Cpitulo 6. un nuevo destino

33 5 11
                                    

Todos los personajes de Rwby no me pertenecen, sus derechos a sus respectivos dueños.

+++
El cielo nocturno de Remnant se extendía sobre ella, tachonado de estrellas que parpadeaban como diminutas luces lejanas. Joan estaba tumbada en el suelo, sintiendo el frescor del pasto bajo su cuerpo y el leve viento que acariciaba su rostro. Su pecho subía y bajaba lentamente, agotada tras otra sesión de entrenamiento. Su brazo derecho aún temblaba por el esfuerzo, pero no se preocupó por eso. Había aprendido a convivir con el dolor desde hacía mucho tiempo.

"Cuatro años..." pensó, dejando escapar un suspiro profundo. Cuatro años desde que aceptó convertirse en cazadora. Cuatro años desde que Jaune decidió que su camino sería otro, el de salvar vidas como médico.

Al principio, el entrenamiento había sido un infierno. Su padre, Nicolás Arc, no se detuvo ni mostró piedad. A veces entrenaban juntos, pero incluso cuando practicaban de manera individual, su intensidad era la misma. Para él, la disciplina era la clave, y no le importaba si Joan terminaba tan exhausta que no podía levantarse al día siguiente.

"No es suficiente, Joan", solía decirle mientras ella se esforzaba por completar una serie de ejercicios físicos que parecían interminables. "Si quieres ser una cazadora, debes superar tus límites. Si fallas aquí, fallarás en el campo de batalla."

Y así era cada día. Mañanas dedicadas a mejorar su resistencia, tardes enfocadas en perfeccionar su técnica y noches marcadas por el dolor muscular y los moretones. Sin embargo, Joan nunca se rindió. Había decidido que, si Jaune no quería ser cazador, entonces ella cargaría con ese peso.

Aunque el entrenamiento era solitario, nunca se sintió completamente sola. Jaune siempre estaba allí para ella, listo para vendar sus heridas o darle masajes cuando su cuerpo ya no soportaba más. Su hermano no podía entender por qué seguía esforzándose tanto, pero tampoco la juzgaba.

"Joan, ¿no te estás exigiendo demasiado?" le había preguntado una noche mientras masajeaba su hombro adolorido.

Ella había sonreído levemente, sin mirarlo directamente. "Si no soy yo, ¿quién lo hará, Jaune?"

No dijo nada más, pero Jaune tampoco insistió. A lo largo de esos años, su relación se fortaleció de maneras que ella nunca habría imaginado. Mientras ella entrenaba para ser cazadora, él se sumergía en sus estudios de medicina, asistiendo regularmente a un hospital cercano para obtener experiencia práctica. A menudo la sorprendía lo dedicado que era, especialmente porque nunca antes había mostrado tanta pasión por algo.

Cuando cumplió 15 años, Nicolás finalmente desbloqueó su aura. Joan había esperado ese momento con ansias, creyendo que marcaría un punto de inflexión en su entrenamiento. Y lo fue, aunque no de la manera que esperaba.

Su padre le enseñó los conceptos básicos del estilo de lucha Arc, que se centraba en el uso combinado de espada y escudo. Pero Joan pronto descubrió que esa técnica no era para ella. Era torpe con el escudo, y la espada no se sentía natural en sus manos.

—Esto no va a funcionar, papá —dijo un día después de otro entrenamiento fallido.

—¿Qué sugieres entonces? —respondió Nicolás, cruzando los brazos con una mezcla de frustración y curiosidad.

Joan sonrió, con una chispa de determinación en los ojos.

—Voy a ser rápida y precisa, como un ninja.

Su padre soltó un largo suspiro, pero no discutió. Si esa era su elección, entonces él se aseguraría de que lo hiciera bien.

Así comenzó su entrenamiento con dagas, kunais y shurikens, armas que complementaban su velocidad y agilidad. También aprendió a utilizar polvo elemental para imitar técnicas de combate inspiradas en su vida pasada. El "chidori" y el "katon" se convirtieron en parte de su repertorio, aunque el último le valió un grito de desaprobación de su padre por arriesgarse a incendiar el campo de entrenamiento.

Si no vas a Beacon, tendré que ir yo?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora