🕷️Capítulo 01.1🕷️

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Taehyung

El sonido de los pasos se apaga detrás de mí cuando los estudiantes se dispersan, pero una presencia se queda. No me doy vuelta de inmediato; espero un segundo, porque sé que no se ha ido. La puerta se abre con suavidad y, cuando finalmente levanto la vista, allí está: Jungkook, de nuevo, con su mirada fija y su expresión ligeramente indecisa.

—¿Profesor Taehyung?— Su voz es más suave que antes, más cautelosa, como si estuviera pensándose cada palabra. —Quería... preguntarle algo sobre el estado gaseoso de la materia. No lo entendí del todo—

Una extraña corriente de tensión recorre el aire. El aula está casi vacía, el silencio se siente denso, pero no incómodo. Al contrario, todo parece marcar un momento suspendido, en el que solo existimos él y yo, en este pequeño rincón del mundo. Me esfuerzo por mantener la serenidad en mi rostro, aunque en el fondo una chispa de curiosidad se enciende al verlo de nuevo aquí, tras todos esos segundos que pasaron desde que terminó la clase.

—Claro— respondo, mi tono suave pero firme, casi como un desafío tácito.

—El estado gaseoso es el menos estructurado de todos los estados de la materia. Las partículas se mueven libremente y ocupan todo el espacio disponible. Si alguna vez has visto un globo inflarse o el vapor saliendo de una olla de agua caliente, estás observando materia en estado gaseoso—

Mientras hablo, noto cómo Jungkook me observa con una intensidad silenciosa, sus ojos siguen cada palabra, pero algo en su postura me dice que no es solo curiosidad científica lo que lo mantiene frente a mí. Es algo más... algo inexplicable. Me pregunto si se da cuenta de la proximidad incómoda, del espacio que ahora compartimos en este instante suspendido entre las explicaciones y las miradas.

Cuando termino la explicación, espero que se dé por satisfecho y se marche, pero no lo hace. Jungkook permanece allí, casi como si estuviera esperando algo más. Un segundo se extiende, y yo lo miro, esperando que se decida.

Finalmente, su voz interrumpe el silencio, tan baja y directa que no puedo evitar sentir una ligera presión en el aire.

—Profesor Taehyung... ¿por qué tiene esa obsesión con las arañas?—

Mis ojos se estrechan ligeramente, y en un suspiro casi imperceptible, me paso una mano por el cabello. Esta pregunta ha estado flotando en el aire entre nosotros, siempre inminente, pero aún así me sorprende escucharla de su boca.

Mi respuesta llega con una sonrisa suave, una sonrisa que probablemente sabe cómo engañar, cómo atraer la atención sin decir demasiado:

—Las arañas— digo, dejando que la sonrisa se alargue un poco más, —son como las mejores piezas de un rompecabezas complicado. Tienen su propia lógica, su propia forma de ver el mundo, una inteligencia silenciosa que a veces se escapa al ojo humano. A mí... me fascinan—

A medida que hablo, observo cómo sus ojos siguen mis labios, cómo se pierde en el vaivén de mis palabras, como si cada una fuera una pieza más que encaja en algún misterio del que él no es consciente. Su expresión se suaviza, pero no lo suficiente para disimular la ligera confusión que aún permanece en sus ojos.

—¿Es eso todo?— pregunta, más intrigado que antes, sin poder apartar la mirada.

Mi sonrisa se torna aún más coqueta, más segura, mientras contemplo cómo Jungkook parece quedar atrapado en la tela de palabras que hemos tejido.

—Tal vez— respondo, dejando que el misterio se cierre alrededor de nosotros como un hilo invisible.

—Tal vez las arañas no sean solo animales... sino algo más profundo—

En ese momento, veo cómo su respiración se vuelve más pausada, como si hubiera caído en alguna trampa secreta que no puede explicar. Está tan cerca de la verdad, pero no lo sabe. Me inclino ligeramente hacia él, justo lo suficiente para que nuestras miradas se encuentren de nuevo, un juego silencioso de atracción y desconcierto.

Finalmente, Jungkook parece reaccionar, apartando la mirada con un rubor que no puede ocultar. No dice nada más, solo da un paso hacia atrás, como si hubiera decidido abandonar esa conversación que ahora está demasiado cargada de tensión.

—Gracias, profesor— murmura, casi como si quisiera salir rápidamente de la sala, pero su voz se quiebra ligeramente, la inseguridad fluyendo en su tono.

Yo sonrío de nuevo, un gesto suave, coqueto, que lo emboba, lo mantiene pegado a una sensación que no puede identificar.

—Cuídate, Jungkook— le digo, viéndolo irse con un paso rápido, mientras su mente sigue atrapada en las palabras no dichas, en los secretos que él no sabe que acabo de revelar.

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Con rareza: R

Entre las telarañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora