Capítulo 24 | Cruzar La Linea

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El silencio tras las palabras de Niki era denso, solo interrumpido por nuestras respiraciones aún entrecortadas. Él seguía sentado frente a mí, con los ojos húmedos pero fijos en los míos, y esa mirada tenía tanto peso que casi podía sentirla físicamente.

—Niki... —comencé, con un nudo en la garganta—. No entiendes lo que estás diciendo. No es solo tu carrera. Es la de todos los chicos. El trabajo de cada persona en este equipo. No quiero ser la razón por la que algo se rompa.

Él frunció el ceño, claramente herido por mis palabras, pero también determinado.

—¿Crees que no lo sé? —su voz tembló al principio, pero luego se estabilizó, cargada de emociones reprimidas—. ¿Crees que no me doy cuenta de lo que está en juego? He vivido mi vida entera sabiendo que cada paso que doy está bajo el escrutinio de todos. Pero por primera vez, TN, hay algo... alguien... que quiero para mí.

Me quedé en silencio, porque no tenía respuesta para eso.

—¿Sabes lo que significa ser visto todo el tiempo pero sentirte invisible? Tú no me miras como los demás, TN. Y no quiero perder eso —continuó, avanzando ligeramente hacia mí.

Mi corazón latía con fuerza, no solo por sus palabras, sino por cómo su proximidad hacía que cada pensamiento racional en mi cabeza empezara a desvanecerse.

—Niki, esto no puede ser. Por más que queramos, por más que lo sientas ahora, no podemos arriesgarlo todo —murmuré, intentando mantener la compostura.

Él negó con la cabeza, una sonrisa amarga curvándose en sus labios.

—¿Por qué siempre piensas en todos menos en ti? ¿Qué hay de lo que tú quieres? —preguntó, su voz ahora un susurro grave mientras se inclinaba más cerca.

—Yo... no sé... —titubeé, incapaz de mirar sus ojos oscuros que ahora brillaban con una intensidad abrumadora.

—Entonces déjame mostrarte lo que quiero —murmuró.

Antes de que pudiera procesarlo, sentí cómo sus manos se movían lentamente hacia las mías, entrelazándolas mientras su rostro se acercaba más al mío. Su aliento era cálido, sus labios apenas rozando los míos, como si esperara una señal.

Mi cabeza gritaba que esto estaba mal, pero mi cuerpo no se movía. Su proximidad, la manera en que me miraba, era como si el tiempo se hubiera detenido y no existiera nada más.

—Niki, por favor... —logré murmurar, aunque mi voz sonó débil.

—Solo dime que no sientes nada, TN. Mírame y dime que esto no significa nada para ti, y me detendré. Pero si no puedes... —dejó la frase inconclusa mientras su nariz rozaba la mía, su voz temblando con vulnerabilidad.

Mi silencio fue suficiente para él. Su agarre en mis manos se intensificó, y sus labios finalmente encontraron los míos. El beso fue suave al principio, casi exploratorio, pero rápidamente se volvió más intenso, como si temiera que esta fuera la única oportunidad que tendría.

Sus manos subieron lentamente por mis brazos, dejando un rastro de calor mientras me acercaba más a él, incapaz de detener lo que ambos sabíamos que estaba mal.

—Niki... esto... no podemos... —traté de hablar entre besos, pero mi voz era apenas un susurro.

—No me importa. Solo por esta noche, déjame demostrarte cuánto te quiero —respondió, su voz ronca y cargada de emoción.

Antes de que pudiera decir algo más, me levantó del sofá con una facilidad que solo él podría tener, llevándome hacia la ventana donde la vista nocturna de Seúl se extendía ante nosotros.

—Eres mi única excepción, TN —murmuró contra mi oído mientras sus manos descansaban en mi cintura.

Mi mente era un caos de emociones, pero el peso de sus palabras y la intensidad de sus acciones me dejaron sin aliento. Sabía que estaba cruzando una línea peligrosa, pero en ese momento, todo lo demás parecía desvanecerse.

Cuando finalmente nos detuvimos, ambos respirábamos con dificultad, nuestras frentes apoyadas la una contra la otra.

—No puedo prometerte que no voy a seguir intentándolo, TN. Pero esta noche, no quiero que pienses en nada más que en nosotros —dijo, su voz baja pero llena de convicción.

Y aunque cada fibra de mi ser sabía que esto solo complicaría las cosas, esa noche decidí dejar que el momento me envolviera, al menos por un rato más.

Between the Shadows and The Stars | Niki FanficWhere stories live. Discover now