Desquiciada.

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No se cuanto tiempo llevo dentro de mi cuarto.
No se cuando fue la última vez que comí o que me bañe.
El teléfono suena en alguna parte y en mi cabeza es como un tono de fondo al que no le presto atención.
Todo esta oscuro, en algún rincon de mi casa algo huele extraño pero nada me importa. Estoy perdida en un abismo en el que no encuentro salida, lo unico que he visto desde hace tiempo es el techo. En mis sueños me veo a mi bañada de sangre con una jeringa en la mano y una persona tendida a mi lado,muerta.

Y desde ese día mis ganas de asesinar solo han crecido, también las ganas de matarme, pero aun no, aun quiero que alguien más muera por culpa mía, y de pronto lo recuerdo, mi mamá.

Me levanto de la cama despacio, y salgo de la habitación, todo esta en penumbras. El teléfono vuelve a sonar, empiezo a recobrar la cordura y lo busco, esta sobre la barra de la cocina.

---Hola---contesto temerosa.

---Hola Vannesa, es un milagro que hayas contestado, ¿cómo te sientes después de matar al doctorsillo aquel?

---¿Qué has hecho con mi madre?---digo ignorando su pregunta.

---¡Cielos! pero te has acordado. Tu madre esta muy mal, no creo que le quede mucho tiempo sabes, en los días que no has contestado el telefono, no ha comido, ni dormido bien, de eso casi dos semanas Vannesa.

Joder ¿ha pasado tanto?

---Dime que hacer para que la liberes.

---Sabes lo que debes hacer, pero no quiero un suicidio simple. Quiero algo que llame la atención, que valga la pena.

---Bien--- y cuelgo el teléfono.

En estos últimos días me he imaginado muchas maneras en las que podría suicidarme y la verdad es que tengo unas muy buenas, épicas, podría decir. Lo se, soy una desquiciada, pero mi culpa no es. O tal vez si.

Tocan el timbre de mi casa y sin el más mínimo temor abro la puerta. Es Isaac, que cuando me ve pone expresión de preocupación y miedo.

---¿Qué es lo que quieres?

---Vannesa ¿estas bien?, te ves terrible.

Ignoro su comentario, doy la vuelta y dejo la puerta abierta por si quiere entrar. Y efectivamente entra. Cierra la puerta tras de nosotros y no noto lo que hace porque camino hacia mi habitación ignorando su estadía.

Me siento la cama y el se sienta a mis pies. Al verlo recuerdo lo que me hizo y mis ganas de asesinar regresan.
Ay Isaac, te has metido en un agujero negro del que ya no podras salir.

Disimulo mis intenciones, y solo lo observo. Bajo de la cama y entro al baño como si fuera algo normal. Pero la verdad es que solo voy a conseguir mis instrumentos de tortura.

Tomó la navaja que ocupe en aquella ocasión, cuando el me llevo al hospital.
También tomo la cinta de mi bata, y mi desodorante en spray.

Salgo y me mira de manera extraña con los objetos en las manos, lo unico que no logra ver es la navaja,pues la llevo en la bolsa del pantalon de pijama que no se cuando me puse.

Dejo las cosas a un lado de la cama. Vuelvo a mirarlo, le sonrió de una manera loca y el se muestra asustado.

Pagaras Isaac, pagaras. Es hora de jugar.

Hola.
Les agradecería que votaran y comentaran.
;)
Saludos a todos.

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