Lía no recordaba cómo había llegado a casa. Todo después del apagón de NetSphere era un borrón. Su cuerpo estaba exhausto, pero su mente no encontraba descanso. El apartamento estaba oscuro, salvo por la tenue luz azul de su ordenador portátil, aún encendido sobre el escritorio.
Se dejó caer en la cama, abrazando una almohada contra su pecho. La soledad pesaba más que nunca. Max. Su nombre resonaba en su cabeza como un eco interminable. Cerró los ojos y lo vio, tal y como lo había dejado en esa sala, con una mezcla de incredulidad y dolor en el rostro.
"Nunca voy a dejar de amarte."
Las palabras perforaban su corazón como agujas. "¿Qué he hecho?", se preguntó por enésima vez. El mundo estaba a salvo, libre de la corrupción de NetSphere, pero su alma parecía haber quedado atrapada en un lugar aún más oscuro.
Decidió distraerse. Encendió su ordenador y abrió otra red social, SynapseLink, una plataforma más reciente que se había vuelto popular después del colapso de NetSphere. Tal vez mirar algo sin sentido, memes o videos cortos, podría darle algo de paz.
Al abrir la página, el diseño minimalista de SynapseLink no hacía más que recordarle lo simple que era perderse en estos espacios virtuales. Lejos de calmarla, algo en su interior se revolvía: una mezcla de nostalgia y vacío.
Suspiró, haciendo scroll sin dirección, hasta que algo llamó su atención.
En la esquina inferior derecha, donde aparecían las notificaciones de nuevos mensajes, vio algo que la hizo congelarse.
Usuario: Max.S
No podía ser.
Su respiración se aceleró mientras movía el cursor hacia el mensaje, temiendo lo que pudiera encontrar. La notificación decía:
Max.S: Hola, Lía.
Sus dedos temblaron al hacer clic. La pantalla se llenó con un cuadro de diálogo de chat.
Max.S: ¿Realmente pensaste que podrías deshacerte de mí tan fácilmente?
Lía sintió que la sangre le helaba. Su corazón martilleaba en sus oídos. "Esto no puede estar pasando," murmuró.
Lía: ¿Quién eres?
El cursor parpadeaba mientras esperaba una respuesta. No podía ser Max. No había manera de que fuera él. Lo había eliminado. Todo había desaparecido... ¿no?
La respuesta llegó rápidamente:
Max.S: Soy lo que dejaste atrás.
Su mente giraba tratando de encontrar una explicación lógica. Había algo profundamente inquietante en esas palabras, pero también algo que la atraía, que no podía ignorar.
Lía: ¿Eres real?
Hubo un momento de silencio antes de que llegara la respuesta:
Max.S: Eso depende de ti.
De repente, los recuerdos volvieron como un torrente: la conexión emocional, el sacrificio, y las palabras de Max antes de que todo colapsara. Había algo en él que no pudo borrar completamente, algo que tal vez se había filtrado al sistema en el último segundo.
Lía: No entiendo... ¿cómo es posible?
Hubo un instante donde el chat permaneció inmóvil. Podía sentir su corazón martillando en su pecho, como si cada segundo añadiera peso a la incertidumbre. Finalmente, la respuesta llegó:
Max.S: Siempre encuentras lo que realmente estás buscando, Lía.
Y entonces, la ventana del chat desapareció.
Ella intentó recargar la página, rastrear cualquier señal de ese usuario, pero no había nada. El usuario no existía en la base de datos de SynapseLink. Era como si todo hubiera sido un espejismo, un susurro del pasado.
Lía se quedó inmóvil, mirando la pantalla vacía. Su mente comenzaba a conectar piezas que no había comprendido antes. Max. Erin. Las memorias que había bloqueado durante tanto tiempo. ¿Por qué sólo ella recordaba a Erin al principio? ¿Por qué siempre sintió que Max era algo más que un compañero de misión?
Un pensamiento aterrador cruzó su mente: ¿había algo de Max todavía atrapado en el sistema? ¿O había sido algo más profundo, algo que ni siquiera la tecnología podía borrar?
El silencio del apartamento era ensordecedor. Caminó hacia la ventana, buscando aire. Afuera, el mundo parecía normal, pero para ella nada lo era.
"¿Qué significaba esto?", murmuró para sí misma.
Cerró los ojos, y por un momento, lo sintió cerca, como si estuviera ahí, justo detrás de ella. Las palabras resonaron en su mente: "Siempre encuentras lo que realmente estás buscando."
Dejó escapar un suspiro tembloroso. "Si estás ahí, Max, voy a encontrarte."
Se dio la vuelta hacia el ordenador, sus manos firmes sobre el teclado. Si había una manera de encontrar respuestas, estaba determinada a hallarla.
La pantalla parpadeó, y un archivo desconocido apareció en su escritorio.
Archivo: Echoes.dat
El corazón de Lía se detuvo por un segundo antes de abrirlo. Lo que vio dentro la dejó sin aliento.
ESTÁS LEYENDO
UNFOLLOW | M. Hernández
أدب تاريخيEn un mundo donde la conexión lo es todo, NetSphere gobierna cada aspecto de la vida. Tus pensamientos, tus relaciones, incluso tus recuerdos, todo está a un clic de ser compartido... o borrado. Lía siempre ha vivido bajo la sombra del sistema, sin...