Capítulo 12

30 7 2
                                    

A la mañana siguiente, los rayos del sol pegaron en la cara de Minho haciéndolo despertar, una sonrisa apareció en su rostro cuando sintió el cuerpo calientito y más pequeño enrollado en su pecho, Felix dormía plácidamente con sus pestañas haciéndole sombra en sus mejillas, Minho apreció su dulce rostro mientras con su dedo tallaba las pecas que resaltaban en su pálida piel, con su otra mano se dedicó a acariciar la espalda de Felix, satisfecho cuando sintió sus suspiros de gusto.

— ¿Porque están durmiendo juntos? —

Minho se tensó cuando escuchó aquella aniñada voz tan de repente, Hyunjin los miraba desde la punta de la cama con su cabeza ladeada en seña de confusión y con su fiel compañero colgado del brazo, su peluche de totoro que era su favorito, Minho cubrió bien a Felix para que Hyunjin no lo fuera a ver desnudo y hizo lo mismo con él, incorporándose un poco le sonrió al niño que aún no apartaba sus curiosos ojos verdes de ambos.

— Bueno.... No habían más camas, duendecillo ¿quieres desayunar?—

La pregunta sobre su estómago desvió la atención de Hyunjin finalmente, con una sonrisa el niño asintió, totalmente deseoso de comer cuanto antes.

— ¡Si! Pero papi dice que debo cepillar mis dientes antes, pero no hemos traído nada — puchereó triste

Minho separó su cuerpo del de Felix solo un poco para poder sentarse y hablar un poco más cerca del niño con la intención de que Felix no despertara.

— Ve a tu cuarto y ve TV por mientras, yo iré a comprar ropa para ti y tu papi, no lo despiertes, cuando regrese pediremos el desayuno y así lo levantas ¿ok? —

— Está bien señor Lee —

Le dedicó otra de esas sonrisas que últimamente traían enganchado a Minho y salió corriendo hacia su cuarto, cerrando la puerta después de sonreír tiernamente desde la distancia, Minho suspiró dejando un beso en la mejilla de Felix y luego se levantó a hacer lo que uno dicho que haría.

•••••••

Minho caminaba por el centro comercial en busca de ropa para Hyunjin, había notado que el chiquillo casi siempre vestía con ropa llena de dibujos animados por todos lados, siempre que lo iba a dejar a la escuela le contaba la figura que portaba en su ropa ese día, pero habían sido tantos que no recordaba ninguno que le gustara, optó por llevarle una camisa de totoro (único dibujo que recordaba el nombre) y un par de pantalones azul oscuro más ropa interior y un par de zapatos nuevos, a Felix decidió comprarle ropa a juego con la suya para poder salir ese día y que todos vieran que eran una pareja.

Siguió su camino hasta el área de productos de aseo y compró lo necesario, llevaba ya un rato desde que salió del hotel, así que no le sorprendió cuando una llamada entró en su teléfono.

— Buenos días, mi ángel — saludó alegre al ver el nombre de Felix en el contacto

— Hola chico rudo, ¿ya vienes? Hay dos fieras aquí con mucha hambre —

El comentario hizo sonreír a Minho que tomó los cepillos de dientes y los dejó en la canasta, se dio vuelta para ir a la caja y de repente escuchó como Felix cerraba una puerta y la volvía a cerrar, entrando al baño seguramente.

— ¿Minho? — preguntó quedito, teniendo por respuesta un murmullo de confirmación

El mayor colocó las cosas que compraría, ignorando olímpicamente a la mujer que le daba una sonrisa coqueta mientras retiraba el seguro de compra a los artículos.

— ¿Puedes......traerme analgésicos? —

Minho quiso reír cuando escuchó la pregunta, no hacía falta que Felix se los pidiera, desde antes había pasado por una farmacia para comprarlos y también pasó por una cafetería comprando un pastel de chocolate para él.

— Te los llevaré enseguida, cariño —

Escuchó el bufido de Felix y rió, sin saber que del otro lado de la línea el castaño estaba totalmente sonrojado, nadie lo había tratado como Minho y tampoco le habían hablado con ese tono tan cariñoso con el que el mayor lo trataba.

— Apresúrate — dijo antes de colgar, sin embargo la sonrisa de Minho nunca se esfumó

••••••

Al llegar de nuevo al hotel, Minho llevaba muchas bolsas en sus manos, subió hasta la habitación y al abrir se topó con una escena que le enterneció el corazón.

Hyunjin estaba abrazado a las almohadas mientras Felix dejaba cariñitos en su cabello, ambos con los ojos cerrados mientras pretendían ver la TV.

— Llegué — anunció ganándose la mirada de ambos Lee's

— ¡Ya quiero comer! —

Le pasó sus cosas al niño que rápidamente cogió el cepillo de dientes y se perdió dentro del baño, él por otro lado se acercó a Felix que lo esperaba con los brazos abiertos sobre la cama.

— Bueno días — susurró dejando un beso en su frente y las patillas en su regazo

— Buenos días ¿Jinie te despertó? — pregunta acomodando la camisa color negro del mayor, admirando lo sexy que se veía desde temprano

Minho negó y se dispuso a acariciar las piernas desnudas de Felix, deteniéndose cuando Hyunjin entró a la habitación otra vez, extendiendo el celular en para que ordenara.

— Quiero pancakes y batido de fresa por favor — pidió con una sonrisa de la que Minho no pudo resistirse

— Pídeme un desayuno americano, ya regreso —

Felix cruzó hacia el baño sabiendo muy bien que tenía la mirada de Hyunjin clavada en su espalda, probablemente su bebé tendría muchas dudas en aquel momento.

— La comida estará en breve aquí ¿te gustó la ropa que te traje? —

Levantó al niño del suelo, cargándolo mientras este asentía y dejaba un beso en su mejilla.

— Si, muchas gracias señor Lee —

— Puedes decirme Minho, Hyunjin, no me molesta —

— Minho — sonrió emocionado diciendo aquello, con sus regordetas mejillas pintadas de rosa

Felix salió del baño ya vestido y duchado al mismo tiempo que la comida llegaba, desayunaron en una armonía tranquila que los hacía desear a ambos tener aquello siempre, ninguno de los dos había gozado de una familia unida y ambos soñaban con poder crear la suya al lado del otro, pero sus inseguridades aveces eran más grandes que el amor que estaba surgiendo.

— Vamos a dar un paseo — ofreció Minho al terminar de desayunar, trayendo la euforia de Hyunjin al instante

— Después hay que regresar al pueblo — le recordó Felix, pero lo hizo callar con un beso

— Solo si aceptas ir a dormir a mi casa—

— ¡¿A la mansión?! — se entrometió Hyunjin justo cuando Felix iba a denegar

No le quedó de otra más que aceptar al ver el entusiasmo de su hijo, Felix creía que a este punto estaban muy metidos en la vida del otro ¿porque era entonces que le tenía miedo a tan bonito sentimiento? Quizás habían cosas que nunca iban a cambiar y su miedo por perder a los que amaba era una de ellas.

Street's  Coffee's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora