(Cabe destacar que aún está en edición pero no podía irme a dormir sin publicar esto)[ El título no tiene nada que ver pero era la canción que estaba escuchando mientras escribía esto y no sabía cómo ponerle ]
Estábamos en mi casa, o algo así. Era muy muy grande y aún conservaba el anexo. Se supone que me había ido a visitar por algo en específico pero estábamos muy nerviosas, no sé la razón exacta pero ambas nos encontrábamos sentadas en la sala frente a televisor que pasaba las imágenes de protector de pantalla debido a la inactividad. Un calor repentino pero insistente recorría toda mi columna vertebral y no sabía dónde poner las manos, intentaba agarrar el teléfono y veía la hora hasta 3 veces por minuto, otras veces jugaba con mis uñas hasta que me di cuenta que me las estaba partiendo.
Teníamos unos 15 minutos así, y todo empeoró cuando mi mama, que era la única que quedaba en la casa además de nosotras, decidió salir. Pésima idea.Algunas conversaciones lograban fluir, incluso lograba hacerla reír e intentaba disimular que podría verla reír todo el día y sería feliz, se sentía cálido escucharla y ver la sonrisa que quedaba luego de la risa, así sea burlándose de mí.
Y tanto me tomé en serio el papel de hacer estupideces para aliviar el ambiente y hacerla reír que terminó correteandome por mi casa luego de que le pegue un cojín por la cara.Casi me caí un par de veces por estar en medias pero logre esconderme en el anexo en el patio, hasta que logro alcanzarme y me tumbó a la cama y me lanzó todo lo alcanzó a ver, incluyendo un peluche que escondía mi cajita en su interior y terminó golpeándome el estómago.
No era su culpa, seguro no notó el contenido duro (digo yo) aún así igual me sacó un poco el aire, pero finalmente se había roto por completo el hielo.
Nos sentamos en el borde de la cama una al lado de la otra, ella no se veía nerviosa, de hecho bromeaba diciendo que de haber sabido lo que era el peluche lo habría lanzado con más fuerza, pero yo aun sentía el corazón en la garganta y los pies inquietosMientras ella veía los dibujos que habían en las paredes producto de mi aburrimiento en los desvelos, junto a figuras que alguna vez había hecho con cartón, yo admiraba su perfil. Era precioso, ella en si lo era, aunque seguramente diría que no si se lo decía. Preguntaba cosas como, ¿Por qué tenía un dibujo de un panda en la pared? Cosa que obviamente, no respondí a sabiendas de que se burlaría si supiera que era por ella, y otras como ¿Como podía hacer un dibujo de la mitad de mi tamaño en una noche y para otras cosas más simples tardaba hasta 3 días? Eso tampoco lo respondí, no tenía forma de salvarme de eso
Pero preguntara lo que preguntara yo siempre volvía a la misma incógnita, ¿Siempre era tan linda o solo tenía demasiado tiempo sin verla?
Su cabello se veía aún más suave de lo habitual, el hoyuelo que solo se marcaba de un lado era encantador, y su voz que...por algún motivo sonaba distinta, dejaba un cosquilleo después de cada palabra, como si me estuviera drogando solo de oírla o verla. Inevitablemente mi vista fue a parar a sus labios y me arrepentí al instante, no se supone que haga eso, pero se veían tan suaves...tan besables
Ya, perdí la cabeza, otra vez
- ¿que me ves? -volteó a verme de golpe con una mirada graciosa y curiosa, menos mal ya había dejado de ver sus labios
- no...nada -agarre su teléfono y me metí en cámara a sabiendas de que no sabía la clave, pero ella se me fue encima para quitarmelo
Intenté en lo posible no recostarme para que no terminara encima de mi, y cuando ví que me estaba arrinconando y que solo quedaba esa opción decidí ceder y entregarle el teléfono, de nuevo estaba riéndose y el hoyuelo salía a la luz, pero una de sus manos fue a parar a mi muslo mientras se reía y todo el cerebro se me detuvo
Esperé un momento, quizás solo lo hizo por inercia y se arrepentiría, pero no, cuando levanté la mirada de su mano encontré la de ella viéndome con una media sonrisa

ESTÁS LEYENDO
Las Noches Y Sus Cosas
OverigLas noches a veces traen recuerdos, pensamientos, o sueños que según estaban enterrados en el fondo del pensamiento O quizás no tan en el fondo