Lee Felix es dueño de una cafetería en aquel pueblo, sus pasteles y su amable sonrisa son lo que atrae a los clientes a seguir visitando aquel bello y hogareño lugar. Su pequeño hijo de ocho años es adorable y a los clientes les da ternura por lo que vuelven cada día aunque sea para ganarse una dulce sonrisa del pequeño Hyunjin. Un día, una nueva familia se muda al pueblo, un emblemático director con su puñado de sirvientes, situándose en la única mansión de aquel lugar remoto. Uno es como un rayo de sol después de un frio invierno, el otro es una nube gris en medio del paisaje, ambos se juntan y forman una perfecta primavera.