- ¿A quién eliges, Elaenys? - Preguntó Mycella mientras tomaba la mano de su hija.
Elaenys se sonrojó antes de responder de forma segura.
- Quiero a Aemond Targaryen.
Iniciada: 12|08|24
Finalizada: ...
"Se acababan de conocer, pero sus ojos se miraban como si ya se quisieran."
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[...]
Cuando el sol se escondió y la luna se reveló, el banquete Targaryen comenzó. Dando anuncio a el reciente compromiso de Rhaena y Lucerys Velaryon, causando aplausos en la mesa familiar.
La reina Rhaenyra estaba en la punta de la mesa, a su lado estaban su esposo Daemon y su mano; Alicent, seguido del rey consorte estaban Jacaerys, Lucerys, Aegon y Aemond, mientras que de lado de Alicent estaba Baela, Rhaena, Haelena y finalmente; Elaenys.
Todos lucían colores acordes a su casa, en conclusión; todos vestían de negro, excluyendo solo a Alicent y Elaenys, quienes portaban colores Hightower y Lannister.
La velada parecía tranquila y amena, Alicent hablaba con Rhaenyra y Daemon mientras Lucerys y Rhaena se regalaban sonrisas tímidas, por otro lado estaba Aegon; quien parecía querer hacer sangrar a su copa intentando sacarle más vino estando ya vacía.
Todos se encontraban comiendo tranquilamente, pero la mirada aburrida de Aegon pronto se encontró con la de Elaenys, quien le sonrió de forma amable, pero se encontró con una mueca que la hizo reír.
De pronto el cómodo silencio fue interrumpido por la reina, quien se puso de pie para alzar suavemente su copa de vino.
— Quiero hacer un brindis, por mi hijo Lucerys y su prometida Rhaena. — Rhaenyra hizo una pausa para sonreír mientras veía a todos, centrándose más en Luke y Rhaena. — Pronto ambos se casarán y espero que puedan encontrar el amor en esta unión.
Todos en la mesa alzaron la copa en señal de aceptación a las palabras de la reina, luego bebieron un sorbo de sus copas.
— También quiero hacer un brindis por Lady Elaenys. — Habló nuevamente Rhaenyra, provocando que la pequeña Lannister se sonrojara hasta las orejas. — A la cual me gustaría poder llamar la futura reina, si ella en un mes así lo desea.
Daemon rodó los ojos ante la presión de Rhaenyra, no pudo evitar apretar el puente de su nariz para evitar callarla.
— Ya mejor ponle una espada en el cuello. — Se burló Aegon, ganando un codazo de Jacaerys.
La mesa se quedó en silencio, inevitablemente las miradas se enfocaron en Elaenys, quien sin querer buscó la de Aemond, pero el peli plateado se negó a verla.
— Yo.. — La menor hizo una pausa para suspirar y ver fijamente a Rhaenyra. — Agradezco sus palabras, mi reina.
Rhaenyra sonrió y nuevamente se sentó, notando que había incomodado un poco a la menor. Por otro lado, la mandíbula de Aemond estaba tan tensa que amenazaba con romperse, todo empeoró cuando Jacaerys se puso de pie para rodear la mesa y extender su mano a Elaenys.
