Sueños Sintéticos

Capítulo Especial 2: Leyes No Escritas de Oniria

¡Bienvenidos de nuevo, intrépidos onironautas! Aquí estoy yo, Oniri, su host y guía en este fabuloso laberinto de sueños llamado Oniria Sintonía. Un espacio donde tomamos esas reglas confusas de Oniria, las analizamos con mucha ironía, y tratamos de no caer en la locura en el proceso. Para los nuevos oyentes, piensen en mí como la versión menos aduladora y más divertida de su querida Lúcida, la enigmática presentadora que a todos fascina. Aunque, siendo realistas, nunca tan sincera como yo, ¿cierto?

Hoy vamos a hablar de algunas de esas leyes no escritas que gobiernan la Esfera onírica. No se asusten, sé que esto suena un poco complicado, pero si yo puedo lidiar con el caos de sus subconscientes, ustedes también podrán.

Regla número cuatro: La diferencia entre la onirosfera y Oniria. Esto es algo que me gusta mucho aclarar porque, bueno, parece que siempre hay alguien por ahí que cree que Oniria y la onirosfera son lo mismo. ¡Error! La onirosfera es la suma de todos los sueños de los soñadores en tiempo real. Oniria, por otro lado, también incluye esos sueños permanentes que han decidido quedarse, incluso cuando el soñador ha despertado. ¿Por qué se quedan? Quién sabe, quizás les guste este lugar más que la vigilia.

Regla número siete: Los onironautas son soñadores conscientes. Me encanta cuando alguien se autodenomina onironauta solo porque se acuerda de sus sueños. No, amigos, no es tan fácil. Un onironauta es aquel que navega conscientemente por Oniria, como si supiera lo que hace... lo cual es bastante discutible en la mayoría de los casos. Los humanos, siempre tan confiados.

Regla número ocho: Los novatos no eligen el lugar exacto donde aterrizan. Claro, puedes elegir ir a la playa, pero en realidad, terminas en una playa invadida por medusas voladoras. La realidad de Oniria es mucho más divertida que tus expectativas. Así que, querido novato, si esperabas relajación, ¡bienvenido al caos!

Y ahora una sección especial: Consejo de Oniri para los novatos. Si alguien les dice que dentro de Oniria es muy difícil pintar y escribir, créanle. He visto a soñadores tratar de plasmar una obra maestra solo para que la pintura decidiera convertirse en un charco parlante. Les diré una cosa: los pinceles y las palabras aquí tienen sus propias reglas, y no les gusta que los usen sin permiso.

Esto ha sido todo por hoy. 

Recuerden, queridos onironautas: Oniria tiene reglas, algunas aburridas y otras, bueno, tan impredecibles como ustedes. 

¡Nos vemos en la próxima entrega, donde desentrañaremos más secretos oníricos y disfrutaremos de esta locura juntos! 

Hasta entonces, sigan soñando.