La noche caía sobre Auradon, pero en las sombras, los hijos de los villanos no descansaban. Mientras el reino se preparaba para una gran gala, los villanos seguían adelante con su siniestro plan: robar la varita del Hada Madrina. Sin embargo, no todo iba según lo planeado. Hyunjin, quien había lanzado un hechizo de amor sobre Felix, se encontraba cada vez más confundido por lo que sentía, pues su relación con el príncipe parecía ir mucho más allá del simple hechizo.
En los jardines de Auradon...
Felix caminaba por los hermosos jardines del castillo, completamente embriagado por sus pensamientos. A pesar de que todo a su alrededor era tranquilo y hermoso, lo único que podía pensar era en Hyunjin. Desde que comenzaron a pasar tiempo juntos, Felix no podía dejar de sentir una atracción inexplicable. Aunque no lo sabía, todo esto se debía al hechizo lanzado por Hyunjin, quien ahora veía cómo el príncipe caía cada vez más bajo el hechizo de amor.
Hyunjin observaba a Felix desde la distancia, sabiendo que había cumplido su parte del trato. Sin embargo, algo dentro de él comenzaba a cambiar. Mientras más tiempo pasaba con Felix, más difícil le resultaba ver la relación como algo meramente manipulado por el hechizo. Una sensación extraña y cálida comenzaba a crecer dentro de él.
Finalmente, Hyunjin se acercó a Felix, con una sonrisa encantadora.
—Felix —dijo con suavidad—, ¿te gustaría caminar conmigo?
Felix, sin pensarlo, asintió de inmediato.
—Claro. —Sonrió, sintiendo una conexión inexplicable.
Mientras caminaban por el jardín, el hechizo de amor mantenía a Felix completamente cautivado por Hyunjin, sin saber que sus sentimientos no eran genuinos. Cada vez que sus ojos se encontraban, sentía una atracción aún más fuerte. Hyunjin notaba el efecto del hechizo, pero no podía evitar sentirse cada vez más atraído por Felix, como si algo real estuviera naciendo en su interior.
—El sol se ve hermoso hoy —comentó Felix, mirando las flores que rodeaban el jardín.
Hyunjin lo miró, su rostro iluminado por una sonrisa suave y pensativa.
—Sí, todo es más hermoso cuando estás cerca —respondió, sin poder evitar el tono suave en su voz.
Felix lo miró, completamente cautivado por él.
En el escondite secreto de los villanos...
Mientras tanto, Minho, Bangchan, Changbin y Hyunjin continuaban con su plan para robar la varita del Hada Madrina. A pesar de las complicaciones internas, sabían que debían actuar rápidamente para conseguir lo que querían.
—El hechizo está funcionando perfectamente —dijo Minho con una sonrisa fría—. Felix caerá por completo bajo el hechizo de Hyunjin, no hay forma de que nos detengan ahora.
Bangchan se inclinó hacia adelante, su rostro grave.
—Eso es cierto, pero no olviden que necesitamos la varita lo antes posible. El poder de esa varita nos hará invencibles.
Changbin intervino, su voz llena de autoridad.
—Tenemos que actuar rápido. Cuando tengamos la varita, nada podrá detenernos. Pero, mientras tanto, no podemos bajar la guardia.
Hyunjin los observaba en silencio, con la mente dividida. Por un lado, sabía que debía seguir con el plan, pero por otro, no podía evitar sentirse desconcertado por la atracción que sentía por Felix. Había comenzado con una estrategia, pero ahora se preguntaba si lo que estaba sintiendo era solo una parte del hechizo o si había algo más real en todo eso.
—Todo va bien —respondió Hyunjin finalmente, pero su voz carecía de la seguridad de antes. Algo dentro de él se estaba comenzando a desmoronar.
En el gran salón del castillo...
Felix se encontraba con los otros príncipes, pero su mente estaba lejos de la conversación que tenía lugar a su alrededor. Seungmin, Han y Jeongin estaban hablando sobre la gala que se avecinaba, pero Felix no podía concentrarse en nada más que en Hyunjin.
—Felix, ¿estás bien? —preguntó Seungmin, al notar que su amigo parecía distraído.
Felix sonrió, tratando de ocultar la confusión que sentía.
—Sí, solo... un poco cansado —respondió con una sonrisa débil. En su corazón, solo había espacio para los pensamientos de Hyunjin.
Han, que estaba cerca, levantó una ceja.
—Si necesitas algo, ya sabes dónde encontrarme —dijo, sin saber que la confusión de Felix era el resultado de un hechizo.
Felix asintió, pero no pudo evitar mirar nuevamente hacia Hyunjin, que estaba de pie en otro rincón del salón. Algo en su interior le decía que debía acercarse a él.
En el patio del castillo...
La noche avanzaba, y el aire frío envolvía a los presentes. Felix y Hyunjin se encontraron nuevamente en los tranquilos jardines del castillo, alejados de las celebraciones.
—Felix, ¿te gustaría quedarte conmigo esta noche? —preguntó Hyunjin, con una mirada seductora.
Felix no dudó ni un segundo.
—Sí, me encantaría. —Una sonrisa genuina se dibujó en su rostro.
Mientras caminaban juntos, el hechizo de Hyunjin hacía su trabajo, pero Hyunjin mismo no podía evitar sentirse confundido. ¿Estaba comenzando a enamorarse de Felix? No podía negar lo que sentía en su pecho, aunque sabía que no era solo por el hechizo.
En el escondite de los villanos...
El grupo de villanos se reunía nuevamente, discutiendo los próximos pasos para asegurar que el plan siguiera su curso. Hyunjin permanecía callado, sumido en sus pensamientos. Aunque sus compañeros estaban seguros de que todo saldría bien, él no podía dejar de preguntarse cómo se desarrollaría todo una vez que Felix descubriera la verdad.
—¿Estás seguro de que todo irá bien? —preguntó Minho, mirando a Hyunjin con desconfianza.
—Sí —respondió Hyunjin, pero su voz traicionaba la inseguridad que sentía por dentro—. Todo está bajo control.
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Herederos del destino
RomanceLee Felix es un príncipe de 16 años, quien tras un acuerdo con sus padres, decide abrir las puertas de su reino a los hijos de los villanos. Entre ellos, está Hyunjin, hijo de Maléfica, un chico misterioso y arrogante. Felix / 🦢 = bottom Hyunjin...