TRATO

cap.9

JORGE

No me despedí de Erick cuando salí de la casa. No tenía ganas de nada. Solo de salir de fiesta y beber.

Para mi suerte era viernes, por lo que tenía todas las discotecas esperándome.

Pero ni el reconfortante sabor a ron endulzaba el amargo sabor que tengo desde esta tarde.

Casi me desmorono por completo en frente de Victoria. No puede volver a pasar.

Deberías seguir jodiendola como arian los demás.

Para.

Sigue.

Para.

Mi mente me está torturando. No puedo más. Ella era la única que me entendía, y la destrocé.

Se lo merecía
Se lo merecía
Se lo merecía

Trato de convencerme para olvidar como me siento.
Me puedo imaginar la mirada de desaprobación de mi padre... Lo decepcionado que se sentiría si supiera que su hijo es una cabrón.

Otro trago más. No sé cuántos llevo, pero me da igual, hoy todo me da igual. Solo quiero perderme por ahí.

Desde hace un tiempo estoy bebiendo mucho. Salgo cada fin de semana y si fuera por mi ni volvería a casa.

-Hola. Oigo una voz femenina suave detrás de mi

Me giro y veo a una rubia mirándome con una gran sonrisa.

Lo que necesito.

-Hola guapa. Saludo lo más formal posible

-Me preguntaba si quieres venir a bailar un rato.

-Por supuesto.

Es justo lo que necesito, una distracción buena.

Ella camina delante de mi y no puedo evitar bajar la mirada.

Joder.

Nos pasamos un rato bailando. Esa rubia me iba a matar con sus movimientos.

Cuando alzó la mirada hacia el dj veo a Erick .

Me siento mal por como me he despedido está tarde con el. Le debo una a ese cabrón.

Le digo a la rubia que me espere aquí y voy hacia Erick.

Cuando voy por la mitad de camino una chica con un vestido corto color granate, pelo recogido en una coleta alta y tacones que te pueden perforar un pulmón, se atraviesa en mi camino y se hacerca a Erick con movimientos provocativos.

Erick se ríe de algo y le coge la mano a la chica para darle la vuelta.

JODER.

La silueta de Victoria bailando a Erick  se mete en mis ojos.

Nunca había imaginado que alguien tan reservada y culta como ella bailará así. O más bien que se comporta así.

Me quedo sin aliento cuando Erick agarra de la cintura a Victoria y la besa con pasión.

De pronto siento una oleada de rabia.

Celos.

No. ¿Yo celoso de mi amigo por salir con esa? Nunca.

Pero para cuando vuelvo con la rubia de antes no puedo separar la mirada de ellos. De ella.

El calor va subiendo poco a poco.

Cogo a la rubia de la cadera y la beso con rabia. Necesito despejarme.

Tiene los labios suaves. Pero no me llegaba nada de ellos.

La llevé al baño privado de la discoteca y la estamos contra la pared.

Le doy la vuelta para que quede de espaldas a mi y le bajo la mini falda blanca.

Terminemos con esta mierda.

El baño se lleno de gemidos y golpes.

Para cuando acabamos todo queda en silencio.

-¿Me das tu Instagram? Pregunta la rubia mientras nos vestíamos.- Me llamó Celia por cierto.

Celia, -o la rubia como me gustaba llamarla en mi mente-, lo hacía de puta madre. Así que no iba a desperdiciar la oportunidad de tener a una distracción privada.

Le di mi Instagram y me fui de la discoteca.

Cuando llego al apartamento veo otra vez a Erick y a Victoria abrazados.

Ella se ríe, el la abraza y mira con amor.

Amor de mierda.

En mi opinión el amor no servía para nada. Solo para sufrir. Y yo no estaba dispuesto a pasar por eso.

Mis reglas con las chicas eran fáciles.

Sexo y ya.

Paso de las mierdas sentimentales.

Erick me ve y sonríe.

Lo que me faltaba.

-¡Hola Jorge! Saluda el. Cuando Victoria dirige la vista hacia mí se queda inexpresiva. Sus ojos verdes reflejan nada. Ni un sentimiento, ni una emoción, nada.

Salude a Erick y me metí en mi coche.
Paso de quedarme a verla como se pone esa mascara.

Hija de puta.

No puedo evitar golpear el volante cuando conduzco. Toda la rabia de antes vuelve y se multiplica.

-¡Te odio, te odio zorra! Gritó deshaciéndome de la furia

La odio. Por hacerme ver lo gilipollas que soy. La odio por hacerme quererla. La odio.

La odio por lo que me hace sentir.