Alquimia de Almas -Drarry (@soonheego)

Capitulo cinco

Ambos se encontraban sentados en dos extremos opuestos del aula vacía con sus pergaminos extendidos sobre sus pupitres pues, Trelawney había optado por hacerles reflexionar sobre el porqué el pleito no es la solucion y, por ende, deberian de escribir por lo menos un pergamino describiendo cualidades positivas sobre el contrario.

–¿Qué están esperando jovenes? Empiecen a escribir –dijo la mujer para proximamente abandonar la sala, dejándolos completamente solos.

Y el castaño, a regañadientes, tomo la pluma disponiéndose a escribir lo que sea que tuviera de positivo Malfoy. Sintió un fuerte dolor en su abdomen y cabeza, quizá por la repulsión que sentía al pensar en el rubio, o quizá había otra causa a sus dolencias.

El tiempo corría y Potter solo garabateaba la hoja sin lograr formar ninguna palabra aparente. Se sentía observado, lo cual posiblemente se tratara de una mala pasada de su cerebro pero de igual forma, se sentia frustrado por no poder siquiera terminar aquella estupida actividad.

Un rechistar se dejó oír y cuando se giró a observar el pergamino de Malfoy se encontraba bañado en tinta negra y Harry en un reflejo inconsciente se acercó a ayudarle tendiendole un pañuelo de su túnica. El rubio lo tomó entre sus manos teñidas, Potter dirigió su vista hacia el papel que se encontraba manchado notando como es que el mayor ya había llenado al menos más de la mitad de la hoja. Se sorprendió.

—¿Qué pasa, Potter? Piensas tanto en mí que ahora no puedes escribir nada —dijo sarcástico a lo cual el contrario tiñó su rostro en un suave carmín. Rodó los ojos dandose la media vuelta para volver a su asiento, pero Malfoy lo tomo de su antebrazo nuevamente para detenerle—. No me digas que te has sonrojado con lo que dije.

Inquirió gracioso el contrario intentando observarle el rostro al castaño, quien mantenía la cabeza cabizbaja. Malfoy levantó su rostro desde su mentón para observarle con claridad, la mirada de Harry se encontraba brillosa y sus pomulos completamente enrojecidos por el tacto y la estupidez que Draco había dicho hacia instantes.

Cuando sus ojos se encontraron nuevamente aquella cosa que había sentido en el aula de encantamientos lo invadió, haciendo que su brazo y pecho punzaran. Se alejó del contrario mientras llevaba su diestra hacia el centro de su cuerpo.

—¿Que tienes? —preguntó algo preocupado el mayor por Potter, pero él negó agarrando su antebrazo con fuerza para calmar el dolor de éste.

Malfoy se asustó por la escena y volviendo a acercarse a él intentó ayudarlo pero Harry solo mencionaba que su brazo dolía, lo cual lo extrañó demasiado pues, dudaba que un simple agarron como le había dado en el aula hubiera ocasionado nuevamente semejante punzada. El rubio intentó tomar con delicadeza el brazo de Harry para examinarlo, pero éste simplemente se negaba a que lo viera, era su estupido secreto y moriría si Mlafoy veía aquellos tontos pétalos en su antebrazo.

—Vamos Potter necesito ver, si te hice daño juro que te llevare a la enfermería, pero dejame ver que tienes —pidió el mayor a lo cual Harry volvió a negarse, pero estaba hablando con el mismisimo Draco Lucius Malfoy quien no sabia obtener un "no" como respuesta por ende, el mayor tomó a la fuerza su brazo levantando por completo la manga de la túnica y de la camisa de un solo tirón observando perplejo los petalos dibujados definidamente entre las capas de piel del castaño— ¿Qué demonios es esto, Potter?

Preguntó asustado y no razonando con lógica.

La mirada de Draco pasó de la sorpresa a la comprensión mientras observaba los pétalos en el antebrazo de Harry. Un silencio incómodo llenó el espacio entre ellos antes de que el rubio pudiera articular una palabra. El tono de voz que había utilizado Malfoy estaba cargado de mezcla de incredulidad y preocupación genuina, pues si él había ocasionado aquello en el aula de encantamientos sin duda la había regado y debía de reparar su error pues, aquello parecía doloroso. Pero quizá Malfoy sí era el causante de aquellos pétalos, pero no de la forma que él creía que lo hacía.