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𝗅 𝖺 𝗋 𝖺
𝗆 𝖾 𝖾 𝗇 𝖼 𝗈 𝗇 𝗍 𝗋 𝖺 𝖻 𝖺 𝖾 𝗇 𝗅 𝖺 𝗁 𝖺 𝖻 𝗂 𝗍 𝖺 𝖼 𝗂 𝗈 𝗇 del hotel, acostada, echa una bolita y llorando desconsoladamente. Más o menos hace una hora que estaba derramando lágrimas, lo peor es que ni yo sé porque, pero si sabía que me sentía muy mal y lo único que quería era llorar.
Mar hace unas horas se tomó un vuelo a Argentina, ya que tiene que retomar sus cosas y mis ganas de irme con ella eran inmensas, pero algo me lo impedía, que era Franco. Aunque no me lo haya pedido el mismo de quedarme, no podía irme así cómo así, apesar de lo que paso y yo sé que en unas horas tiene que tomarse un vuelo hacia Singapur, así que la verdad no sé que hacía acá.
Me quedé un rato más tirada en la cama y cuando mis ojos se estaban cerrando por el sueño, escucho que alguien toca la puerta. Me levanto de la cama secando mis ojos por las lágrimas y arreglandome un poco, porque aunque no me haya visto sabía que me veía destruida.
Al abrir finalmente la puerta, quien se encontraba del otro lado, era Franco. No sé por qué de la nada volvieron aparecer lágrimas en mis ojos y sentía que mi cuerpo se debilitaba de apoco, que en cualquier momento caía de rodillas al piso y quería llorar a más no poder, pero aguante.
El castaño me miraba en silencio, no decía nada y eso me estaba poniendo nerviosa. Hasta que veo que iba a decir algo, pero me adelanto.
──¿Q-qué querés? ─la voz no me ayudaba y aunque yo no quiera, se me quebraba igual─
──Perdón ─fue lo que tuve que escuchar para dar un suspiro bajando la cabeza y largando todo el llanto que tenía guardado desde que lo ví en el primer momento─
Iba a cerrarle la puerta, pero Franco fue más rápido apoyando su brazo y así poder entrar, atrapándome en sus brazos e intentando abrazarme, pero yo obviamente me corría. No quería que me toque, pero al ver que era imposible deje de forcejear y seguí llorando en su pecho, aunque él fuera la razón por la cual lloraba.
──Estoy muy cansada. No quiero sufrir más, porfavor. No te quiero amar más, Franco ─digo en un hilo de voz, cayendo de apoco al suelo y él se aferra más a mí, apoyando su cabeza en la mía─
──Perdón, por todo. No te merezco en absoluto ─cierro los ojos con fuerza, todavía llorando a más no poder y empieza acariciar mi espalda─
──No puedo más. Esto no da más ─lo miro, señalándonos a los dos─
──No digas eso, yo sé que hago cagadas y que me la re mande con vos ─hace una pausa─ Pero no puedo estar sin vos, Lara. Te amo y eso nunca va a cambiar ─apoya su mano en mi mejilla, dejándole un par de caricias y sus ojos verdosos me miraban con intensidad, también estaban un poco llorosos─
──Amar también es dejar ir, Fran ─la voz se me volvió a quebrar, haciendo que apreté mis labios con fuerza y bajando mi cabeza─
──¿Y si te prometo qué voy a cambiar? ¿Y si te digo qué haría de todo para no perderte? Porque sin vos me muero y daría todo para que estés conmigo, como antes ─apoya su mano en mi mentón, subiendo mi cabeza y pude ver que en sus ojos habían desesperación─
