuceos tontos que no tenían coherencia alguna, lo cual solo hacia que aquel viejo se regocijara en su maldad al seguir preguntándole hasta la composición de la poción mas ridícula.

El aula de Pociones estaba cargada de tensión, y Harry se preguntaba si Snape había decidido que ese día sería el perfecto para hacerlo lucir mal frente a toda la clase. A medida que la lección avanzaba, la paciencia de Harry se desgastaba, y la mirada sarcástica de Snape no ayudaba en absoluto.

—¿Potter, podrías explicarme qué función tiene el ajenjo en esta poción? —preguntó Snape con una sonrisa maliciosa, sabiendo que Harry había estado luchando con esa pregunta desde el principio de la clase.

Harry se mordió el labio, intentando recordar lo que Snape había dicho minutos antes sobre el ajenjo. Pero el dolor pulsante en su cabeza nublaba sus pensamientos.

—¿Ajenjo? —balbuceó Harry, sintiendo la mirada de todos sobre él.

Snape alzó una ceja con desprecio.

—Es evidente que no has estado prestando atención, Potter. Tal vez deberías considerar tomar esta clase más en serio.

Harry apretó los puños bajo la mesa, frustrado por la situación. Snape continuó haciéndole preguntas, una tras otra, cada vez más difíciles, hasta que pareció cansarse de mofarse del pobre castaño para pedir que todos abrieran sus libros en la pagina cuatrocientos ochenta y nueve e iniciaran un breve informe sobre los tipo de pociones que se podían emplear para subsistir en una guerra.

—No viniste a desayunar hoy ¿fue por lo de los pétalos? —pregunto Ron en un susurro evitando hacer el mayor ruido posible para que el pelinegro los notara y los castigara.

Harry negó, mintiendo claramente.

—¿Entonces por qué no viniste? Con Mione te estuvimos esperando —dijo el colorado intentando indagar en lo que a su amigo le sucedía, pero Harry parecía querer ignorarle—. Hermione te había separado una taza de café y tortitas para ti. . .

Las risas de los amigos de Malfoy y del mismísimo rubio se comenzaron a oír por el aula mientras Harry intentaba realizar la tarea del profesor, soportar aquel dolor en su brazo y responder al cuestionamiento infinito que Weasley le estaba haciendo. Pronto una paloma de papel aterrizo en su escritorio, miro hacia su costado notando como Malfoy le hacia una seña para que la abriera y revisara su contenido.

Mientras el castaño revisaba lo que allí adentro había, el rubio se seguía mofando con sus amigos sobre el contenido de aquel origami de papel.

Harry lo desplego con cuidado encontrándose con un dibujo de su cara y la de Hermione con un corazón en el medio, dando a entender que ambos eran pareja. Potter observo a Malfoy con disgusto por su broma, pero estaba demasiado adolorido como para hacerse problema con semejante idiotez por ende, decidió ignorarlo.

—¿Qué era? —pregunto Ron, y poco antes de que Harry pudiera responder éste le estaba arrebatando el papel de las manos viendo el tonto dibujo que el rubio había hecho. Weasley lo hizo una pequeña bola y se lo lanzo al mayor haciendo que ésta golpeara en su cabeza— Deja de estorbar, Malfoy.

—Veo que Harry no tiene una sola novia, parece que el trio de oro mantiene una relacion poliamorosa entre los tres —volvió a reírse Malfoy pero antes de que pudiera seguir diciendo algo mas, ya tenia a Potter dándole un fuerte puñetazo en la cara desatando una nueva pelea entre ambos en la sala de pociones.

Alquimia de Almas -Drarry  (@soonheego)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora