El timbre suena, anunciando el final de la clase. Los estudiantes comienzan a levantarse, recogiendo sus libros y mochilas con movimientos apresurados. Jungkook, sin embargo, permanece sentado unos segundos más, observando a Taehyung mientras este borra con calma la pizarra. La elegancia de sus movimientos, la forma en que su cabello cae sobre su frente, incluso el leve arqueo de sus labios al sonreír a los estudiantes que lo saludan al salir... Todo en él parece cuidadosamente diseñado para llamar la atención, aunque él parezca ignorarlo.
Con un suspiro, Jungkook sacude la cabeza, intentando apartar esos pensamientos. Se cuelga la mochila al hombro y sale del aula, dirigiéndose hacia su próxima clase. El corredor está lleno de ruido: risas, conversaciones rápidas y el eco de pasos sobre el suelo brillante. Aun así, mientras camina, los pensamientos sobre las marcas en las muñecas de Taehyung y su fascinación con las arañas revolotean en su mente como un enjambre de ideas inquietas.
En su siguiente clase, Historia, el profesor habla con entusiasmo sobre una revuelta medieval, pero las palabras se diluyen en los bordes de la atención de Jungkook. Sus ojos se fijan en su cuaderno, donde ha garabateado sin pensar una telaraña en la esquina de la página. Se queda mirándola, preguntándose por qué Taehyung parece tan conectado con esas criaturas.
“¿Es solo fascinación científica? ¿O hay algo más?”Cuando finalmente suena el timbre, Jungkook siente un alivio inexplicable. Sale del aula con pasos rápidos, siguiendo el aroma de comida que lo guía hacia el comedor. Su estómago ruge, recordándole que apenas desayunó esa mañana.
En el comedor, encuentra a Min, Min Yoongi su amigo desde el Jardín, sentado junto a una ventana, con su habitual expresión indiferente mientras revisa algo en el cuaderno que siempre lleva consigo.
Jungkook se desliza en la silla frente a él, dejando caer su bandeja con un ruido suave.
—¿Qué haces?— pregunta, rompiendo el silencio.
—Revisando letras— responde Yoongi sin alzar la vista. —Escribí algo anoche, pero creo que es basura—
Jungkook sonríe —Eso dices siempre. Seguro que es genial—
Yoongi finalmente levanta la vista y lo observa con una ceja alzada. —¿Qué te pasa? Pareces distraído—
Jungkook se encoge de hombros, picoteando su comida con el tenedor. —Solo... cosas de clases—
—¿Desde cuándo te tomas tan en serio las clases? ¿Qué hiciste, perderte de camiso al salón?— Yoongi suelta una risa breve, sarcástica.
Antes de que Jungkook pueda responder, la puerta del comedor se abre, dejando ver la figura masculina de Taehyung. La conversación de fondo parece bajar de volumen, como si todos sintieran, inconscientemente, su presencia. Camina con una confianza que roza lo intimidante, con el cabello perfectamente peinado y la camisa ajustada que insinúa su figura. Su porte irradia un aura de dominancia tranquila, como si el mundo girara a su alrededor sin que él siquiera lo intentara.
Jungkook lo sigue con la mirada, el tenedor suspendido a medio camino. Taehyung se detiene un momento para tomar una bandeja y luego avanza hacia una mesa vacía, completamente ajeno a las miradas que inevitablemente atrae. Hay algo casi sobrenatural en la facilidad con la que domina cualquier espacio que ocupa.
Yoongi, que ha notado el cambio en la expresión de Jungkook, inclina la cabeza con curiosidad. —¿Es el maestro de ciencia, no? ¿Por qué lo miras como si acabara de bajar de un trono?— agregó.
Jungkook parpadea, volviendo a la realidad. Baja la voz, inclinándose un poco hacia Yoongi y dice:
—Es que... El maestro tiene algo extraño—
—¿Extraño cómo?— Yoongi parece más divertido que interesado, pero eso no detiene a Jungkook.
—Tiene esta... obsesión con las arañas. Es fascinación pura, casi como si estuviera conectado a ellas de alguna forma. Hoy, en clase, trajo unas vivas. Incluso mencionó cómo sobreviven siendo astutas, pacientes... no sé, parecía que hablaba de algo más que simples animales—
—Tal vez solo sea un nerd apasionado por su tema. Eso pasa— dijo, Yoongi mientras se recuesta en su silla, cruzando los brazos.
—Tal vez— admite Jungkook, aunque en su interior no lo cree del todo. Su mente regresa a esas marcas en las muñecas de Taehyung, a la manera en que parecían vibrar bajo la luz. Hay algo más bajo la superficie, algo que Jungkook no logra descifrar.
Pero lo hará. No puede evitarlo.
Mientras tanto, al otro lado del comedor, Taehyung se sienta con la misma calma con la que camina, colocando su bandeja sobre la mesa con movimientos fluidos. Por un momento, sus ojos oscuros se cruzan con los de Jungkook. Es solo un segundo, pero suficiente para que el joven sienta como si hubiera sido atrapado en una telaraña invisible, incapaz de escapar.
Taehyung sostiene la mirada, intrigado.
“¿Por qué siempre me observa así?” se pregunta mientras una chispa de curiosidad se enciende en su mente. Hay algo en la intensidad de los ojos de Jungkook que lo intriga, una mezcla de fascinación y nerviosismo que resulta casi divertida.Cuando Jungkook finalmente aparta la mirada, con las orejas teñidas de un leve rubor, Taehyung sonríe de forma divertida y coqueta, como si disfrutara del juego implícito.
—Que empiece el juego entonces— dijo, en un susurro solo apenas audible para el.
Tomo un sorbo de agua, dejando que la enigmática sonrisa permanezca en su rostro.
🕸️🕸️
Con Rareza: R
ESTÁS LEYENDO
Entre las telarañas
Genç KurguEn un pequeño instituto, donde las aulas esconden más secretos de los que aparentan, Jungkook, un estudiante curioso y perspicaz, desarrolla una inusual fascinación por su maestro de ciencias, Taehyung. Lo que comienza como una simple intriga por la...