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𝖾 𝗅 𝖼 𝖺 𝗆 𝗂 𝗇 𝗈 𝗁 𝖺 𝗌 𝗍 𝖺 𝗆 𝗂 𝖼 𝖺 𝗌 𝖺 se me estaba haciendo eterno, cuando fuimos con los chicos en el auto de Pierre no se me había hecho tan largo o eso capaz porque el francés se creía Toretto e iba con todo.
Traté de dormirme en el auto porque los ojos me pesaban un montón y ya no aguantaba más, hasta que siento que el auto se detiene y vuelvo abrir los ojos. Al mirar por afuera de la ventana no reconocí el lugar y mire al británico frunciendo el ceño.
──Como no me dijiste como llegar a tu casa, te traje a la mía ─me mira mientras sacaba la llave del auto─ No te molesta, ¿no? ─pregunta antes de que le pueda responder─
──No Lan, obvio que no. Gracias ─le doy una mini sonrisa y él hace lo mismo para después salir del auto─
También salgo y cuando voy a cerrar la puerta me tambalee un poco, Lando se acerca rápidamente a mí sujetandome de la cintura y al ver que no fue nada, se separa de mí. Empezamos a caminar hacia adentro del hotel y ni sabía cómo yo estaba caminando porque estaba muy mareada, sentía que en cualquier momento me desmayaba.
De un momento a otro sin darme cuenta, ya nos encontrábamos entrando al departamento de Lando y me impresiono un poco lo grande que era, muchísimo más grande que el mío y encima tenía cocina, living y la habitación aparte. Privilegios de pilotos.
──Lan, me muero de sueño ─me giro a verlo al británico y se me estaban cerrando los ojos, pero los vuelvo abrir─
──Sí, se te nota ─escucho como suelta una carcajada y estire el brazo para pegarle, pero no llegue─ Vení que te llevo a mi habitación ─el morocho me agarro suavemente de la mano y empezó a caminar así lo siga─
──Gracias, Lan ─le digo arrastrando las palabras, ya que no tenía ni fuerzas de hablar e iba con los ojos cerrados─
Al ya estar adentro de la habitación del británico, me saque los zapatos como pude y me tire enseguida a la cama, sentí cuando Lando me tapo con sus sábanas y después no escuche nada más, durmiéndome profundamente.
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