Hora de tregua

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-¿Que tal te encuentras Vico? Pregunta Erick a mí lado

-Mejor.

Cuando me desmaye está mañana me llevaron directamente a casa. Por suerte mi Hermana estaba trabajando y no tuvo que verme así.

No podría ni mirarla a la cara. ¿Como le cuento que mi ex mejor amigo es un capullo y no un simple conocido?
Ella sabe que rompimos nuestra amistad, pero no sabe el resto de la historia. No podría soportar que mi hermana lo supiera, no después de todo lo que ha pasado ella.

Erick se ha quedado conmigo en mi cuarto para no dejarme sola.

-Victoria, esto ya se ha salido de la ralla, tenemos que hablar con el.

Se me oprime el pecho de solo pensar eso. Hablar con el cara a cara después de todo no me apasiona. No quiero tener que volver a mirarlo.

Tienes que trabajar con el diez meses

-No es necesario.

-Si lo es. Insiste.- De hecho yo ya he hablado con el mientras tú dormías, viene en cinco minutos.

Me quedo procesando lo que pasa. O mejor dicho lo que va a pasar.

Jorge va a venir a mí casa para hablar conmigo y con Erick. No sé lo que me sorprende más, el hecho de que Jorge haya accedido a venir o que tenga el valor de hacerlo.

En los próximos minutos nos quedamos en silencio.
Me gusta mucho que Erick se preocupe así por mi. Pero no me gusta que haga cosas a mis espaldas.

Me da un vuelco al corazón cuando el timbre suena y Erick baja a abrir.

Oigo susurros y pasos.

No quiero, no, no, no.

Me levanto de la cama dispuesta a esconderme en el cuarto de baño cuando la puerta se abre.

Me quedo más quieta que un árbol.

Ahí está.

Con postura firme y al parecer muy tenso.

Erick entra y frunce el ceño.

-¿Por qué te has levantado? Se dispone a sacar sus propias conclusiones al ver que no contesto

Solo puedo concentrarme en la persona que tengo delante y en el dolor que siento en el pecho. Tengo que hacer un gran esfuerzo en no ponerme a llorar.

-Vamos a sentarnos en la cama. Dice Erick poniendo una mano en mi cintura para guiarme.

La tensión que se ha acumulado en la habitación se puede cortar con unas tijeras.

Erick es quien rompe el silencio.

-No podemos seguir así. Comienza ganándose la atención de Jorge y la mía.- Jorge, no puedes seguir haciéndole la vida imposible a Victoria, vale que ya no seáis amigos, pero piénsalo bien, es ridículo lo que haces. Y tú Victoria no puedes seguir escapando de los problemas, tienes que enfrentarte a ellos, en este caso tienes que plantarle cara a Jorge, y ahora es el momento, lo tienes en frente.

Empiezo a ver borroso por las lágrimas acumuladas. Pero rápidamente parpadeo y levantó la vista hacia Jorge que ya me estaba mirando. Erick tiene razón, no puedo retener todo lo que siento por miedo. Tengo que acabar con esto.

Pero cuando abro la boca para hablar las palabras no salen. Ni una.

Jorge lo nota, y por una vez hace algo generoso por mi :empieza hablando el.

-Yo. Por un momento parece que a él también le cuesta hablar, pero ignora eso y sigue.- Yo siento mucho a ver causado todos esos problemas. Victoria, lo siento mucho por hacerte eso todos estos años. Suena sincero, pero no me lo termino de creer, ya no.

Miro a Erick y el entiende perfectamente lo que quiero. Quiero que nos deje solos.
El parece dudarlo un momento, pero asiente y sale de la habitación. Dejándome a solas con el...

-Hace cinco años no hablamos seriamente. Me atrevo a decir.- Hoy se aclaran todas las mierdas que han estado pasando.

JORGE

Se nota el dolor en sus palabras.

Pero el tono que utiliza hace que se me tensen todos los músculos de mi cuerpo- más de lo que ya están - El tono es duro y amargo. Pero tiene razón, hoy se acaba todo.

Lo nuestro no se va a arreglar. Tampoco quiero.

Ella no es nadie comparado contigo.

-Que quieres aclarar Victoria. Digo con sequedad. -¿Todas las veces que te he insultado, empujado, amenazado o jodido? Porque no se lo que hay que aclarar.

Esto va a ser complicado.

-¿Por qué mierda te dejaste manipular por los demás?

Elia se levanta y se un cajón de la cómoda saca una cajita azul.

-¡¿Por qué mierdas olvidastes todo esto?! Va estampando fotos y dibujos contra la cama mientras me chilla a la cara. Nunca la he visto así. Y duele.

No duele, te da lastima.

-Yo no me he dejado manipular por los demás. Susurró, me siento como un idiota

-Entomces explicame. Se le apaga la voz y una especie de sollozo sale de su garganta.

Mierda, mierda, no puedo verla así.

-No quería seguir siendo tu amigo.

-Ya claro, eso lo dice un niño de cuatro años, no un hombre de veinte.

Me está dando fuerte.

-Victoria yo...

No me deja continuar. O mejor dicho yo no continuo al sentir el tacto frío de su piel rozando mi mano.

Ella coge una foto y me la pone con suavidad en la mano.

Salimos ella y yo de pequeños debajo de un muérdago abrazados.

Miles de recuerdos se clavan en mi mente te como dagas.

No lo puedo controlar, una lágrima recorre mi mejilla. Y al parecer ella tampoco lo puede evitar porque empieza a sollozar.

-Lo siento, y lo digo en serio. La miro a los ojos y suelto la foto abrumado.- Desde hoy nadie te va a volver a molestar, no nos conocemos. Adiós Victoria.

Ella se queda sollozando en su cama mientras yo me levanto y antes de abrir la puerta me giro y digo:

-Guarda las fotos, no las veas, lo pasaras mal.

-Llevo pasandolo mal desde hace años.

TRATODonde viven las historias. Descúbrelo ahora