Agatha
Una semana después
Corro por los pasillos de nuestro laboratorio intentando llegar hasta el laboratorio de Jen. El dolor insoportable de cabeza está empezando a marearme aún si no pienso detenerme hasta corroborar que lo que Jen dijo por teléfono es cierto.
Esquivo a un par de estudiantes de último año, al parecer mi estado apurado no es una señal evidente de lo apurada que estoy, tengo que empujar a un par de ellos luego me preocupo por la cantidad de quejas que llegaron sobre mi escritorio.
Solo tengo que doblar por el siguiente pasillo y estare en la puerta que necesito ver con urgencia.
Estoy por girar pero soy detenida por un cuerpo delgado chocando contra mi cuerpo el impacto me sorprende tanto que me hace caer de espaldas y ni siquiera puedo distinguir quien fue el imbecil que me hizo caer
—¡Oye!—grito a la persona también esta quejándose en el suelo— Fijate por donde caminas
Con un poco de dolor en mi cadera logro ponerme de pie mirando a quien me tiro
—Lo siento, lo siento tanto— se disculpa sin mirarme
¿Un adolescente? ¿Quién demonios trajo a su hijo trabajo?
—Como sea— paso a su lado esta vez caminando sabiendo que el dolor no me dejara correr nuevamente— Levantate— el sigue tirado quejándose.
Por favor soy mayor que él y no estoy llorando como un bebé en el piso
—No puedes quedarte ahí— le digo con impaciencia
—Gracias por preocuparse— dice intentando ponerse de pie, ruedo los ojos fastidiada por su lentitud
—¿Preocupada?, ni lo sueñes— extiendo mi mano para hacerlo que se levante de una buena vez—No te emociones niño
Ahora que esta de pie puedo verlo mejor, es mucho más alto de lo que pensé, delgado y con cabello oscuro rizado algo desordenando. Tiene unas cuantas facciones en su rostro que me resultan algo familiares de algún lugar.
¿Lo conozco?
—No puede ser— se emociona llevando una mano a su boca
—¿Qué?— digo viendo detrás de mi por si algún cientifico ha pasado a saludar. No hay nadie, lo miro sin entender el porque de su reacción.
—¡Eres tu!—esta mas que emocionado parece que le empezaran a salir brillitos por los ojos— ¡En serio eres tu!
—Supongo— digo ¿quién se supone que soy? ¿por que tanto escandalo?— Aquí es donde salgo huyendo lejos de ti
—Eres Agatha Harkness— si lo soy, Que gran descubrimiento
—¿Y tu eres?— no es que en serio me interese
—¡Oh!, soy un fan de tu trabajo
¡Trabajo!
Tengo que seguir mi camino en lugar de estar hablando con este niño
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Tears in heaven | Agathario
FanfictionLa vida de la doctora Rio Vidal y su esposa Agatha Harkness da un giro al enterarse de una noticia que pondrá a prueba su amor.