Capítulo 19 | La red

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El pasillo frente a ellos estaba iluminado por una luz fría y blanca, tan intensa que los hacía entrecerrar los ojos a medida que avanzaban. Lía y Max caminaban en silencio, cada paso resonando en las paredes metálicas de la base. La misión había alcanzado un punto culminante. Sabían que algo grande estaba por suceder, y el aire pesado cargaba con la sensación de que el final estaba cerca.

Ambos sabían que en cuanto cruzaran esa última puerta, todo cambiaría.

Lía observó a Max por el rabillo del ojo. A pesar de todo, la cercanía de él la inquietaba. La tensión entre ellos no se había disipado. Aunque sus conversaciones se habían hecho más fluidas, había algo en su comportamiento que la mantenía alerta, como si algo estuviera a punto de estallar. Max no dejaba de lanzarle indirectas, de acercarse más de lo necesario, y Lía trataba de mantener la distancia.

De repente, Max se detuvo frente a una puerta de metal masiva. La puerta estaba cerrada con un sistema de seguridad avanzado, y en cuanto Lía se acercó, la pantalla digital parpadeó, reconociendo su presencia. Una voz, casi sutil, se escuchó a través de los altavoces:

Autenticación... completada. Bienvenida, Lía.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral. ¿Cómo sabían que ella estaba ahí? ¿Qué estaba pasando realmente en este lugar? Max la observó en silencio, como si estuviera esperando a que ella diera el siguiente paso.

Lía apretó los dientes. No hay vuelta atrás.

La puerta se deslizó hacia un lado, revelando una habitación amplia y sombría. Al fondo, en el centro, una figura estaba inmóvil, atada a una silla, rodeada por cables y pantallas flotantes. Lía dio un paso hacia adelante, y su respiración se cortó al reconocer a la persona.

Erin.

Ella estaba allí, sin moverse, con la cabeza agachada y los ojos cerrados. A su alrededor, un conjunto de pantallas mostraban datos que Lía no comprendía, pero que claramente estaban conectados a NetSphere. Lo que la hacía sentir aún más incómoda era la forma en que Erin parecía casi... muerta, como si la vida se hubiera drenado de ella.

Max, a su lado, dio un paso atrás. Sabía lo que Lía había visto, y su expresión se tornó más sombría.

¿Qué... qué está pasando aquí? —preguntó Lía, su voz quebrada.

Max no respondió inmediatamente. Observó a Erin durante unos largos segundos, su rostro enmascarado por un cúmulo de emociones conflictivas.

De repente, una pantalla parpadeó y comenzó a emitir una luz tenue. Una grabación comenzó a reproducirse, y la voz de Erin, distorsionada por el audio, se escuchó en la sala.

Lía, Max... Si están escuchando esto, entonces lograron llegar hasta aquí. Pero... antes de continuar, debo advertirles. —La voz de Erin se interrumpió brevemente, como si tomara aire—. Yo... yo estuve involucrada en todo esto. Todo. Pero no porque lo quisiera. Mi trabajo, lo que hacía dentro de NetSphere, era más oscuro de lo que ustedes se imaginan. Estaba trabajando para una mafia interna, controlada por los mismos que crearon la red social. Y todos ustedes... ustedes son solo peones en este tablero.

Lía se quedó inmóvil, procesando lo que Erin acababa de decir. El silencio llenó la habitación durante unos segundos, hasta que Erin continuó.

Pero algo cambió. Cuando los vi, cuando vi a Max, y especialmente a ti, Lía... algo dentro de mí se despertó. Empecé a ver las cosas de otra manera. —La voz de Erin se rompió ligeramente—. Ellos querían desaparecerlos. Quería desaparecerlos a todos. A ustedes. A todos los que no encajaban en sus planes. Pero yo no podía quedarme de brazos cruzados. Así que tomé una decisión. Me borré del sistema. Me eliminé de la red, dejándolos atrás.

Lía sintió una oleada de confusión. ¿Qué estaba diciendo Erin? ¿Cómo podría alguien eliminarse de NetSphere de esa manera? ¿Y por qué lo había hecho?

¿Por qué? —La pregunta salió de sus labios antes de que pudiera evitarla.

Erin suspiró profundamente en la grabación.

Porque ustedes, Lía y Max, tienen lo que se necesita para destruir NetSphere. —La voz de Erin fue firme, pero había una nota de desesperación en ella—. Es el único camino para detener lo que está por venir. Y, si me permiten, les mostraré lo que tengo aquí. Todo está en la base de datos. Cada conexión, cada punto débil... Todo lo que necesitan para acabar con esto. Y lo haré... para salvarlos.

Lía sintió cómo la realidad comenzaba a desmoronarse a su alrededor. Todo lo que pensaba saber, todo lo que había sido la misión hasta ese momento, estaba cambiando. ¿Cómo Erin había llegado a ese punto? ¿Cómo había sido capaz de tomar esa decisión tan extrema?

Max, que hasta ahora había permanecido callado, se acercó lentamente a la silla donde Erin estaba atada. Con suavidad, le acarició la mejilla, como si intentara despertarla.

Erin... —dijo, su voz baja y seria. Lía notó algo en la manera en que Max la miraba, algo que no había visto antes. Como si de alguna manera estuviera viendo más allá de la situación, como si comprendiera lo que Erin había hecho.

Ella... ella nos salvó. —Max murmuró para sí mismo.

Lía, por otro lado, no podía dejar de mirar la pantalla, donde la última frase de Erin se desvanecía lentamente. "La red debe caer, antes de que todo el mundo caiga con ella."

Lía tragó saliva, mirando a Max con una mezcla de incredulidad y miedo. Todo estaba empezando a tomar forma. NetSphere no era solo una red social. Era una herramienta para el control, para la manipulación masiva de mentes, y Erin había sido parte de eso.

Pero ahora... ahora tenían las respuestas. Tenían el conocimiento necesario para terminar con todo.

Max la miró, y por un breve momento, sus ojos se encontraron. Había algo en su mirada que dejaba claro que todo lo que estaban a punto de hacer cambiaría el curso de la historia.

Estamos a punto de hacer algo que podría destruir todo esto. Y si salimos de aquí... si sobrevivimos... —Max la miró fijamente—. Será por ella. Y por todo lo que Erin sacrificó por nosotros.

Lía asintió lentamente, sintiendo una oleada de determinación. Era el momento de acabar con todo, de hacer justicia. Pero mientras se preparaba para lo que vendría, algo más estaba a punto de pasar: la verdad sobre NetSphere aún no había sido revelada por completo, y la conexión con Erin y lo que sucedió entre ellos tres seguía guardando secretos más oscuros de lo que Lía podía imaginar.

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