Capítulo 6

132 16 0
                                    

(Checo)

Me quedé un buen rato en la entrada del club esperando que Max llegara, casi no podía ver a los Ferrari pero me alegraba que siguieran hablando. Incluso pude ver como Carlos se cambiaba de asiento para estar más cerca de su compañero.

Bebía de la botella de vez en cuando a pesar de que habría preferido no emborracharme, pero la verdad no sabía que otra cosa hacer.

Para cuando llegó Max me alegró notar que él se veía aun más ebrio que yo, recuerdo haber echo una broma de ese asunto pero el solo se quedó viéndome fijamente, eso me hizo sentir raro.

Al llegar a la mesa con los demás, se notaba que estos habían estado hablando durante todo ese tiempo y el ambiente había cambiado por completo, la sonrisa más grande que había visto en la vida se dibujaba en la cara de ambos Ferrari y podía notar un leve sonrojo qué atribuí al alcohol. Podría jurar que ví a Carlos retirar su mano de la de Charles cuando escucharon el saludo alegre de Max, pero decidí no mensionar nada.

Parecía ser que nadie más se uniría a nuestro festejo, así que pedimos más botellas. Nadie hiba a salir del club consiente.

.
.
.

Para este punto puedo decir que no era yo realmente quien actuaba, era el alcohol quien se había apoderado de la mesa.
Carlos estaba bailando con un ritmo espantoso e incluso en una ocación intentó subirse a la mesa para continuar con su espectáculo, pero fue detenido por Charles que lo había jalado hacia el, tumbando algunas botellas vacías.

Max sin duda era el más ebrio en la mesa, se había acercado a mi de una manera que divertía especialmente a los Ferrari, parecía estar recitando poemas en neerlandés que estoy seguro de que cambió la letra por incoherencias.
Secrétamente había estado aprendiendo su idioma, aunque solo entendía lo básico. Nunca había intentado hablarlo por que soy consciente de que mi pronunciación solo lo haría reír. Aunque siempre era agradable escuchar su risa.

Me serví otro trago intentando detener esos pensamientos, lo cual era inútil por que Máx se asercaba cada vez más. Mi corazón se aceleraba al escuchar su voz, que ahora era solo un susurro tan cerca de mi rostro.

Fue en eso cuando se detuvo, y como si fuera el final de su poecia dijo viéndome directamente.

-Ik houd van jou

Era de las pocas fraces que podía recordar claramente, no importaba cuantas veces negara saber que decía. Aunque no supiera nada de su idioma, su mirada delataría lo mismo que su boca pronunciada. Ya no podía negarlo.

Y fue así como, mirándolo a los ojos, respondí de igual manera, pero en mi idioma, aunque sabía que el intentaba aprenderlo

-yo también te amo.

Y hubo un largo momento en que no dijimos nada, solo nos quedamos ahí, mirandonos el uno al otro. Sintiendo el eco de nuestras palabras. Tal vez esperando a que uno de los dos se arrepintiera.

Pero nadie lo hizo.

El fue el primero en hablar después de ese largo momento en que el mundo se detuvo. Esta vez lo dijo en inglés, quería asegurarse de que entendiera claramente lo que decía.

-¿puedo besarte?

Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, no podía creer que esto pasara. Asentí nervioso mientras tragaba saliba.
El se asercó poco a poco, ya no podía escuchar la música, no podía moverme. Todo se había detenido solo para ver a Max asercarse cada vez más. Podía ver el reflejo de mis ojos en los suyos.

Y fue entonces cuando pude moverme.

No sé por que me alejé, no quería que fuera así.

- ¡No!, digo, y-yo no sé, es solo q-que...

La mirada confundida y dolida de Max me hizo sentir realmente mal. Ya no podía estar ahí.

Tomé mi copa de un jalón y salí corriendo del club con la excusa de que me sentía mal. Y a fin de cuentas era así, me sentía terrible.

Caminé un rato hasta llegar a un pequeño callejón escondido y me derrumbé. Ni siquiera podía entender la razón de mi llanto, solo quería estar solo. Lo cual fue completamente inútil  por que escuchaba a alguien correr a hacia mi. Era Máx.

Parecía ser que me había visto desde lejos e intentó alcanzarme por que se veía muy agitado. Me sentía extrañamente aliviado de que me hubiera seguido, pero no quería verlo ahora. Supongo que debía disculparme.

- Y-yo lo sien...

-No me felicitaste por el campeonato

Lo miré extrañado, definitivamente no era lo que esperaba que me dijera después de lo que pasó. Supongo que olvidé lo ebrio que estabamos.

-Claro que lo...

- No. Hazlo bien.

Para este punto estaba actuando como un niño pequeño haciendo una rabieta, no intenté pelear. En cambio me acerqué con una sonrisa a él y lo abrazé.

- Felicidades, lo hiciste muy bien, ¡cuarto año consecutivo! Te lo ganaste.

Me regresó el abrazo y apoyó su cabeza en mi hombro.

- Dime que estas orgulloso.

- Estoy muy orgulloso de ti. Espero poder verte ganar más campeonatos a tu lado.

Su cuerpo se relajó por completo.

- Eso está bien. ¿Ahora sí puedo besarte?

Era extraño la cantidad de cambios repentinos que había en su personalidad, pero ahora me sentía más tranquilo.

- Si.

- ¿No vas a huir?

- No.

Y con eso me besó, fue el beso más tierno que alguna vez se hubiera imaginado, se sentía como un abrazo, solo que demostrando algo más, un sentimiento que no podíamos definir, pero podíamos compartirlo diciéndonos:

-  Te amo.             - Te amo.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

¿que pasó ayer? - GP de las vegas - CHESTAPPENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora