CAPÍTULO 3

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|Blair|


Algunos días antes.


—¡Blair!—gritó mi tía desde la planta de arriba.—¡Ve colocando la mesa, por favor!

—¡Vaaale!

Resoplé levantándome del sillón, subí el volumen de la televisión para escucharla también desde la cocina, cogí los platos y comencé a ponerlos en mesa del comedor, cuando iba y venía, la voz del televisor me llamó más la atención y escuché detenidamente mientras cogía la bandeja con la comida que estaba en el horno y la acercaba a la mesa.

—El gobierno ha lanzado alerta roja, hay un virus propagándose rápidamente, les informamos de que por favor se queden en sus casas y no salgan. Se han llamado a las fuerzas militares, por favor, ¡NO SALGAN BAJO NING....

Algo se lanzó hacia la presentadora, le mordió y arrancó parte de la piel de su cara.

Horrorizada, solté la bandeja inconscientemente y cayó con estrépito al suelo. Mi tía bajó corriendo al escuchar el ruido e intentó tranquilizarme.

—¿Blair? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?—noté como se acercaba a mí mientras yo comenzaba a hiperventilar, solo pude señalar la televisión.

—Algo se la ha comido.—miré horrorizada a mi tía, ella me miró extrañada intercalando la mirada con la televisión—¡Algo se ha comido a la presentadora!—grité señalando agresivamente al televisor.

Intenté recuperar el ritmo de respiración normal, tenía que calmarme y decirle a mi tía que estábamos en peligro. Respiré hondo varias veces mientras me abrazaba acariciándome la espalda.

—Tranquila, dime, ¿qué has visto?—susurró con una voz calmada a la vez que respiraba hondo conmigo. Asentí

—Ha dicho que hay un virus. Dice que el gobierno ha lanzado alerta roja.—Asentí como afirmándome a mí misma que lo estaba diciendo bien—Que han mandado a los militares, que no salgamos. Luego, algo se lanzó contra la presentadora y le mordió la cara.

Mi tía asintió comprendiendo lo que decía. Me sorprendió la calma con la que acogió la información, no estaba asustada, se le veía tranquila. Nada que ver con mi actitud histérica.

—¿Me has oído? ¡ALGO SE HA COMIDO A LA PRESENTADORA!

—Sí, te he oído.—me contestó seria—Tu padre me avisó que esto podría pasar.

—¿Qué? —La miré atónita, ¿cómo que mi padre lo sabía? —No es verdad, mi padre nos hubiera avisado.—negué con la cabeza varias veces—No tiene sentido lo que dices.

—¿Por qué crees que os ha entrenado a tu hermano y a ti desde pequeños? Él es militar en una unidad especial, Blair. Sabe cosas que ningún ciudadano normal sabe.

¿Cómo? Esto no puede estar pasando.

—¿Qué me estás intentando decir?—la miré confundida, con ansía de respuestas.—¿Qué ha atacado a esa mujer? ¿Por qué?—Comencé a dar vueltas por la habitación de manera nerviosa.

—No sé mucho más. Solo sabía que esto podría pasar. Me avisó hace mucho ya, pensaba que simplemente me estaba tomando el pelo. Ahora veo que no.—se acercó a mí, me paró en seco y me obligó a mirarla—Tenemos que irnos ya.—su mirada daba miedo, lo decía totalmente en serio.

—¡Pero si en la televisión han dicho que no salgamos! ¡Que el ejército se ocupará!—grité desesperada.

—El ejército no hará nada, Blair, no podrá. Estaban experimentando, una especie de vacuna o qué sé yo.—cogió una bolsa y comenzó a meter comida y negando con la cabeza—Al final era verdad...—Dejó la bolsa en la entrada—Esas cosas, están infectadas. Muertas. Tu padre me dijo que eran muy agresivos, pero que los tenían bajo control. Se suponía que era para algo bueno... No sé nada más—me agarró del brazo y arrastró mi cuerpo con fuerza hacia la puerta, llevando la bolsa consigo mientras se dirigía al coche.

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Él. (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora