Omake 2: Posibles relaciones?

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Los derechos de cada persona de Rwby a sus respectivos dueños.

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La casa estaba en silencio, salvo por los suaves chirridos de los grillos afuera. Joan estaba tumbada boca arriba en su cama, mirando el techo de su habitación. Su mente, como tantas noches desde que llegó a este mundo, no dejaba de divagar. Esta vez, el tema era algo que no había querido enfrentar, pero que ahora se le hacía inevitable.

—¿Intereses románticos? —murmuró, rodando los ojos.

Se sentó, cruzando las piernas mientras apoyaba la barbilla en una mano.

—Vamos, esto es un fanfic, ¿no? Si soy la protagonista, debería haber algún tipo de romance. Así funcionan estas cosas... aunque...

Se quedó pensativa, enumerando mentalmente las posibilidades.

Jaune Arc.
—Es amable, dulce, y siempre está dispuesto a ayudar. Pero... —Se estremeció ligeramente—. ¡Es mi hermano! ¿Qué clase de historia enferma sería esa?

Sacudió la cabeza, descartando la idea de inmediato.

Ren.
—Silencioso, calmado, siempre sabe lo que hacer... —Joan suspiró, pero luego se encogió de hombros—. Pero claramente está destinado a Nora. No puedo meterme en eso. Además, no creo que ni siquiera notara que existo de esa forma.

Sun Wukong.
—Divertido, relajado, y tiene un gran cabello... pero... —Hizo una pausa, mirando al techo—. Creo que Blake es más su tipo. Y, sinceramente, no estoy segura de poder lidiar con alguien tan despreocupado.

Cardin Winchester.
Joan puso una expresión de disgusto inmediata.
—Ni siquiera lo voy a considerar. Paso.

Qrow Branwen.
—Bueno, es un cazador experimentado, sarcástico, y tiene un aire misterioso... pero... —se cruzó de brazos, frunciendo el ceño—. Es mucho mayor que yo. Además, dudo que su hábito de beber haga buena pareja con alguien como yo.

Ozpin.
Dejó escapar una risa nerviosa.
—Ja, no. ¿Cómo podría salir con alguien que parece saber todo pero nunca lo dice?

Ruby Rose.
—Es adorable, entusiasta, y su pasión por las armas es contagiosa... pero... —Joan ladeó la cabeza, sonriendo ligeramente—. Es como una hermana pequeña hiperactiva. Sería raro.

Weiss Schnee.
—Bueno, es elegante, decidida, y tiene un gran sentido de la responsabilidad... pero... —Joan hizo una mueca—. No creo que se lleve bien con alguien que improvisa tanto como yo.

Blake Belladonna.
—Reservada, inteligente, con un aire misterioso... pero... —Joan frunció ligeramente el ceño, pensando en las razones—. Es tan introspectiva y enfocada en sus propios problemas que no creo que le interese alguien como yo. Además, ¿qué tendría que ofrecerle? Seguramente preferiría a alguien más aventurero

Yang Xiao Long.
—Segura de sí misma, protectora, y su cabello siempre está perfecto. Pero... —Joan suspiró, negando con la cabeza—. Su personalidad es demasiado explosiva para alguien tan tranquilo como yo.

Finalmente, Joan dejó escapar un largo suspiro y se dejó caer sobre su almohada, mirando el techo con expresión resignada.

—No, no hay nadie. No puedo ver a ninguno de ellos como algo más que amigos, familia o... personas demasiado complicadas.

Justo en ese momento, un suave golpe en la puerta la sacó de sus pensamientos.

—¿Joan? —La voz de Jaune sonó desde el otro lado.

—¿Qué pasa, Jaune? —respondió, levantando ligeramente la cabeza.

La puerta se abrió, y Jaune asomó la cabeza con una sonrisa tímida.

—Solo quería desearte buenas noches. Dormiré ahora.

Joan lo miró por un momento, notando la sinceridad en sus palabras y el brillo amable en sus ojos.

—Gracias, Jaune. Buenas noches.

Él asintió, cerrando la puerta con cuidado y dejando a Joan sola otra vez.

Joan se dejó caer de nuevo en la cama, abrazando su almohada mientras miraba el techo.

—Amable, atento, siempre pensando en los demás... —murmuró, casi como un pensamiento sin filtro.

De repente, se congeló, sintiendo el calor subirle a las mejillas.

—¡No, no, no! Es mi hermano, eso sería raro. Muy raro.

Giró en la cama, enterrando su rostro en la almohada para ahogar un gruñido frustrado. Sin embargo, una pequeña sonrisa escapó de sus labios mientras susurraba:

—Aunque si esto fuera un juego, definitivamente sería una ruta "norteña".

Y con ese pensamiento, finalmente cerró los ojos, dejando que la tranquilidad de la noche se apoderara de ella.

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No Joan no vayas al norte eso es malo!

Si no vas a Beacon, tendré que ir yo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora