Problem

V

| Inquebrantable |

Era Bej...

Los chicos con los que estaba dejaron de jugar y solo se volvieron a vernos, juraría que esta la música se detuvo en ese momento.

Estaba angustiado, podía verlo en sus ojos, era algo que solo yo sabía gracias a todo el tiempo que compartimos juntos y que no sirvió de nada.

No lo podía ver pero sabia que detrás de mí había un peli negro muy molesto observándonos y acercándose muy lentamente a mi.

—Podemos hablar un momento —. musitó levemente pero aun así audible — A solas —. añadió mirando con desprecio a Valentín quien hábilmente ya se había colocado a mi altura.

Nos dirigimos hacia el fondo del patio donde nadie nos viera para poder hablar.
Todo el camino intente no vomitar, los nervios y el alcohol me estaban venciendo pero intente ser fuerte siguiendo a Bej por el lugar, no era muy lejos ni muy privado porque desde donde estábamos podía ver a Valentín asomándose alertando por la situación y de alguna manera Elias, Bruno e incluso Cristian y su pareja nos estaban viendo después de cierto tiempo.

Cuanto deseaba un cigarrillo en estos momentos...

— Se que es algo tarde para esto pero necesito disculparme contigo se que estuvo mal pero yo no sabia todo lo que estaban diciendo hasta que sucedió lo de Dario y el otro chico...— comenzó a decir con los ojos húmedos y fue ahí donde yo caí otra vez, lo abrace sin decir mas.

— Esta bien no te preocupes —Dije consolándolo mientras sostenía su cabeza en mi hombro.

Hace unos días quería arrancarle la cabeza y mandarlo a la mierda para siempre pero verlo siendo sincero me abrió el corazón a pesar de todo el siempre seguiría siendo mi amigo y mi primer amor.

Yo sabia que lo sentía y para mi eso era suficiente  aunque para mis amigos no ya que sin notarlo los cuatro me miraban molestos por ceder ante Bej.

Entre ellos se decían que Bej era un manipulador y que no me merecía pero en ese momento no lo sabia y tampoco me importaba.

Al tener su cabeza en mi hombro mas de lo usual contemple con amor su cabello rizado y brillante, su olor tan fresco; el abrazo se volvió eterno y los dos sabíamos que esa amistad era inquebrantable.

Gire mi cabeza para ver a los chicos y sólo veían sorprendidos, Valentín ya no estaba con ellos y cuando lo busque con la mirada para saber si estaba cerca vi que estaba a un lado de nosotros.

¿Cuando caminó hacia acá?

—Ya tenemos que irnos—. Dijo molesto Valentín haciendo que Bej diera un salto en su lugar.

Este ultimo sé limpio las lagrimas antes de separarse de mi.

Le había dicho a los chicos que se podían quedar en mi casa ya que Valentin no iba a poder manejar en ese estado a todas partes.
Así que tal vez uno de ellos ya quería retirarse.

Justo antes de protestar y decirle que nos quedáramos un rato mas para arreglar las cosas con mi amigo, Bej interfirió.

—Te aclarare todo iré a tu casa mañana, ¿Si? —. comentó Bej mirándome directamente aun con los ojos llorosos yo solo asentí.