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𝗅 𝖺 𝗋 𝖺
𝖼 𝗂 𝗇 𝖼 𝗈 𝗒 𝗏 𝖾 𝗂 𝗇 𝗍 𝖾 𝖽 𝖾 𝗅 𝖺 𝗆 𝖺 𝖽 𝗋 𝗎 𝗀 𝖺 𝖽 𝖺 y podría decir que uno está más en pedo que el otro. Literal todo me da vueltas, no sé en que momento me pase tanto con el alcohol porque solamente era algo "tranqui" y de un momento a otro, pum, todos borrachos. En toda la noche perdí diez mil veces a Martina porque no sé a dónde mierda se iba o se va y tenía que estar buscándola por todo el boliche, sino estaba sola, claramente.
En este momento me encontraba bailando con Lando, también, en todo lo que va de la noche con el que más baile fue con él, aparte es lógico porque es con el que tengo un poco más de confianza si así se puede decir y apenas hablo con los demás cómo para que bailemos.
Y cómo había dicho, Martina se volvió a perder. Trataba de localizar con la mirada, pero al no encontrarla la dejé ahí nomás y seguí bailando con el británico, disfrutando lo que quedaba de la noche que ya se estaba terminando.
En un momento, siento cómo Lando apoya sus manos en mi cintura haciendo que bailemos pegados al ritmo de la música y me dejé llevar apoyando mi cabeza en su hombro, ya que yo estaba de espaldas. La estaba pasando tan bien, me había olvidado completamente de Franco y de todo, pero al abrir mis ojos de lejos lo veo al recién nombrado.
Franco estaba mirándonos a Lando y a mí desde una esquina, apesar de la poca luz que había y no poder ver bien de lejos, lo reconocí fácilmente al castaño. Me separé inmediatamente de Lando, haciendo que el morocho quedé confundido.
──Lan, perdo-name ─al estar en pedo y no poder coordinar ni una palabra, las arrastraba y más por los nervios que empezaba a sentir─
Me aleje de Lando tambaleándome y chocando con algunas personas, hasta que llegue a dónde se encontraba Franco quedándome dura en el lugar y mirando al castaño sin decirle nada, él hacía lo mismo.
──Fran ─fue lo primero que salió de mi boca─
──"Fran" las pelotas, Lara ─estaba enojado, muy enojado y me pude dar cuenta por su cara y cómo me estaba hablando─
No me dejo ni responderle que agarro rápido mi muñeca y empezó arrastrarme, llevándome hacia la salida del boliche. No sabía que tan enojado estaba, pero con la fuerza que me estaba agarrando ya era un montón y sentía que me lastimaba, cada vez apretaba más y me quejaba del dolor, pero claramente no me soltaba.
Hasta que finalmente llegamos hacia la salida y me saco de un tirón hacia afuera, para después ya soltarme la muñeca y al observarla, estaba roja. Al ver lo que se me venía, deseaba tanto que aparezca Martina en este momento para sacarme de acá.
──¡No me respondes un puto mensaje! ¡Fui al hotel y no estabas! ¡Me entero que estás acá y encima entregándole todo el orto al estúpido de Lando! ─se acerca bruscamente a mi cara gritando cómo loco y desvío mi mirada de él, helada en el lugar─ ¡¿Qué mierda te pasá, Lara?! ─grita más fuerte haciendo que cierre los ojos con fuerza─
