TRATO

una promesa en la tumba

Los primeros rayos de luz se colaron por mis ventanas haciendo que me despierte.

Bufé al recordar el día que era. Más vieja, más sola, más deprimida y más gilipollas.

Felices dieciocho para mí.

Me levanté para ir al baño a prepararme para este maravilloso día.
Y nada más estar lista, me dirigí a mi primer destino.

El parque.

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El frío viento me roza el cuerpo cuando llego.

¿Como es posible que esto siga igual después de tantos años? Pensé

Pero había algo que si había cambiado.

Ya no estaban esos dos niños felices jugando y saltando. Ahora solo quedaba la niña y no es que se sintiera muy bien al venir aquí. Donde los recuerdos de una infancia llena de sonrisas la acechan día tras día. Como una tortura.

Busqué con la mirada la gran piedra que estaba bajo el viejo árbol. Y una ráfaga de nostalgia se coló en mi pecho.

Me senté al lado y quité la piedra para después comenzar a escarbar.
Habíamos puesto esa piedra estratégicamente para saber dónde enterramos el cofre.

Cuando rocé con mis manos algo duro me detuve.
Necesitaba un momento para seguir.

Miles de recuerdos aparecieron en mi mente junto a una mezcla de sentimientos.

Levanté la vista y vi el viejo circulo giratorio que ahora estaba más oxidado.

11 años antes...

-¡Jorge ten cuidado! Advertí al ver que grabamos con demasiada fuerza

-Tranquila Vicky todo controlado.

Seguimos dando vueltas a un ritmo peligroso antes de que Jorge cayera al suelo.

Cuando pude parar me dirigí hacia el que se encontraba sobándose la sien mientras estaba sentado.

-¿Estas bien Jota? Pregunté alarmada sentandome en frente.

-Si, no te preocupes solo ha sido un golpecito. Rió mostrando sus colmillos que tanto destacaban.

Y no sé porque fue. Ni tampoco el porque no lo había apreciado antes. Pero me fijé en esos ojos tan raramente especiales que era una mezcla perfecta de colores. Color avellana junto a un verde azulado con pequeñas motas de marrón intenso.

-Tus ojos son... Especiales. Dije mientras me acercaba más para poder contemplarlos mejor.

-Tu si que eres especial...

Presente

Aparte la mirada de la rueda giratoria y la volví a fijar en la tierra escarbada.

Devia acabar con esto.

Devia cumplir la última promesa que hice. Devia hacelo por mi niña interior. Esa que moría lentamente con los años.

Volví a escarbar hasta que vi lo que estaba duro.

Y sentí como todo se rompía a mi alrededor.

-No puede ser...No puede ser. Murmullo

En vez de sacar un cofre con mi última promesa y esperanza, saqué una piedra.

No había nada... Nada

Alguien la había desenterrado o se la habían llevado.

¿Que es este extraño sentimiento?

Sentía un vacío. Y ahí supe lo que era.

Mi niña interior había muerto. Junto a todos los recuerdos de ella.

Se había ido...

Y aprendí que no todas las personas se quedan en tu vida.

Y que a veces solo las tienes que dejar ir.

Me levanté con la mirada perdida y me sacudí las manos en mi pantalón.

Feliz cumpleaños...